Desde que para
promover la sostenibilidad empresarial se desarrollaron los argumentos
empresarial, hay que ser responsable porque rinde beneficios (pero no
siempre), y moral, hay que ser responsable porque es de justicia, se confirmó
una brecha, en términos generales, entre los responsables de finanzas,
exigiendo la demostración de los beneficios, y los de sostenibilidad, motivados
por la contribución de la empresa a la sociedad. Como si les hubieran dado un bandera que
defender.
Pero, ante la
necesidad de la comunión de objetivos entre todas las partes de las empresas
para mejorar su competitividad, y más recientemente con la entrada en vigor de
los estándares de reporte sobre sostenibilidad empresarial de la Unión Europea,
basados en la doble materialidad, y los internacionales basados en la
materialidad financiera, se han intensificado
los llamados a estrechar la colaboración entre los directivos
responsables de la sostenibilidad con los de la función financiera.
Pero, esto no
ha venido acompañado de una discusión sobre el cómo
hacerlo, que, sobre todo dada la brecha histórica y hasta de antagonismo
entre ambas funciones, es complicado.
Este es el objetivo de este artículo. [1] Para
ello pasamos revista a los impulsores de esta integración, las diferencias estructurales
entre las funciones que habrá que compaginar, las razones para hacerlo y los instrumentos
que pueden ser usados para lograrlo: la información, el reporte y la educación
formal. [2] En el
proceso desarrollamos cinco tareas que deben liderar los DirSE.
I.
Impulsores de la integración.
Empecemos con el contraste
entre dos regiones y modelos que personifican la brecha. En EE. UU. con el
énfasis en los beneficios financieros, las actividades relacionadas con la sostenibilidad
se perciben más bien como un costo y por ende ha habido interés en analizarlas
desde el punto de vista de su impacto financiero. Ello dio lugar a la creación del Sustainability
Accounting Standards Board, SASB, que identifico los potenciales impactos y
desarrolló los correspondientes indicadores. Ello sentó las bases para la producción
de estándares de reporte de aplicación internacional por la International Sustainability
Standards Board, ISSB, con el mismo objetivo, el de apreciar los impactos financieros
de la sostenibilidad empresarial, vía la determinación de los aspectos que los afectan:
la materialidad financiera. Ello ha forzado a que la sostenibilidad
empresarial deba considerar su potencial impacto financiero. En este caso la función financiera tiene mayor
ascendencia que la de sostenibilidad.
Al otro lado, no
solo geográficamente sino además de cultura económica, está Europa, donde las
economías tienden a ser sociales, y el interés en la sostenibilidad empresarial
ha estado más motivado por los impactos de las empresas en la sociedad y el
medio ambiente. La Comisión Europea,
desarrolló estándares de reporte sobre la sostenibilidad, simultáneamente con
los internacionales, pero basados en la doble materialidad, identificar y
reportar sobre los aspectos que tienen impacto sobre la sociedad y el planeta y
sobre la situación financiera de las empresas. En este caso, dado el modelo
económico europeo, la función de sostenibilidad tenía mayor ascendencia,
pero ante la adopción de la materialidad financiera, la función financiera está
adquiriendo mayor pertinencia. Y esta pertinencia está siendo reforzada por la
presión hacia la mejora de la competitividad económica en los países de la
Unión.[3]
En ambos casos,
se tienen que acercar las funciones de sostenibilidad y de finanzas, no solo
para efectos de reportes más efectivos, sino todavía más importante, porque además
esta integración es condición necesaria para que
la sostenibilidad se integre en la gestión empresarial, de lo contrario no será
“integral”. Se repite hasta
la saciedad que la sostenibilidad está en el ADN de la empresa, pero no lo está,
ni lo estará, si estas dos funciones no logran la integración. La sostenibilidad y las finanzas están pasando a ser
inseparables.
II.
Idiomas y culturas diferentes. [4]
La siguiente
tabla resume algunos de los aspectos de ambas funciones que son contrastantes.
No se pretende ser ni exhaustivo ni dogmático, son generalizaciones que
permiten ilustrar el contraste y la magnitud de la tarea que se tiene por
delante.
|
FINANZAS |
SOSTENIBILIDAD |
IDIOMA |
Financiero-contable |
Social-ambiental |
EXPRESIÓN |
Cuantitativo/Monetario |
Cuantitativo
y cualitativo |
FORMACIÓN |
Contabilidad/Finanzas/Economía |
Ciencias,
incl. sociales |
CULTURA |
Competitiva |
Colaborativa |
HORIZONTE |
Corto
y mediano plazo |
Mediano
y largo plazo |
VALOR
GESTIONADO |
Tangible |
Tangible e
intangible |
AMBITO |
La
empresa y sus financiadores |
La
empresa y su entorno |
ESTILO |
Imposición/Escepticismo |
Persuasión/Negociación |
STAKEHOLDERS |
Uno
prioritario, varios secundarios |
Decenas |
No los
discutiremos uno por uno, ya que son relativamente evidentes. Solo un
comentario sobre la diferente conceptualización de la “creación de valor”,
que es crítico para la integración. Para el DirSE la sostenibilidad crea valor,
pero no todo es tangible y en el corto plazo, gran parte puede ser intangible y
en el largo plazo, cuantificable o no. Para el DirFIN “valor” es tangible y en
el corto o mediano plazo y debe ser medible, y mejor si lo es en términos
monetarios. Para la integración es necesario traducir el “valor” según el DirSE a “valor”
según el DirFIN. Y no hay
diccionario, pero sí algo de lenguaje común, como vemos en la siguiente
sección.
Estos contrastes
explican de alguna manera porque la función financiera ha sido tradicionalmente
una de las más reacias a la integración en la sostenibilidad empresarial.
Tarea #1 para el DirSE: Acercarse a las características del DirFIN para poder entenderse es punto
menos que imposible, pero el DirSE sí debe hacer esfuerzos para comunicarse en
el idioma y modalidad de expresión del DirFIN. Debe entender lo que “los
mueve”. Este ha tenido la prominencia y hará pocos esfuerzos para la integración.
III.
El argumento empresarial como traductor.
El argumento
empresarial es el instrumento con el que llevar a cabo la comunicación: las
actividades de la empresa que contribuyen a su sostenibilidad y que rinden beneficios
o evitan cosots y riesgos financieros. Si bien en ese espacio de la sostenibilidad
puede haber comunión de objetivos (sostenibilidad = beneficios), es solo una pequeña
parte, porque para lograr la sostenibilidad empresarial hacen falta actividades
que no necesariamente rinden esos beneficios. Sería perniciosos para la
sociedad y por ende para las empresas, que ello las llevara a solo encarar aquellos
aspectos, y es el riesgo que se corre con la dominación de la función
financiera. Como dijimos arriba, pueden no ser ni tangibles ni en el corto plazo.
Pero nos da una dirección a seguir.
Las siguiente gráfica
refleja las respuestas a la pregunta a directivos empresariales sobre donde
creen que la sostenibilidad empresarial crea valor. No es tan importante la
encuesta específica ya que las respuestas son muy típicas a este tipo de
preguntas en diferentes países, períodos y niveles gerenciales. [5]
Lo que es
ilustrativo para nuestros propósitos es que la percepción del mayor valor aportado
por la sostenibilidad se refleja en valores intangibles,
en tanto que se considera de menor valor el aportado a los tangibles. Esto
puntualiza una oportunidad critica para que los DirSE interactúen con los DirFIN
y es la “tangibilización” de esos intangibles. [6] Y la iniciativa debe ser de los
DirSE.
No hace falta convencer
al DirFIN de los tres de abajo, se reflejan en los estados financieros, en
tanto que los tres de arriba no, o por lo menos no lo harán de forma identificable
y mucho menos financieramente en el período de reporte financiero. Y el del
medio es ilustrativo de la tarea que se tiene por delante: rinde beneficios, y
algunos son financieros y tangibles, pero no son de fácil determinación,
requieren de estudios especiales de impacto. Requieren de “tangibilización”.
Pero, y aquí hay
un gran pero, el DirSE debe ser realista, no caer en el error de los idealistas
de exagerar los beneficios y minimizar los costos de la sostenibilidad
empresarial. NO, no todas las actividades conducen
a beneficios. [7] El interlocutor, el DirFIN,
como vimos en el tabla de arriba, tiene un cultura de “¡demuéstramelo!”,
y en los aspectos de sostenibilidad podríamos decir que de escepticismo.
Y tiende a exagerar los costos y minimizar los beneficios. Y en
buena parte esto explica su actitud frente a la sostenibilidad, les han vendido
tantos “beneficios” que no se han dado, que los han vuelto incrédulos. Buenas intenciones de los fanáticos que terminan siendo
contraproducentes.
Tarea #2 para el DirSE: Seleccionar los aspectos sobre los que se pueden demostrar beneficios,
tangibles e intangibles y “tangibilizar” estos como mejor pueda.
IV.
Información como punto de encuentro.
Ambas funciones gestionan
información, con características y expresiones diferentes pero que tienen en
común que se refieren a un mismo aspecto, el conjunto de actividades de la
empresa que forman parte de su sostenibilidad y que tienen impacto financiero. Esta
información que ambas partes producen/necesitan constituye la oportunidad para
la colaboración mencionada. Forman parte de los informes financieros y de los
de sostenibilidad.
Tarea #3 para el DirSE: Asegurar la relevancia de la información, que se produce y gestiona sobre sostenibilidad, para el DirFIN. Debe gestionarla con dos puntos de vista: sostenibilidad financiera y sostenibilidad social y ambiental.
V.
Reportes como instrumento de integración.
Es de puntualizar que el objetivo de ambos conjuntos de
estándares es ir en la dirección de la integración de los informes financiero y
de sostenibilidad. En el caso de los internacionales, hay
que recordar que han sido preparados bajo los auspicios de la organización
internacional responsable de la preparación de los estándares de información financiera. En el caso europeo, si bien se basan en equiparar
ambos tipos de información, su comienzo viene de la preocupación por el impacto
social y ambiental. Y en ambos casos, ambos informes, sostenibilidad y
financiero, se deben preparar al mismo tiempo y se debe demostrar la compatibilidad
entre ambos tipos de informaciones.
Y el puente: la educación. Como vimos en la tabla de arriba, buena parte
de los contrastes (idioma, cultura, expresión, estilo, etc.) entre las
profesiones se debe a diferencias en la educación que suelen recibir. Y aquí
es muy peligroso generalizar, ya que hay de todo. Pero la tendencia es que
los DirFIN tengan una formación más cuantitativa, con preferencia por la
precisión, y menos tolerancia por la ambigüedad que los DirSE, que suelen ser
formados en las ciencias sociales (menos en economía), mucho más basadas en el
comportamiento humano y de la naturaleza, menos dogmáticos, más difusos, más
abiertos a la conciliación.
Para su participación
en la gestión empresarial, los DirFIN suelen haber estudiado en las escuelas
de negocios, que desde hace muchas décadas inculcan que el propósito de la
empresa es la maximización de los beneficios financieros, tangibles y medibles
(“lo que no se puede medir no se puede gestionar” [10]). Por la discusión precedente se puede ver que
esto abre una gran brecha con los DirSE que suelen abogar por una visión más amplia
del papel de la empresa en la sociedad.
Y en esto las escuelas
de negocios tienen una gran responsabilidad [11]. Si bien
en los años recientes muchas de ellas han expandido su visión del papel de la
empresas, el propósito financiero todavía prevalece como núcleo de las
asignaturas claves, y la ampliación es relativamente secundaria. Las
finanzas siguen siendo las tradicionales, no finanzas responsables, la contabilidad
sigue siendo la tradicional, no la contabilidad de la sostenibilidad, la
mercadotecnia sigue siendo la extracción de beneficios del consumidor, no la mercadotecnia
responsable. Pero hay cursos electivos sobre algunos aspectos de la
sostenibilidad (aunque se comienzan a ofrecer maestrías más integrales).
Así como la sostenibilidad
empresarial no está todavía integrada en las empresas, tampoco está la sostenibilidad
integrada en la educación en estas escuelas. Esta educación sigue siendo una
ensalada, donde los componentes están juntos, pero separados, y no una
torta donde están juntos e íntimamente integrados (¡utópico!). [12]
Tarea #5 para el DirSE: Aprender sobre lo que mueve a los profesionales de contabilidad y
finanzas y promover actividades internas de divulgación e interacción sobre la compatibilización
de los objetivos.
VII.
¿Y para las empresa que no tienen obligación de reportar?
Las obligaciones
de reportar sobre la materialidad financiera y la doble materialidad ofrecen
poderosos estímulos, de hecho, obligaciones para la integración de las funciones
de sostenibilidad y financiera. Pero, las empresas que no tienen obligación de
hacerlo pueden utilizar los elementos de la discusión precedente para reducir
el antagonismo que algunos sectores, en particular la función financiera, tienen
con las actividades de sostenibilidad y eventualmente contribuir a
potenciarlas. Adicionalmente, la integración debe ser de interés para que los
financistas de estas empresas puedan evaluar los el impacto y riesgos
financieros de la sostenibilidad.[13]
VIII. En resumen.
La evolución
reciente de la sostenibilidad empresarial y sobre todo la demanda de
información confiable y la entrada en vigor de estándares de reporte está
haciendo no solo necesaria, sino indispensable la integración de las funciones
de finanzas y sostenibilidad dentro de la empresa.
Hemos propuesto
cinco áreas de acción para facilitar el proceso, sabiendo que es una tarea que requiere de arduos
esfuerzos y de tiempo. Para lograrlo hay que vencer las diferencias de idiomas,
expresiones, estilo, de cultura, etc. entre ambas funciones Y si bien sería
deseable que ambas partes hicieran los esfuerzos, por la tradición histórica
de la prominencia de la función de finanzas y la relativa novedad de la
sostenibilidad, corresponde a los recién llegados,
los DirSE, tomar la iniciativa y las acciones para lograrlo. Los DirFIN suelen tener una actitud pasiva
ante estas necesidades.
|
TAREAS PARA EL DirSE |
1 |
Acercarse
a las características del DirFIN para poder entenderse es punto menos que
imposible, pero el DirSE sí debe hacer esfuerzos para comunicarse en el
idioma y modalidad de expresión del DirFIN.
Debe entender lo que “los mueve”. Este ha tenido la prominencia y hará
pocos esfuerzos para la integración. |
2 |
Seleccionar los aspectos sobre los que se pueden
demostrar beneficios, tangibles e intangibles y “tangibilizar” estos como
mejor pueda. |
3 |
Asegurar
la relevancia de la información, que se produce y gestiona sobre
sostenibilidad, para el DirFIN. Debe
gestionarla con dos puntos de vista: sostenibilidad financiera y
sostenibilidad social y ambiental. |
4 |
Liderar la preparación y confiabilidad de la
información sobre sostenibilidad, asegurando la relevancia y pertinencia para
la información financiera. |
5 |
Aprender
sobre lo que mueve a los profesionales de contabilidad y finanzas y promover
actividades internas de divulgación sobre la compatibilización de los
objetivos. |
Y hay que destacar
que lo que hemos comentado son generalidades, cada
empresa es un caso particular y como se logrará la integración depende
de sus circunstancias y su contexto.
Solo hemos ofrecido una guía, no es pertinente aportar “recetas”, solo
una posible dirección.
La sostenibilidad y las finanzas están pasando a ser inseparables.
[1] Gracias a Juan Manuel Cajiga de Empresability
por estimularme a escribirlo.
[2] En el artículo nos referimos
genéricamente a “beneficios”, por lo mismo aplica a costos y riesgos.
[3] Ver ¿Competitividad a expensas de la sostenibilidad?: Sostenibilidad en el
informe Draghi sobre la competitividad en Europa, y un resumen en ¿Competitividad
europea a costa de la sostenibilidad empresarial?
[4] El suscrito fue DirFIN y luego
DirSE, profesor de finanzas corporativas y luego de sostenibilidad empresarial.
[5] Si tuviéramos una encuesta de
percepciones por tipo de encuestado, DirSe y DirFIN tendríamos una información
de contraste más refinada todavía.
[6] La consultora finlandesa Upright ha
desarrollado una herramienta para cuantificar el impacto monetario, en los
estados financieros, de la sostenibilidad empresarial Financial effects of companies' sustainability
risks and opportunities. Recomendamos al
lector interesado de hacerse su opinión propia. Suponemos que hace muchos
supuestos y aproximaciones, pero posiblemente el fundamento de la herramienta
sea valioso para las empresas que quieran usarlo. Habíamos analizado su modelo
para el caso de las calificaciones de sostenibilidad en Por fin una herramienta integral para calificar la sostenibilidad
empresarial de empresas y fondos de inversión
[7] Ver un análisis del argumento
empresarial en ¿Conduce la sostenibilidad empresarial a
la rentabilidad? Puede ser, depende.
[8] Ver ¿Quién es responsable de asegurar el cumplimiento con los estándares de
reportes de sostenibilidad? y Más
allá del CSO: Contralor de sostenibilidad empresarial.
[9] En el artículo ¿Está
la profesión del contador público preparada para la información de la
sostenibilidad empresarial incluí una tabla con 20 diferencias entre la
información financiera y la de sostenibilidad que da más luces sobre las
diferencia de enfoque entre ambas funciones.
[10] Para una análisis de lo pernicioso
de sta cita para las sostenibilidad empresarial, ver ¿Cuánto vale tu madre?: Relevancia versus
medición.
[11] Este tema lo he tratado en más
detalle en Ética y responsabilidad en las escuelas de
negocios (julio 2011)
y Responsabilidad en la enseñanza en las escuelas de negocios (marzo 2009). Y aunque son antiguos, la realidad no ha cambiado mucho.
[13] La propuesta de estándar de reporte,
EFRAG Voluntary Sustainability Reporting Standards
for non listed SMEs (VSME), producida por las misma institución que los ESRS, no requiere la determinación
formal de la doble materialidad, pero si recomienda reportar los aspectos pue puedan
tener un impacto sobre la situación financiera.
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