Gracias a Xavier por notar el error de mecanografía en la norma AA1000 (ya está corregido). Agradezco tus observaciones muy pertinentes sobre la necesidad de adaptar las normas a las diferentes empresas y entornos en que operan. Lamentablemente esto lo saben o hacen muy pocos. Es mas fácil para la sociedad civil exigir cumplimiento tal y como está escrito, y a veces hasta adaptándolo pero a sus NECESIDADES, y no necesariamente a las circunstancias que rodean a la empresa. También es una buena excusa, como muy bien apuntas, para algunos funcionarios de las empresas para limitarse a “llenar planillas”, y lo que para mí es más grave, hacer que las planillas determinen estrategia corporativa. Como bien enfatizas, es un tema de gestión integral, pero como dice el dicho que se aplica en muchas empresas “aquí solo empleamos la lógica cuando han fallado los demás sistemas”
A Ramón también gracias. Obviamente que no creo que la visión que expongo sobre el potencial mal uso de las guías y normas sea perverso. Perversa es la percepción que tienen muchas veces los involucrados sobre el correcto uso y diferencias entre guías y normas y perverso es el uso que le dan algunos. Como comento arriba, hay pereza y oportunismo por parte de algunos usuarios. El artículo pretende ser una advertencia sobre la posibilidad y conveniencia de normar comportamientos generalizados, no pretende ser una desacreditación de las guías o normas. Está bien normar el vertido de desagües industriales y certificar su cumplimiento, pero “responsabilidad corporativa” es un término demasiado genérico, por muchos esfuerzos que hagamos en definiciones. Mientras más especifico es el concepto y más objetiva sea su medición, mas posible es normarlo. Pero si es vago y de medición subjetiva, necesita guías con usuarios competentes en su uso. Hay que sabe usar el instrumento.
martes, 28 de abril de 2009
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2 comentarios:
Me siento obligado a participar en este debate que ha iniciado Antonio con su interesante reflexión que, en parte comparto.
No obstante, creo que cada vez hay más confusión en lo que se refiere a la responsabilidad social empresarial y me gustaría contribuir al debate con la siguiente aportación.
En la RSE es importante profundizar en los temas llamando a las cosas por su nombre y sabiendo exactamente para que sirven.
Lo realmente importante para una empresa es 'su gestión de la sostenibilidad' y esta misma dicta las necesidades y las formas de comunicar con los grupos de interés; como dialogar, interrelacionarse y comprometerse mutualmente con ellos.
Las normas ISO son muy útiles para la gestión de aspectos específicos de las empresas y el hecho de ser certificables proveen una forma de demostrar este compromiso a algunos de los grupos de interés de una empresa. No obstante, aunque inicialmente la ISO 26000 pretendía ser una norma certificable sobre responsabilidad social, pronto los expertos involucrados se dieron cuenta que no era factible, quedando relegada a ser una guía. Comó guía no es una herramienta apropiada para que una empresa realmente comprometida con la sostenibilidad pretenda certificarse con ella, ya que esto no sería coherente. En otras palabras, se pondrá en cuestión la autenticidad de la RSE de cualquier empresa que intente aportar algún tipo de certificación con la ISO 26000, ya que esto no es su propósito.
Otra guía es la GRI G3. Nunca la GRI ha pretendido ser una norma (y no lo es) y es incorrecto llamarla una norma, y menos aún certificable. Tampoco sirve para clasificar a las empresas en materia de la sostenibilidad. La intención fue ser una herramienta para ayudar a las empresas en su evolución hacia la sostenibilidad e informar sobre su progreso.
No obstante, el sistema de auto-declaración por niveles A, B y C incluido en la versión G3, y la posibilidad de asignar un ‘+’ si la memoria estaba asegurada por un tercero independiente, ha sido confundida por muchos como una clasificación en sostenibilidad, pero no lo es. El hecho de que una empresa también pueda obtener un sello ‘GRI checked’ solamente crea aún más confusión para todos.
Además, para aquellos usuarios de la guía G3, que no dominan la lengua inglesa la errónea traducción, de una palabra tan clave para su correcta interpretación como es la inglesa “assurance” mal traducida por “verificación”, solamente ha servido para desorientar todavía más.
En el caso de una memoria de sostenibilidad el aseguramiento tiene una importancia muy especial, porque su función es aumentar la credibilidad de la misma y así fomentar el compromiso y confianza con los grupos de interés de la empresa.
No obstante, ni el GRI ni las propias empresas están siendo coherentes al declarar una simple verificación externa como un aseguramiento.
Por último no es correcto referirse simplemente a la norma AA1000. Desde octubre 2008 existen dos normas, la AA1000APS (2008) y la AA1000AS (2008).
La AA1000APS (2008) es la Norma de Principios de AccountAbility y se refiere a tres principios (Inclusividad, Relevancia y Capacidad de Respuesta). El propósito de esta norma es proporcionar a las organizaciones un conjunto de principios reconocidos internacionalmente y de libre acceso, para enmarcar y estructurar la forma en la que entienden, gobiernan, administran, implementan, evalúan y comunican su responsabilidad.
La AA1000AS (2008) es la única norma de Aseguramiento de Sostenibilidad y aporta a los proveedores de aseguramiento un instrumento para ir más allá de la simple verificación de datos, y evaluar cómo las organizaciones gestionan la sostenibilidad y reflejan dicha gestión y el desempeño resultante en su informe de aseguramiento.
No cabe duda de que aquellas empresas realmente comprometidas con la sostenibilidad y sus grupos de interés proporcionarán un aseguramiento AA1000AS a sus memorias de sostenibilidad.
La RSE abarca mucho, y por eso es importante que se hable con propiedad y que se llame a las cosas por su nombre y que las normas y guías se utilicen para lo que han sido diseñadas. Si no es así no sirve de nada todo el esfuerzo y desempeño puesto en desarrollarlas.
Comparto ambos puntos de vista, tanto de Antonio como el de John y dichas reflexiones me ha permitido comprender la diferenciación a la que hacen alusión en el desarrollo del artículo. Muchas gracias por tan sabias orientaciones. Roxanys Paredes Rivas
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