domingo, 12 de octubre de 2025

Usos y abusos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible


Los 17 ODS y sus 169 metas cubren todo el espectro posible de actuación de las empresas, gobiernos, instituciones y personas, de allí que las oportunidades de estas partes, sobre todo las primeras, de contribuir a su logro para el 2030, son ilimitadas.

Desde su promulgación ha existido gran preocupación sobre la dificultad de su logro y se han intensificado las presiones sobre todas las partes, en particular sobre las empresas y las instituciones financieras para que contribuyan. Ello ha llevado a usos y abusos de los ODS que son poco comentados. La gran mayoría de los escritos son promocionales, halagüeños, aspiracionales, enmascarando la realidad de las contribuciones.

Para las empresas el principal valor de los ODS son las grandes líneas estratégicas que pueden guiar sus estrategias y actividades en pos del logro de su sostenibilidad empresarial. Ello ha llevado a que muchas empresas se hayan tomado en serio la adaptación de estas estrategias y actividades para contribuir en la medida de lo posible a ese logro. No obstante, en el entorno empresarial las presiones han sido muy fuertes lo que ha resultado más en reportar que en hacer, en imputar lo que ya se hace de como contribución. Una competencia para ver quién da más y ganarse el aprecio de sus partes interesadas. Algunas son legítimas otras no tanto. Constituyen un instrumento ideal para el greenwashing.

Lo más común en las empresas es hacer un inventario de sus actividades tradicionales y contrastarlas con las 169 metas para extraer elementos comunes y así reportar contribuciones. No se trata de poder encontrar un nexo entre actividades y metas, se trata de lograr impacto, cambios en el desarrollo como consecuencia de la actividad.

Donar la comida excedente de la cafetería no es una contribución a la reducción de la pobreza. Los volúmenes de servicios de telefonía no son una contribución, son la razón de ser de la empresa, sí lo son aquellos que ha encarado específicamente para atender a poblaciones no atendidas. La presencia de mujeres al consejo no es una contribución a la reducción de la discriminación, su impacto en la toma de decisiones sí lo es.

El desarrollo sostenible, objeto de los ODS, requiere que las actividades sean significativas, incrementales, con impacto, medible o no, sostenibles y sostenidas en el tiempo, no ocasionales, y con contribución al desarrollo de los países menos desarrollados, donde tienen mayor valor relativo que en los desarrollados. Estos son los criterios para evaluar la legitimidad de las contribuciones.

No nos podemos dejar engañar por el espejismo del volumen de actividades que se atribuyen contribución, el papel aguanta todo, lo único que cuenta son los cambios tangibles que estas actividades logran en el terreno.

El lector interesado en más detalles puede consultar Mis veintidós artículos sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la RSE.


 Artículo publicado en el periódico La República, Colombia, en octubre 2025 

https://lnkd.in/ecKXQSjs


domingo, 5 de octubre de 2025

Inversiones responsables, segunda parte: ¿Tienen impacto sobre la sostenibilidad empresarial?

 Reproducido en la revista The Officer en octubre del 2025 en https://bit.ly/3WuIq9T  


En el artículo anterior analizábamos si las inversiones denominadas como responsables eran merecedoras de ese apelativo y concluíamos que la gran mayoría no lo eran. En este analizaremos si esos montos de inversiones, aun las legítimamente calificadas, logran mejoras en la sostenibilidad de las empresas y proyectos objeto de sus inversiones.

Para facilitar la discusión, la dividiremos en dos partes, los mercados primarios donde se emiten los valores y los mercados secundarios donde se transan después de emitidos.

Mercados primarios de valores sostenibles.

Estos son los mercados dende se emiten por primera vez los valores para captar recursos del público o de instituciones para financiar empresas o proyectos que hayan sido calificados como responsables.  Son muy pocas las empresas calificadas como tales que hacen aumentos de capital y emiten acciones en los mercados de inversiones socialmente responsable, ISR. Lo más común es que emitan en mercados tradicionales y posteriormente pasen a ser transadas en los mercados ISR. Los mayores volúmenes en el mercado primario de valores responsables son las emisiones de bonos verdes, sociales y sostenibles [i] para el financiamiento de empresas y proyectos, cuyos recursos tienen destinos muy específicos y que son reguladas por principios de emisión y control, ya sea de instituciones privadas, como la International Capital Markets Association, ICMA, o multilaterales como la Comisión Europea (solo los tiene para los verdes) o gobiernos como China.

La característica común y destacable de estos valores es que los mercados aportan recursos frescos a las empresas o proyectos para llevar a cabo inversiones en actividades tipificadas como sostenibles (por ejemplo, la Taxonomía Verde de la Unión Europea) y que deben divulgar información previa y a posteriori, y sometida a verificación, del uso sostenible de los recursos. En este caso sí se puede hablar de que los recursos aportados en estos mercados pueden tener un impacto tangible sobre la sostenibilidad empresarial en particular y la ambiental en general. Ello no obsta para solo sea una parte de los recursos los que sean efectivamente utilizados en estas actividades, o que las actividades terminen teniendo impactos dudosos. Pero la intención y el proceso así lo pide. Son recursos adicionales dedicados a la sostenibilidad.

Y aquí es necesario hacer una aclaración.  Se ha popularizado la modalidad de emisión de “bonos ligados a la sostenibilidad”, por lo cual las empresas se comprometen al logro de alguna meta relacionada con la sostenibilidad, pero los recursos obtenidos son de libre disposición de la empresa, sin obligación de invertirlos en actividades sostenibles. El potencial impacto sería vía el logro de las metas que han condicionado la emisión, pero, en general, suelen ser metas que la empresa pretendía lograr de todas maneras. No tienen obligación de invertir los recursos obtenidos en ello. En muy pocos casos se puede decir que los recursos han tenido impacto.[ii]

Mercados secundarios de valores sostenibles.

En los mercados secundarios ISR se transan valores emitidos en el pasado que tengan características de sostenibilidad, que son aquellos que fueron emitidos ya con esa calificación en los mercados primarios comentados arriba, y los valores que la adquieren estando ya comercializados en los mercados tradicionales. El segundo caso son la inmensa mayoría de los valores a los que alguien ha calificado con alguna característica de sostenibilidad y que son adquiridos por fondos ISR, que analizábamos en el artículo anterior (donde enfatizábamos las dudosas tipificaciones de muchos de estos valores y fondos).

Pero lo más importante es  ¿qué impacto tienen estos mercados secundarios en la sostenibilidad?

a.     Impacto directo.

No tienen impacto directo adicional alguno ya que los montos totales de inversiones en estos mercados (digamos los € 240 000 millones que reporta Spainsif) son en su mayoría resultado de calificación de los valores y su inclusión en los mercados secundarios de ISR. Solo en algunos casos son valores que tuvieron emisión primaria con recursos para la sostenibilidad, y si así fue, ese potencial impacto corresponde al mercado primario, no al secundario donde se transan. Y los montos transados tampoco tienen impacto alguno ya que se trata de transacciones entre un comprador y un vendedor, sin que la empresa reciba parte alguna de esos montos transados para hacer inversiones.

b.     Impacto indirecto.[iii]

No obstante, es posible que tengan un impacto indirecto en la sostenibilidad. Es el caso de inversionistas responsables activistas que adquieren esos valores con el objeto de influenciar las decisiones de los dirigentes hacia la sostenibilidad, ya sea vía resoluciones en las asambleas generales de accionistas o con involucramiento directo con la dirigencia. También es posible el impacto indirecto vía la reputación de la empresa, ya que la dirigencia que quiera mantener sus valores comercializados en los mercados ISR, y mantener el favor de sus stakeholders  suele llevar a cabo actividades para mejorar su sostenibilidad empresarial.

c.     Impacto falacia.[iv]

Hay quienes creen que la desinversión en valores de empresas que tienen practicas irresponsables las harán mejorar su comportamiento. Esto es una falacia ya que los valores de los que venden serán comprados por otros, que, muy posiblemente, les importa mucho menos la responsabilidad de la empresa.  El único impacto de la desinversión es que los que venden se sentirán un poco mejor (el “warm glow” del artículo anterior), aunque a veces es obligación de la política de inversión del fondo. Podría ser más responsable tratar de involucrarse mientras se es propietario de los valores.

En resumen

Los montos reportados sobre las inversiones responsables y las volúmenes transados en los mercados ISR, dan una impresión exagerada y equivocada de su contribución a la sostenibilidad empresarial y ambiental. No, esos montos no han contribuido a la sostenibilidad. Los mercados secundarios tienen muy poco impacto y en todo caso es indirecto.  Son solamente los valores emitidos en los mercados primarios, bien regulados, aquellos cuyos recursos deben invertirse en actividades sostenibles los que sí tienen un potencial de impactarla.