domingo, 23 de febrero de 2025

Efectos de la cultura corporativa sobre la sostenibilidad empresarial

 

Al leer un artículo académico [1] sobre los efectos de la cultura corporativa encontré que algunos de los resultados ofrecían lecciones para la sostenibilidad empresarial.  En esta nota reproduzco algunas citas relevantes con comentarios para ponerlas en el contexto de sus efectos sobre la sostenibilidad, con advertencias sobre la interpretación de los resultados.

El artículo se basa en un estudio estadístico de correlación entre algunos indicadores de cultura empresarial y beneficios en las empresas [2]  Han seleccionado como un indicador de la cultura la integridad empresarial, que lamentablemente no definen, por disponer de una base de datos con las percepciones de los empleados sobre la integridad de sus empresas.

I.                Los resultados.

Comentando el primero de los resultados dice:

Utilizamos estas medidas y encontramos que los altos niveles de integridad percibida por los empleados se correlacionan positivamente con buenos resultados, en términos de mayor productividad, rentabilidad, mejores relaciones laborales y mayor nivel de atractivo para los posibles solicitantes de empleo.

Es lo que siempre se alega de los beneficios de la sostenibilidad empresarial, en este caso representada por la integridad percibida por los empleados, que produce beneficios en términos financieros, mayor productividad, atracción de mayores talentos y mayor paz laboral. Son los argumentos tradicionales, aunque algunos sean intangibles. [3]

No obstante, no deben interpretarse como una confirmación válida para todas las empresas. Es presumiblemente válida para el promedio de las empresas, pero no todas son el promedio. Además, es una correlación entre variables. y no se demuestra causalidad, qué causa qué, aunque pueda intuirse que es la integridad la que conduce a buenos resultados y mejores empleados, aunque no debe descartase que sean estos los que fomentan la integridad, o que sea un círculo virtuoso, integridad produce algunos resultados que, a su vez, mejoran la integridad.

La cultura de integridad puede tener algunos costos a corto plazo (los beneficios perdidos hoy), pero también beneficios a largo plazo…….. Podemos interpretar este resultado como si dijera que el mercado inicialmente subestima el valor del capital de integridad y sólo con el tiempo, a medida que llegan las ganancias, aprecia su valor.

En sostenibilidad empresarial diríamos que los costos suelen ser tangibles y en el corto plazo, en tanto que los beneficios pueden ser tangibles e intangibles y se suelen obtener en el largo plazo. En este caso, el estudio concluye que el efecto de la integridad sigue estas ideas, con costos en corto plazo y eventualmente produce beneficios en el largo plazo. Y lo que es más importante, que los inversionistas lo reconocen. La sostenibilidad empresarial es una inversión.

Por experiencia y los resultados de otros estudios, esto parece ser un resultado muy optimista, que los inversionistas lo reconozcan de manera sistemática y lo externalicen actuando sobre el precio de las acciones. Los inversionistas no se enteran de la percepción de los empleados sobre la integridad, ni suelen actuar sobre un aspecto puntual.  Lo más probable que lo que “causa” los rendimientos es la percepción por parte de los inversionistas de que la empresa está bien gestionada.

La presencia de grandes accionistas o inversores institucionales pone el foco hacia la maximización del valor de los accionistas lo que socava la capacidad de una empresa para mantener un alto nivel del capital de integridad. También encontramos que las empresas que cotizan en bolsa son menos capaces de mantener un alto nivel de integridad.

Una posible explicación es que una estructura de propiedad más concentrada conduce a una mayor atención hacia la maximización del valor de los accionistas, con consecuencias negativas sobre el valor de mantener una reputación de integridad.

Estos resultados indican que cuando la empresa cotiza en bolsa, tiene inversionistas con poder de control e inversionistas institucionales, los rendimientos financieros tienen prioridad y con ello sufre la integridad, o por lo menos la percepción que de ella tienen los empleados.[4]

Este resultado parece ser contradictorio con el anterior en el que se concluye que los inversionistas valoran la sostenibilidad en la bolsa, pero que cuando cotizan en bolsa y hay concentración en grupos de inversionistas se priorizan los beneficios.  La gran mayoría de las empresas que cotizan en bolsas tienen inversionistas institucionales y grupos con cierto poder de control.  

Cuando analizamos la remuneración del CEO encontramos una correlación positiva y estadísticamente significativa con la integridad.

Sorprendente que la remuneración del CEO se correlacione positivamente con la percepción de los empleados sobre la integridad empresarial. A mejor es que hay una tercera variable, y es que, a mayor remuneración, mayor percepción de la valía del CEO, lo que lleva a una percepción de mayor integridad.  De nuevo reiterar nuestra advertencia previa sobre la interpretación de resultados de estudios estadísticos con un gran número de empresas, no sea que se interprete esta observación como que hay que aumentarle el sueldo al CEO para que los empleados mejoren su percepción sobre la integridad de la empresa.

Este es buen ejemplo de la cautela que se debe ejercer al extrapolar los resultados como si fueran válidos para todas las empresas y del problema de la causalidad.

II.             Cautelas en la interpretación.

Son muchas las personas que interpretan los resultados de estudios estadísticos como este como si aplicaran a todas las empresas, cuando en realidad aplican solo al gran promedio de ellas y pueden no ser válidos para empresas particulares.

Es de destacar que estos estudios, en su gran mayoría demuestran correlación, o sea las variaciones en las variables están relacionadas, pero no demuestran causalidad, qué es lo que causa qué.  Por ejemplo, una de las generalizaciones más comunes en la sostenibilidad empresarial es que las empresas sostenibles son más rentables, cuando en realidad puede ser que sea la rentabilidad la que causa, permite, respalda, la sostenibilidad. [5] La realidad es que es la buena gestión la que causa ambas, no una a la otra, ni la otra a la una.[6] La única manera de demostrar de manera convincente un efecto causal de la integridad en el desempeño es mediante un experimento de campo lo cual no es económicamente factible.

sábado, 15 de febrero de 2025

La integración del DirSE y el DirFIN es urgente: ¿Cómo?

 

Desde que para promover la sostenibilidad empresarial se desarrollaron los argumentos empresarial, hay que ser responsable porque rinde beneficios (pero no siempre), y moral, hay que ser responsable porque es de justicia, se confirmó una brecha, en términos generales, entre los responsables de finanzas, exigiendo la demostración de los beneficios, y los de sostenibilidad, motivados por la contribución de la empresa a la sociedad.  Como si les hubieran dado un bandera que defender.

Pero, ante la necesidad de la comunión de objetivos entre todas las partes de las empresas para mejorar su competitividad, y más recientemente con la entrada en vigor de los estándares de reporte sobre sostenibilidad empresarial de la Unión Europea, basados en la doble materialidad, y los internacionales basados en la materialidad financiera, se han intensificado los llamados a estrechar la colaboración entre los directivos responsables de la sostenibilidad con los de la función financiera. 

Pero, esto no ha venido acompañado de una discusión sobre el cómo hacerlo, que, sobre todo dada la brecha histórica y hasta de antagonismo entre ambas funciones, es complicado.  Este es el objetivo de este artículo. [1] Para ello pasamos revista a los impulsores de esta integración, las diferencias estructurales entre las funciones que habrá que compaginar, las razones para hacerlo y los instrumentos que pueden ser usados para lograrlo: la información, el reporte y la educación formal. [2] En el proceso desarrollamos cinco tareas que deben liderar los DirSE.

I.                Impulsores de la integración.

Empecemos con el contraste entre dos regiones y modelos que personifican la brecha. En EE. UU. con el énfasis en los beneficios financieros, las actividades relacionadas con la sostenibilidad se perciben más bien como un costo y por ende ha habido interés en analizarlas desde el punto de vista de su impacto financiero.  Ello dio lugar a la creación del Sustainability Accounting Standards Board, SASB, que identifico los potenciales impactos y desarrolló los correspondientes indicadores. Ello sentó las bases para la producción de estándares de reporte de aplicación internacional por la International Sustainability Standards Board, ISSB, con el mismo objetivo, el de apreciar los impactos financieros de la sostenibilidad empresarial, vía la determinación de los aspectos que los afectan: la materialidad financiera. Ello ha forzado a que la sostenibilidad empresarial deba considerar su potencial impacto financiero.  En este caso la función financiera tiene mayor ascendencia que la de sostenibilidad.

Al otro lado, no solo geográficamente sino además de cultura económica, está Europa, donde las economías tienden a ser sociales, y el interés en la sostenibilidad empresarial ha estado más motivado por los impactos de las empresas en la sociedad y el medio ambiente.  La Comisión Europea, desarrolló estándares de reporte sobre la sostenibilidad, simultáneamente con los internacionales, pero basados en la doble materialidad, identificar y reportar sobre los aspectos que tienen impacto sobre la sociedad y el planeta y sobre la situación financiera de las empresas. En este caso, dado el modelo económico europeo, la función de sostenibilidad tenía mayor ascendencia, pero ante la adopción de la materialidad financiera, la función financiera está adquiriendo mayor pertinencia. Y esta pertinencia está siendo reforzada por la presión hacia la mejora de la competitividad económica en los países de la Unión.[3]

En ambos casos, se tienen que acercar las funciones de sostenibilidad y de finanzas, no solo para efectos de reportes más efectivos, sino todavía más importante, porque además esta integración es condición necesaria para que la sostenibilidad se integre en la gestión empresarial, de lo contrario no será “integral”.  Se repite hasta la saciedad que la sostenibilidad está en el ADN de la empresa, pero no lo está, ni lo estará, si estas dos funciones no logran la integración. La sostenibilidad y las finanzas están pasando a ser inseparables.

II.             Idiomas y culturas diferentes. [4]

La siguiente tabla resume algunos de los aspectos de ambas funciones que son contrastantes. No se pretende ser ni exhaustivo ni dogmático, son generalizaciones que permiten ilustrar el contraste y la magnitud de la tarea que se tiene por delante.

 

 

FINANZAS

SOSTENIBILIDAD

IDIOMA

Financiero-contable

Social-ambiental

EXPRESIÓN

Cuantitativo/Monetario

Cuantitativo y cualitativo

FORMACIÓN

Contabilidad/Finanzas/Economía

Ciencias, incl. sociales

CULTURA

Competitiva

Colaborativa

HORIZONTE

Corto y mediano plazo

Mediano y largo plazo

VALOR GESTIONADO

Tangible

Tangible e intangible

AMBITO

La empresa y sus financiadores

La empresa y su entorno

ESTILO

Imposición/Escepticismo

Persuasión/Negociación

STAKEHOLDERS

Uno prioritario, varios secundarios

Decenas

 

No los discutiremos uno por uno, ya que son relativamente evidentes. Solo un comentario sobre la diferente conceptualización de la “creación de valor”, que es crítico para la integración.  Para el DirSE la sostenibilidad crea valor, pero no todo es tangible y en el corto plazo, gran parte puede ser intangible y en el largo plazo, cuantificable o no. Para el DirFIN “valor” es tangible y en el corto o mediano plazo y debe ser medible, y mejor si lo es en términos monetarios. Para la integración es necesario traducir el “valor” según el DirSE a “valor” según el DirFIN.  Y no hay diccionario, pero sí algo de lenguaje común, como vemos en la siguiente sección.

Estos contrastes explican de alguna manera porque la función financiera ha sido tradicionalmente una de las más reacias a la integración en la sostenibilidad empresarial.

Tarea #1 para el DirSE: Acercarse a las características del DirFIN para poder entenderse es punto menos que imposible, pero el DirSE sí debe hacer esfuerzos para comunicarse en el idioma y modalidad de expresión del DirFIN. Debe entender lo que “los mueve”. Este ha tenido la prominencia y hará pocos esfuerzos para la integración.

III.           El argumento empresarial como traductor.

El argumento empresarial es el instrumento con el que llevar a cabo la comunicación: las actividades de la empresa que contribuyen a su sostenibilidad y que rinden beneficios o evitan cosots y riesgos financieros. Si bien en ese espacio de la sostenibilidad puede haber comunión de objetivos (sostenibilidad = beneficios), es solo una pequeña parte, porque para lograr la sostenibilidad empresarial hacen falta actividades que no necesariamente rinden esos beneficios. Sería perniciosos para la sociedad y por ende para las empresas, que ello las llevara a solo encarar aquellos aspectos, y es el riesgo que se corre con la dominación de la función financiera. Como dijimos arriba, pueden no ser ni tangibles ni en el corto plazo. Pero nos da una dirección a seguir.

Las siguiente gráfica refleja las respuestas a la pregunta a directivos empresariales sobre donde creen que la sostenibilidad empresarial crea valor. No es tan importante la encuesta específica ya que las respuestas son muy típicas a este tipo de preguntas en diferentes países, períodos y niveles gerenciales. [5]

Lo que es ilustrativo para nuestros propósitos es que la percepción del mayor valor aportado por la sostenibilidad se refleja en valores intangibles, en tanto que se considera de menor valor el aportado a los tangibles. Esto puntualiza una oportunidad critica para que los DirSE interactúen con los DirFIN y es la “tangibilización” de esos intangibles. [6] Y la iniciativa debe ser de los DirSE.

No hace falta convencer al DirFIN de los tres de abajo, se reflejan en los estados financieros, en tanto que los tres de arriba no, o por lo menos no lo harán de forma identificable y mucho menos financieramente en el período de reporte financiero. Y el del medio es ilustrativo de la tarea que se tiene por delante: rinde beneficios, y algunos son financieros y tangibles, pero no son de fácil determinación, requieren de estudios especiales de impacto. Requieren de “tangibilización”.

Pero, y aquí hay un gran pero, el DirSE debe ser realista, no caer en el error de los idealistas de exagerar los beneficios y minimizar los costos de la sostenibilidad empresarial. NO, no todas las actividades conducen a beneficios. [7] El interlocutor, el DirFIN, como vimos en el tabla de arriba, tiene un cultura de “¡demuéstramelo!”, y en los aspectos de sostenibilidad podríamos decir que de escepticismo.  Y tiende a exagerar los costos y minimizar los beneficios. Y en buena parte esto explica su actitud frente a la sostenibilidad, les han vendido tantos “beneficios” que no se han dado, que los han vuelto incrédulos. Buenas intenciones de los fanáticos que terminan siendo contraproducentes.

Tarea #2 para el DirSE: Seleccionar los aspectos sobre los que se pueden demostrar beneficios, tangibles e intangibles y “tangibilizar” estos como mejor pueda.

IV.            Información como punto de encuentro.

Ambas funciones gestionan información, con características y expresiones diferentes pero que tienen en común que se refieren a un mismo aspecto, el conjunto de actividades de la empresa que forman parte de su sostenibilidad y que tienen impacto financiero. Esta información que ambas partes producen/necesitan constituye la oportunidad para la colaboración mencionada. Forman parte de los informes financieros y de los de sostenibilidad.

 

Tarea #3 para el DirSE: Asegurar la relevancia de la información, que se produce y gestiona sobre sostenibilidad, para el DirFIN.  Debe gestionarla con dos puntos de vista: sostenibilidad financiera y sostenibilidad social y ambiental.

V.              Reportes como instrumento de integración.

 Son los reportes de sostenibilidad, preparados bajo los estándares internaciones, y mejor, con los de la Unión Europea, los que ofrecen el mejor instrumento de integración.  Por ahora los reportes serán preparados mayormente por la función de sostenibilidad, pero la participación de la función financiera es crítica. En el caso de los estándares internacionales, basados en la materialidad financiera, la colaboración es indispensable. Si bien puede ser la función de sostenibilidad la que identifique los impactos y riesgos, corresponderá a la financiera determinar su magnitud, pertinencia, extensión temporal, etc. En el caso de los estándares europeos, basados en la doble materialidad, el liderazgo de la función de sostenibilidad es más claro todavía, por ser los más familiarizados con los impactos sociales y ambientales de las empresas, pero al igual que el caso anterior corresponderá a la función financiera su contextualización.  Recordemos que primero vienen los impactos sociales y ambientales, los de ida, y después vienen las reacciones, los impactos financieros, los de vuelta.

 

Es de puntualizar que el objetivo de ambos conjuntos de estándares es ir en la dirección de la integración de los informes financiero y de sostenibilidad. En el caso de los internacionales, hay que recordar que han sido preparados bajo los auspicios de la organización internacional responsable de la preparación de los estándares de información financiera.  En el caso europeo, si bien se basan en equiparar ambos tipos de información, su comienzo viene de la preocupación por el impacto social y ambiental. Y en ambos casos, ambos informes, sostenibilidad y financiero, se deben preparar al mismo tiempo y se debe demostrar la compatibilidad entre ambos tipos de informaciones.

 Esta colaboración se intensifica con el requerimiento de tener sistemas de control interno de la información de sostenibilidad y que el sistema y la información sean objeto de aseguramiento externo.[8] Esto ya está desarrollado al interior de las empresas para el caso de los controles e información financiera por lo que es de suponer que la correspondiente a la sostenibilidad se integre de manera natural a la financiera, aunque ambas requieren de destrezas y capacidades diferentes. Pero esto es una razón más para la necesidad de la integración. Unos deberán entender las características especiales de la información sobre sostenibilidad y los otros las necesidades de controles internos a esa información. [9]

 Tarea #4 para el DirSE: Liderar la preparación y confiabilidad de la información sobre sostenibilidad, asegurando la relevancia y pertinencia para la información financiera.

 VI.            Educación como puente.

Y el puente: la educación.  Como vimos en la tabla de arriba, buena parte de los contrastes (idioma, cultura, expresión, estilo, etc.) entre las profesiones se debe a diferencias en la educación que suelen recibir. Y aquí es muy peligroso generalizar, ya que hay de todo. Pero la tendencia es que los DirFIN tengan una formación más cuantitativa, con preferencia por la precisión, y menos tolerancia por la ambigüedad que los DirSE, que suelen ser formados en las ciencias sociales (menos en economía), mucho más basadas en el comportamiento humano y de la naturaleza, menos dogmáticos, más difusos, más abiertos a la conciliación.

Para su participación en la gestión empresarial, los DirFIN suelen haber estudiado en las escuelas de negocios, que desde hace muchas décadas inculcan que el propósito de la empresa es la maximización de los beneficios financieros, tangibles y medibles (“lo que no se puede medir no se puede gestionar[10]).  Por la discusión precedente se puede ver que esto abre una gran brecha con los DirSE que suelen abogar por una visión más amplia del papel de la empresa en la sociedad.

Y en esto las escuelas de negocios tienen una gran responsabilidad [11]. Si bien en los años recientes muchas de ellas han expandido su visión del papel de la empresas, el propósito financiero todavía prevalece como núcleo de las asignaturas claves, y la ampliación es relativamente secundaria. Las finanzas siguen siendo las tradicionales, no finanzas responsables, la contabilidad sigue siendo la tradicional, no la contabilidad de la sostenibilidad, la mercadotecnia sigue siendo la extracción de beneficios del consumidor, no la mercadotecnia responsable. Pero hay cursos electivos sobre algunos aspectos de la sostenibilidad (aunque se comienzan a ofrecer maestrías más integrales).

Así como la sostenibilidad empresarial no está todavía integrada en las empresas, tampoco está la sostenibilidad integrada en la educación en estas escuelas. Esta educación sigue siendo una ensalada, donde los componentes están juntos, pero separados, y no una torta donde están juntos e íntimamente integrados (¡utópico!). [12]

Tarea #5 para el DirSE: Aprender sobre lo que mueve a los profesionales de contabilidad y finanzas y promover actividades internas de divulgación e interacción sobre la compatibilización de los objetivos.

VII.         ¿Y para las empresa que no tienen obligación de reportar?

Las obligaciones de reportar sobre la materialidad financiera y la doble materialidad ofrecen poderosos estímulos, de hecho, obligaciones para la integración de las funciones de sostenibilidad y financiera. Pero, las empresas que no tienen obligación de hacerlo pueden utilizar los elementos de la discusión precedente para reducir el antagonismo que algunos sectores, en particular la función financiera, tienen con las actividades de sostenibilidad y eventualmente contribuir a potenciarlas. Adicionalmente, la integración debe ser de interés para que los financistas de estas empresas puedan evaluar los el impacto y riesgos financieros de la sostenibilidad.[13]

VIII.      En resumen.

La evolución reciente de la sostenibilidad empresarial y sobre todo la demanda de información confiable y la entrada en vigor de estándares de reporte está haciendo no solo necesaria, sino indispensable la integración de las funciones de finanzas y sostenibilidad dentro de la empresa. 

Hemos propuesto cinco áreas de acción para facilitar el proceso, sabiendo que es una tarea que requiere de arduos esfuerzos y de tiempo. Para lograrlo hay que vencer las diferencias de idiomas, expresiones, estilo, de cultura, etc. entre ambas funciones Y si bien sería deseable que ambas partes hicieran los esfuerzos, por la tradición histórica de la prominencia de la función de finanzas y la relativa novedad de la sostenibilidad, corresponde a los recién llegados, los DirSE, tomar la iniciativa y las acciones para lograrlo.  Los DirFIN suelen tener una actitud pasiva ante estas necesidades.

 

 

TAREAS PARA EL DirSE

1

Acercarse a las características del DirFIN para poder entenderse es punto menos que imposible, pero el DirSE sí debe hacer esfuerzos para comunicarse en el idioma y modalidad de expresión del DirFIN.  Debe entender lo que “los mueve”. Este ha tenido la prominencia y hará pocos esfuerzos para la integración.

2

Seleccionar los aspectos sobre los que se pueden demostrar beneficios, tangibles e intangibles y “tangibilizar” estos como mejor pueda.

3

Asegurar la relevancia de la información, que se produce y gestiona sobre sostenibilidad, para el DirFIN.  Debe gestionarla con dos puntos de vista: sostenibilidad financiera y sostenibilidad social y ambiental.

4

Liderar la preparación y confiabilidad de la información sobre sostenibilidad, asegurando la relevancia y pertinencia para la información financiera.

5

Aprender sobre lo que mueve a los profesionales de contabilidad y finanzas y promover actividades internas de divulgación sobre la compatibilización de los objetivos.

 

Y hay que destacar que lo que hemos comentado son generalidades, cada empresa es un caso particular y como se logrará la integración depende de sus circunstancias y su contexto.  Solo hemos ofrecido una guía, no es pertinente aportar “recetas”, solo una posible dirección.

La sostenibilidad y las finanzas están pasando a ser inseparables.  



[1] Gracias a Juan Manuel Cajiga de Empresability por estimularme a escribirlo.

[2] En el artículo nos referimos genéricamente a “beneficios”, por lo mismo aplica a costos y riesgos.

[4] El suscrito fue DirFIN y luego DirSE, profesor de finanzas corporativas y luego de sostenibilidad empresarial.

[5] Si tuviéramos una encuesta de percepciones por tipo de encuestado, DirSe y DirFIN tendríamos una información de contraste más refinada todavía.

[6] La consultora finlandesa Upright ha desarrollado una herramienta para cuantificar el impacto monetario, en los estados financieros, de la sostenibilidad empresarial Financial effects of companies' sustainability risks and opportunities. Recomendamos al lector interesado de hacerse su opinión propia. Suponemos que hace muchos supuestos y aproximaciones, pero posiblemente el fundamento de la herramienta sea valioso para las empresas que quieran usarlo. Habíamos analizado su modelo para el caso de las calificaciones de sostenibilidad en Por fin una herramienta integral para calificar la sostenibilidad empresarial de empresas y fondos de inversión

[9] En el artículo ¿Está la profesión del contador público preparada para la información de la sostenibilidad empresarial  incluí una tabla con 20 diferencias entre la información financiera y la de sostenibilidad que da más luces sobre las diferencia de enfoque entre ambas funciones.

[10] Para una análisis de lo pernicioso de sta cita para las sostenibilidad empresarial, ver ¿Cuánto vale tu madre?: Relevancia versus medición.

[11] Este tema lo he tratado en más detalle en Ética y responsabilidad en las escuelas de negocios (julio 2011) y Responsabilidad en la enseñanza en las escuelas de negocios (marzo 2009). Y aunque son antiguos, la realidad no ha cambiado mucho.

[13] La propuesta de estándar de reporte, EFRAG Voluntary Sustainability Reporting Standards for non listed SMEs (VSME), producida por las misma institución que los ESRS, no requiere la determinación formal de la doble materialidad, pero si recomienda reportar los aspectos pue puedan tener un impacto sobre la situación financiera.