Perdón querido lector si este artículo se
refiere al 1% de las empresas. Es
conocida mi obsesión por el otro 99%, las que no son grandotas, que no cotizan
en bolsa, pero recientemente se publicó un estudio con los resultados de los rendimientos
en bolsa de las primeras que pueden ser de interés.
Es ampliamente difundida la idea de que las
empresas responsables deberían
producir mejores rendimientos en bolsa. Ya sea porque deberían enfrentar menores riesgos ambientales, sociales y de
gobierno corporativo, ya sea porque deberían
ser más eficientes en el uso de insumos, ya sea porque sus empleados deberían ser más productivos, ya sea
porque deberían poder capturar
mayores mercados, ya sea porque los clientes deberían pagar mejores precios por sus productos, ya sea, ya sea,
ya sea…… El lector puede añadir más
razones a la lista.
(la escalera que lleva a la rentabilidad ¿"es" o "debería ser" verde?)
Pero todo esto es
“debería ser”. En la práctica muchas
veces “no es”. He escrito varios artículos
sobre el tema y no creo que valga la pena volver sobre los mismos argumentos (Responsabilidad Empresarial: De la ilusión a
la realidad). Baste resumirlos en que el mecanismo que transfiere la responsabilidad en rentabilidad en
muchos casos no funciona, ya sea porque los actores en el “mercado de la
responsabilidad” (consumidores, accionistas, empleados, gobiernos, proveedores,
etc. ) no se enteran de la responsabilidad de la empresa, o enterándose no lo
creen, o creyéndolo no actúan en consecuencia, o la empresa gestiona bien la
información que le conviene (¿Cuál
es el argumento empresarial de la RSE?).
Sea como sea, no
es garantizado que una empresa responsable sea más rentable en bolsa. Depende de la reacción de los stakeholders.
Lo que nos lleva al
reciente estudio preparado por Hermes Fund Managers (gestores de fondos de
inversiones bursátiles), ESG
investing: Does it just make you feel good, or is it actually good for your
portfolio? El título mismo es sugestivo …….. y se podría decir que un poco
irónico. Pregunta si el invertir con criterios de responsabilidad ambiental,
social y de buen gobierno (ESG) te hace sentir bien o es bueno para tu cartera
de inversiones. O puesto de otra manera,
¿inviertes con el corazón o con la cabeza?
En un mundo racional no debería haber distinción, lo que es bueno para
la sociedad debería ser bueno para la
cartera de inversiones. Pero todavía
estamos muy lejos de que así sea.
Sin entrar en mucho detalle sobre los
resultados, comentaremos solo la gran conclusión: Las
empresas mejor calificadas en responsabilidad social y ambiental NO rinden más,
solo lo hacen las mejor calificadas en buen gobierno corporativo y la
diferencia viene porque el mercado bursátil parece castigar a las que se portan
mal, más que premiar a las que se portan bien.
En pocas palabras, al mercado bursátil (todavía) no le importa la
responsabilidad social y ambiental de las empresas, pero sí actúan en base al
comportamiento sobre el gobierno corporativo, que es lo que le preocupa a los analistas financieros, los gestores de
fondos y los inversionistas institucionales.
En esto hay un gran sesgo
histórico derivado en gran parte de la formación tradicional de los analistas
en temas financieros y la gran resistencia a aprender cosas nuevas (ESG),
sobre todo cuando hay poca demanda por ellas y cuando todavía no se ha
generalizado la idea ni se ha convencido de que importan. Pero todo esto está evolucionando.
Pero se requiere
de grandes esfuerzos para la educación/concientización del mercado de la
responsabilidad.
Esto no quiere decir que la conclusión del
estudio sea válida para todas las empresas, es solo válido en el promedio de
empresas que analizaron. Es muy posible
que para algunas los aspectos sociales y ambientales sí sean apreciados por el
mercado bursátil y es muy posiblemente cierto que a nivel de empresa individual
la rentabilidad contable (basada en el ingreso neto, no en el cambio de precio
en bolsa) sí sea afectada positivamente por la responsabilidad social,
ambiental y por el buen gobierno corporativo.
Es importante distinguir entre la
relación a nivel agregado (muy difícil de demostrar) y la relación a nivel de
una empresa en particular (menos difícil, el problema es medir los resultados
cuantitativos de la responsabilidad y la causa/efecto) (ver mis artículos ¿Responsable solo si es
rentable? Primera Parte y Segunda Parte y ¿Cuál
es el argumento empresarial de la RSE?).
Y tampoco es este estudio el definitivo. Se han hecho literalmente centenares de
estudios sobre el tema, con diferentes mediciones para representar la responsabilidad
social, ambiental o el buen gobierno, diferentes períodos de tiempo, diferentes
bolas de valores, entre otros (ver una reciente compilación, mayormente de los
estudios sobre el “debería ser” en Sustainability Pays: Studies
That Prove the Business Case for Sustainability). La única conclusión generalizable de todos
estos estudios es que no hay conclusión generalizable. Muchos encuentran una relación positiva,
otros una negativa y otros no encuentran relación alguna. Algunos dicen que demuestran que las empresas
responsables son más rentables y otros que las empresas más rentables son más
responsables. La realidad es que las empresas bien gestionadas son responsables y
rentables.
Y los promotores de la inversión socialmente
responsable suelen concluir diciendo “a
lo mejor no rinden más, pero tampoco no rinden menos”, sea que no cuesta
nada ser responsable a la hora de invertir ……… y a muchos por lo menos los hace
sentir bien.
Y querido lector,
cuando oigas por enésima vez en una conferencia que el ser responsable es más
rentable, pregunta: ¿“es” o “debería ser”?
Y pregunta que debemos/podemos
hacer para que el “debería ser” “sea”.
Esa es la gran tarea.
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