Con Rodrigo Amandi
Comentábamos en un artículo anterior (La Inversión Socialmente Responsable en España: ¿Simbólica?) el grado relativamente incipiente
de la Inversión Socialmente Responsable, ISR, en España y en particular de su actitud
pasiva, complaciente, y el uso mayoritario
de los criterios de exclusión por sector industrial para seleccionar las
inversiones, que tienen muy poco impacto sobre las prácticas responsables de
las empresas.
En agosto de 2012 se presentó en Suiza una
tesis de MBA en la Universidad de Saint Gallen sobre la situación de la ISR (Sustainable Investments in Switzerland: An Empirical Analysis of Asset
Owners and Asset Managers on the Current Acceptance, Perceptions and Barriers),
patrocinado por Contrast Capital. Al mismo
tiempo se publicó un estudio por uno de los autores de este artículo (Sustainability indices in emerging markets:
impact on responsible practices and financial market development), sobre la experiencia de
Brasil. Los resultados de estos estudios,
nos pueden dar algunas luces sobre como profundizar la ISR en España.
Suiza es un país pionero en la ISR, donde
esta temática es parte de la oferta de inversión en las principales gestoras
del país desde hace más de una década e incluso existen entidades de inversión única
y exclusivamente dedicadas a gestionar activos en ISR. Adicionalmente es la sede de las más
importantes instituciones de análisis de sostenibilidad empresarial en el mundo. Sin contar los criterios de exclusión que se
utilizan como cubierta en las inversiones tradicionales, las inversiones
dedicadas a ISR usan mayormente
criterios positivos de inclusión como el de “best in class” (los mas responsables dentro de las diferentes
industrias, que son los criterios de inclusión en el Dow Jones Sustainability
Index), y criterios específicos de sostenibilidad. En segundo lugar se utilizan exclusiones con
criterios específicos. También es generalizado el involucramiento o activismo en
la gobernanza de las empresas cotizadas por parte del accionariado (engagement).
La división entre
inversionistas institucionales e inversionistas minoristas es casi igual (44%
vs. 53%) en contraste con España donde la inversión es casi exclusivamente
institucional (97%). Adicionalmente, la división entre instrumentos,
acciones y bonos, es del 53% vs. 31%, en tanto que en España es del 28% y 69%,
respectivamente. Estos grandes
contrastes confirman aun más el desarrollo relativo del mercado de ISR en
Suiza.
Dado este desarrollo, aun a pesar de ciertos
obstáculos comunes a la gran mayoría de países, hay lecciones que podemos sacar
para España:
1. En el caso concreto de España
podemos hacer referencia al hecho de que son las empresas privadas las que lideran
en materia de sostenibilidad (incorporación
a índices de sostenibilidad, institucionalidad de apoyo). Aunque la empresa privada se centra
exclusivamente en materia de RSC y no en inversión socialmente responsable.
2. En Suiza sin embargo, has sido las gestoras de activos las principales
artífices del desarrollo de la ISR (véase el numero de firmantes de los
UN-PRI, hasta 34) a través del desarrollo de una amplia gama de productos de
inversión ISR (principalmente temáticos y “best in class”) dirigidos tanto a
inversionistas minoristas como
institucionales.
3. No ha sido el caso de España que
las principales gestoras de activos inviertan en el desarrollo de una oferta
ISR que cubra las necesidades de inversionistas minoristas. Estas se han centrado en cubrir la poca demanda,
de manera reactiva y oportunista, por
parte de fondos de empleo a medida que se desarrollaba el marco regulador.
4. La integración de factores ambientales,
sociales y de gobernanza, ASG, en las distintas estrategias de inversión por
parte de las gestoras suizas ha sido acompañada por iniciativas de involucramiento muy activas. Las estrategias de involucramiento
han sido los principales instrumentos utilizados por los inversores
institucionales para explorar el mundo de la ISR dada su relativa facilidad de
implementar en comparación con la integración de factores ASG, y por los
resultados “tangibles” que se obtienen a medio plazo (por ejemplo en la
moderación de las remuneraciones)
5. Esto contrasta con la poca actividad en el ámbito de involucramiento
en España donde planes de pensiones y gestoras se han centrado
principalmente en implementar el primer principio de los UN-PRI, integración en
sus políticas. Parecería mas lógico que a
medida que el concepto de la ISR va madurando se incorporen estrategias cada vez
mas sofisticadas y complejas.
6. Los organismos reguladores han
sido los principales artífices del impulso de la ISR en España, si bien ningún
plan de pensiones publico forma parte de los firmantes de los UN-PRI. La
regulación en Suiza en materia de ISR es prácticamente inexistente y como en España
prácticamente ningún plan de pensiones publico ha tenido un papel destacado en
el desarrollo dela ISR.
7. Seria muy positivo para la
evolución de la ISR tanto en España como en Suiza que los planes de pensiones y otros inversionistas institucionales con el mayor
numero de activos y por lo tanto con mayor capacidad de influencia tomaran un papel
activo en la promoción de la ISR y su impacto positivo.
De la experiencia en el caso del estudio de Brasil mencionado arriba también podemos extraer algunas lecciones:
1. Tampoco existen regulaciones que
fomenten la ISR, solamente existe la obligación de los fondos de pensiones de
reportar si consideran o no la ISR en sus políticas de inversión.
2. Sin embargo sí existen campañas de promoción a través
de conferencias y cabildeo de la asociación de fondos de pensiones y cuentan
con un líder, que es el fondo de pensiones del Banco do Brasil, el más grande
de América Latina, que invierte activamente y promociona la ISR en Brasil.
3. En Brasil existen decenas de fondos de ISR que el
inversionista institucional y el privado pueden comprar. Lamentablemente, como en muchos otros países,
no existe una promoción activa de parte de los gestores de fondos, a pesar de que
como comentábamos en el artículo anterior los firmantes de los PRI son mas del
triple que en España y el doble que en Suiza.
4. Parte del problema, como en
otros países es que los gestores y analistas financieros no tienen experiencia
en el análisis del impacto de la sostenibilidad sobre el valor de la empresa y
no quieren salir de su zona de confort del análisis puramente financiero. Es lo
que saben hacer. Si no creen no convencen.
5. También como en otros países es difícil
demostrar una correlación entre sostenibilidad y rendimiento en bolsa en el
pasado (no haya masa crítica de ISR que mueva los precios) y lamentablemente
este es uno de los criterios que los gestores quisieran usar en la promoción. Pero
falta la visión de largo plazo del impacto de la sostenibilidad y el largo
plazo debería ser el horizonte de planificación de los fondos de pensiones e inversionistas
institucionales.
6. El Índice de Sostenibilidad, ISE, de la bolsa de valores BM&FBovespa
contribuyó al desarrollo de una serie de fondos de ISR pero que lamentablemente se han
estancado, en parte porque el índice todavía no se ha convertido en un benchmark para la evaluación de la ISR y
la creación de fondos ISR que lo reproduzcan.
7. La Bolsa de Valores es el otro líder en la promoción de la ISR, con la creación del índice en el
2005 (3 años antes que el de España) y promotor a nivel mundial de la obligatoriedad
del informe de sostenibilidad para el listado en bolsas.
8. El entorno en Brasil es muy favorable para la ISR desde el punto de
vista de las empresas, siendo uno de los países donde el tema está mas
desarrollado (entre los primeros en informes GRI, firmantes de los UN-PRI,
firmantes de los Principios de Ecuador, empresas líderes en sostenibilidad,
etc.). España también tiene un elevado grado de desarrollo institucional en la
RSE de las empresas, posiblemente superior al de Suiza.
Ambos casos demuestran la necesidad:
·
De tener líderes en la promoción
de la ISR en el país (los gestores en Suiza, la Bolsa y un fondo de pensiones
en Brasil).
·
De la educación de los
gestores de fondos y de los inversionistas institucionales (fondos de pensiones,
fondos de inversión y fondos de grandes
patrimonios, de la Iglesia, etc.) e individuales,
·
De la promoción de las inversiones responsables entre inversionistas
institucionales. La demanda para estas inversiones no es espontánea hay que fomentarla.
·
Del desarrollo a nivel de instituciones financieras minoristas de
fondos diversificados creados para los inversionistas individuales. Serían
más idóneos que la promoción de la inversión en sus propios instrumentos no
diversificados (léase acciones preferentes).
Y, voluntariamente, los firmantes de los
principios UN-PRI en España deberían ir mas allá de lo que requerido por los
principios de “considerar” criterios ASG y reportar
como implementan sus políticas de inversión responsable. Eventualmente esto podría llegar a
desarrollar estrategias mas activas de selección de inversiones.
España uno de los
líderes mundiales en institucionalidad en RSE y en empresas con responsabilidad
social pero es uno de los rezagados en la inversión socialmente
responsable. Hay una gran brecha. La materia prima está, falta el
procesamiento.
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