Cada día hay más premios a la responsabilidad
empresarial, mucho más debido a la oferta de instituciones que de esta manera
logran visibilidad, que a la demanda por parte de las empresas por
reconocimiento. Esta proliferación de
premios corre el riesgo de devaluar el valor de todos los premios de la
creciente “industria de los premios de RSE”.
Hasta las mismas empresas han comenzado a otorgar premios a otras
empresas e instituciones. Es una manera
costo efectiva de lograr visibilidad y
mejorar la reputación por el efecto aureola (¿Se puede manipular la
reputación?: El efecto aureola). Si una
empresa otorga premios a terceros por la gestión de la discapacidad debe ser
porque, por asociación, ella misma es responsable en este aspecto, o por lo
menos es lo que nos quieren hacer creer.
Es conocido por los lectores mi escepticismo
sobre los premios a la responsabilidad empresarial, que he comentado en varios
artículos en mi blog (Premios y certificaciones en
RSE: No es oro todo lo que reluce, Como no otorgar premios de
responsabilidad,
Premios GRI al mejor reporte de
sostenibilidad: ¡Falacia!, Virginidad, premios y
responsabilidad social, entre otros, y el más reciente, Premios del Pacto Mundial: ¿Quién está confundido?).
Mis objeciones son muchas, desde que no
existe la “empresa (totalmente) responsable” a que los premios son un incentivo
al “greenwashing”, a que los premios se otorgan con información mayormente proporcionada
por la empresa y con poca o nula
verificación externa, hasta extremos de premios de RSE a instituciones que no
son empresas que tienen el conflicto entre los beneficios y el bien común. Hay hasta premios que se otorgan a
instituciones por hacer lo que es su razón de ser, su función (a una ONG que
trabaja con discapacitados por su trabajo con discapacitados, a una empresa
cuyo objeto es la energía renovable por su trabajo en energía renovable). Es como si se otorgaran premios a la empresa
más rentable.
¿Hay que premiar el comportamiento que
debería ser el natural, la norma? Necesitan
las empresas reconocimientos de este tipo para ser responsables? ¿O es algo en lo que tanto empresa como
institución otorgante ganan y de allí la simbiosis?
Obviamente que es posible premiar algunas
prácticas responsables y en uno de los
artículos me atrevimos a listar algunas de las condiciones que deberían cumplir
(ver capítulo V.6 del libro Una Mirada Crítica a la
Responsabilidad Social de la Empresa: Como se deben otorgar premios
responsablemente)
Lo expresado arriba es una opinión
personal. Es deseable, y ante la
proliferación de premios, oportuno, recabar la opinión de otros expertos en RSE
sobre:
·
Si
se deben otorgar premios a la RSE
·
Cómo
se deben otorgar premios
·
Si se
pueden establecer mecanismos de control por los stakeholders a los premios
Responde a una simple encuesta de seis
preguntas en
cuyos resultados publicaremos próximamente y
que te permitirán conocer la opinión de tus colegas.
GRACIAS A TODOS POR SU PARTICIPACION
No hay comentarios:
Publicar un comentario