Se puede engañar a algunas personas todo
el tiempo, y a todas algunas veces,
pero no se puede engañar a todas las
personas todo el tiempo.
-Abraham Lincoln
El financiamiento
sostenible no suele ser un tema de mucho interés de mis lectores, pero yo insisto
en escribir sobre ello porque: (1) creo que todo profesional de la
sostenibilidad empresarial debe tener conocimientos del tema y con explicaciones
didácticas espero estimular su interés; (2) porque sostenibilidad
sin recursos financieros no es sostenible; y, (3) porque el tema me
apasiona (combina mis dos pericias, finanzas, por formación académica, y
sostenibilidad, por pasión).
En este
articulo analizo una reciente emisión de bonos verdes que es un modelo de como estimular
la sostenibilidad y lo contrasto con otro que es un insulto al mercado de las finanzas sostenible. El objeto no es entrar en detalles sobre las
emisiones, sino mostrar los fundamentos de lo que puede ser efectivo y lo que
es mera apariencia.
I.
Financiamiento es necesario para la sostenibilidad.
Hay que reconocer
que es un tema complicado y especializado, pero ello no obsta para que esos
profesionales no tengan una noción del papel que puede jugar en el logro de
la sostenibilidad empresarial y ambiental. Y cubre dos grandes frentes relacionados
con la sostenibilidad: la demanda de fondos para inversiones y gastos en
promoverla, y la oferta de fondos por parte de inversionistas y otros
aportantes de fondos como parte de sus deseas de contribuir a la sostenibilidad,
la industria de la inversión socialmente responsable, ISR y de impacto.
En ambos frentes,
demanda y oferta, es mucho más frecuente verlo en el contexto de la lucha
contra al cambio climático, donde se utiliza, por ejemplo, para financiar actividades
y proyectos para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero,
como es el caso que tratamos a continuación, tanto a nivel de gobiernos como de
empresas. Es el componente verde
del financiamiento sostenible. En este contexto las sumas involucrados son de
centenares o millares de millones de dólares o euros. Pero también es utilizado
por empresas para inversiones y gastos de menor magnitud, tanto para temas
ambientales como aspectos sociales y mixtos, sociales y ambientales, o de sostenibilidad.
Hasta hace
algunos años, el sector estaba dominado por los bonos
y préstamos verdes, sociales, sostenibles y los ligados a la
sostenibilidad, emitidos
por empresas, proyectos y gobiernos y adquiridos por inversionistas y
financistas responsables. [i] Pero en
años recientes se ha expandido a todo tipo de instrumentos de financiamiento.
Solo los mencionaremos para ilustrar el espectro de cobertura. Por ejemplo, el crédito a proveedores con
condiciones financieras a la sostenibilidad [ii], bonos
que emiten instituciones financieras para financiar préstamos ligados a la
sostenibilidad [iii],
garantías ligadas a la sostenibilidad, depósitos bancarios ligados
a la sostenibilidad, líneas de crédito ligadas a la sostenibilidad, cartas
de crédito ligadas a la condicionalidad, crédito a la exportación
ligado a la sostenibilidad, [iv] titularización
ligada a la sostenibilidad, factorización ligada a la sostenibilidad,
etc.
Poco a poco todo financiamiento está “ligado a la sostenibilidad”. Algunos son
efectivos, otros se acercan el greenwashing.
Estos instrumentos
podemos clasificarlos, de forma simplificada, en dos tipos: (1) aquellos cuyos
recursos son dedicados a actividades y proyectos sostenibles y (2) aquellos
de utilización libre, pero con alguna condición sobre el logro de indicadores
de sostenibilidad. El impacto es muy diferente. [v]
II.
Financiamiento sostenible con impacto.
Algunos de estos instrumentos
son de dudoso impacto, pero en agosto del 2024 se emitió un instrumento novedoso
que tiene como objeto y estructura el logro de impacto. El bono fue emitido por
el Banco Mundial para la captura de dióxido de carbono vía la reforestación. [vi] La emisión
es financieramente complicada y no vale la pena entrar en detalles, el objetivo
es solo mostrar sus especiales características que la hacen conducente al logro
de impacto.
El Banco Mundial
es el mayor banco de desarrollo del mundo (activos de US$ 360 000 millones y
operaciones anuales por US$ 38 000 millones).
Los accionistas del banco son los gobiernos de 189 países y su mandato es
contribuir, en todas sus operaciones, al desarrollo sostenible de los países en
vías de desarrollo. Según la nota de prensa:
El bono ligado a resultados ofrece a los inversores un cupón que
incluye un componente fijo garantizado y un componente variable vinculado a la
generación de Unidades de Eliminación de Carbono (CRU) a partir de proyectos de
reforestación en las regiones de la selva amazónica de Brasil. Es el primer bono que vincula el rendimiento
financiero a los inversores con la eliminación de carbono de la atmósfera, a
diferencia de transacciones anteriores vinculadas a la venta de créditos de
carbono procedentes de emisiones evitadas.
Esto es una gran
diferencia en efectividad por cuando las emisiones evitadas son más
fungibles, hipotéticas y sujetas a incertidumbre y manipulación que las eliminadas.
Los $225 millones
se invertirán en los proyectos tradicionales de desarrollo económico del
Banco Mundial, y el repago del principal está garantizado, pero los compradores
aceptan una reducción en la tasa de interés cuyos recursos se destinan a la
reforestación (estimados en $36 millones), pero esta a su vez genera CRUs
que se pueden vender en los mercados a las empresas o proyectos que deben
compensar por sus excesivas emisiones, lo que generará recursos para
pagarles bonificaciones a los inversionistas. El rendimiento neto dependerá
del éxito del proyecto, o sea del monto y valor de los CRUs generados, que
puede ser superior al descuento de la tasa de interés. Pero con esta transacción hay recursos para la
reforestación del Amazonas, con la consecuente captura
de gases de efecto invernadero y una contribución a la biodiversidad y a su
desarrollo sostenible. Y tiene los
incentivos para que se logren resultados: la generación de CRUs.
III.
Financiamiento sostenible con insulto.
Para ilustrar la
efectividad de este financiamiento es muy instructivo compararla con el “bono
ligado a la sostenibilidad” emitido por la mayor empresa de productos
cárnicos del mundo, JBS, [vii] con
sede en Brasil y que es una de las mayores contribuidoras a la deforestación
en el país, a la contaminación del agua en EE. UU., a la corrupción
de funcionarios públicos en Brasil, a la colusión de precios de sus
productos y a la manipulación del valor de sus acciones en las bolsas de
valores. Un
modelo de empresa irresponsable.
El bono fue
emitido en el 2021 por US$1 000 millones para financiar sus actividades
normales de producción de los productos cárnicos, que, en el caso del ganado en
Brasil, conllevan deforestaciones (aunque la empresa lo subestime) y grandes
contribuciones a las emisiones en la utilización de la tierra y en la crianza
del ganado vacuno, que es uno de los sectores de mayor contribución a las
emisiones. Los recursos no se destinan a actividades ligadas a la sostenibilidad,
el nexo del bono con la sostenibilidad es que la empresa se compromete a
reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, lo que es algo que
debería hacer por responsabilidad, no para que les den financiamiento. [viii]
Este caso lo
hemos analizado en detalle en dos artículos ¿Hace
falta ser una empresa responsable para emitir un bono ligado a la
sostenibilidad? y ¿Hace
falta ser una empresa responsable para emitir un bono ligado a la
sostenibilidad?: ¿Somos tontos?
A lo mejor el lector se preguntará cómo es posible que los “inversionistas responsables” [ix]compren estos bonos: los estándares de emisión solo piden que el compromiso de sostenibilidad, en este caso de reducción de emisiones, sea razonable, asegurado por una segunda opinión independiente, lo que no es difícil de obtener. No estipulan el destino de los recursos que son de libre disponibilidad para la empresa, ni el nivel de sostenibilidad empresarial del emisor. Y muchos “inversionistas responsables” (¡!) se conforman con que el bono tenga la etiqueta, no que contribuya a la sostenibilidad. Colusión implícita entre compradores y vendedores. [x] (el niño que llora y la mama que lo pellizca)
Este caso es el
opuesto al del Banco Mundial, cuyos recursos sí se utilizan para el
desarrollo sostenible, contribuyendo a la reforestación y a la biodiversidad,
en tanto que el de JBS, utiliza los recursos del bono para aumentar su
producción, con mayor deforestación y más emisiones por el ganado, a cambio del
compromiso de una reducción de sus emisiones globales, que palidece, si lo
logran, con el daño causado. Pero los bonos los
compraron inversionistas “responsables”.
IV.
En resumen
Un excelente
ejemplo de la utilización de la ingeniería financiera para contribuir a la
sostenibilidad ambiental. Y un excelente ejemplo del abuso a que se presta el financiamiento
sostenible cuando las reglas son permisivas y los participantes en el mercado
son inescrupulosos.
[i] Mis dieciséis artículos sobre bonos
verdes, sociales o sostenibles y ligados a la sostenibilidad.
[iv] Promoción de una conducta empresarial responsable
a través del comercio y la inversión en América Latina y el Caribe.
[v] ¿Tiene el financiamiento sostenible
impacto sobre la sostenibilidad? Segunda parte: Inversiones reales
[vii] Tuvo ingresos de US$80 000 millones
en el 2023, tiene operaciones en 190 países y cuenta con 275 000 empleados.
[viii] El 21 de agosto del estado de Nueva
York demandó a la empresa por afirmaciones engañosas sobre el cambio climático.
N.Y.
State Sues JBS, the Brazilian Beef Giant, Over Its Climate Claims
[ix] Para apreciar la diferencia entre inversionistas
“responsables” e inversionistas responsables ver ¿Es
lo mismo Inversión Socialmente Responsable, ISR que inversiones ASG?
[x] Y los fondos supuestamente responsables
(ASG) siguen invirtiendo en los bonos de JBS. ESG
funds pouring millions into meat company linked to Brazil deforestation
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