Parece que la brecha entre la retórica y la
práctica que tanto criticamos en la RSE de las empresas se extiende a los
individuos. Por muy éticos que se
pronuncien, la práctica es otra cosa. Y
no hace falta recordar que la empresa es una colección de individuos, si bien
organizados y condicionados en su comportamiento por estructuras, procesos,
políticas e incentivos comunes que conforman la empresa. Y ni que hablar de la presión sobre el
comportamiento dentro de la empresas por la necesidad de mantener el empleo.
Este tema de la brecha entre la retórica y la
práctica la comentábamos en el artículo anterior en el blog Cuales
son los obstáculos para que las empresas sean responsables. En ese artículo hacemos una encuesta que todavía está abierta y que te
animamos a completar.
La brecha a nivel individual la observamos
cotidianamente en la multitud de encuestas que tratan de inferir el
comportamiento de los individuos a través de sus opiniones. Es ampliamente conocido el caso de las encuestas
donde se les pregunta a los individuos si comprarían productos producidos responsablemente. La respuesta es tan obvia que hay que
preguntarse porque se hace. Suelen
responder positivamente más del 90% y el resto “No sabe, No responde”. Es retórica.
Lo importante no es si lo compraría, sino que porcentaje de sus compras
han sido de productos producidos responsablemente. Esto estaría más cerca de la realidad. La respuesta aquí no es tan obvia, es más, muy
posiblemente no lo sabrían. Lector: ¿Comprarías productos responsables? ¿Qué porcentaje de tu compra destinas a ello? Sobre este tema de las encuestas ver mi
artículo La
pregunta equivocada: Compraría Ud…
Acaban de publicarse los resultados de una
encuesta sobre el pago de los impuestos por parte de los individuos en EEUU. De acuerdo a la encuesta de actitudes de los
contribuyentes, el 87% cree que no se debe engañar en los impuestos. Es más, el 95% dice que su integridad
personal guía el reporte honesto de su declaración impositiva.
Sin embargo, de acuerdo a estimados recientes
la brecha entre lo que los contribuyentes de EEUU pagan y lo que deberían pagar
asciende a unos US$345.000 millones (¡una friolera!, el presupuesto de gastos del
gobierno de España), más de la mitad debido
a subestimación de los ingresos y sobrestimación de las deducciones. Y por supuesto que todos firman que la
declaración es “verdadera, correcta y completa”.
Pero eso son los estadounidenses, nosotros no
hacemos esas cosas. Pagamos todos los
impuestos que tocan. ¿Verdad querido
lector?
Cuantos problemas se resolverían en todo el
mundo si estas brechas entre la retórica y la práctica se cerraran (claro está que
los gobiernos y los políticos no están exentos de la brecha, son también individuos). Parece que cuando tenemos la oportunidad, la
aprovechamos.
La brecha entre la retórica y la práctica
está muy extendida. El que esté libre de
culpa que tire la primera piedra.
1 comentario:
Estimado Antonio:
Quisiera preguntar tu opinión sobre el papel que juegan las agencias independientes de verificación de datos. ¿Crees en esa independencia o será que también se ha creado un perverso mercado bajo el pretexto de auditar?
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