La Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE (“un
club de 38 países mayormente desarrollados”, como lo define el periódico The
Economist), publicó dos informes en marzo del 2024, donde recopilan las
experiencias de múltiples países en sostenibilidad empresarial en general y en el
financiamiento sostenible en particular. El primero es el Global Corporate Sustainability Report
2024 y el segundo es un capítulo del informe Global Debt Report 2024: Bond Markets in a
High-Debt Environment (ambos están disponibles para consulta online gratuita, pero con costo
para su descarga).
Estos informes continúan
los recientes esfuerzos de la OCDE de influenciar las políticas de los países y
las actuaciones de las empresas en aspectos de sostenibilidad empresarial a través
de la diseminación del conocimiento y del cabildeo. En este articulo
destacamos las lecciones que consideramos más pertinentes de estos informes para
los profesionales del tema.
I.
Global Corporate Sustainability Report
2024
Es el primer
reporte que publica la OCDE con un diagnóstico y recomendaciones de política y
práctica para el fomento de la sostenibilidad empresarial. [i] Aunque anteriormente publicó, en octubre
2023, el documento OECD Guidelines for Multinational
Enterprises on Responsible Business Conduct, (no ha sido publicado en español) que es una revisión de la versión
del 2011 (Líneas Directrices de la OCDE para
Empresas Multinacionales), añadiéndole al título “on responsable business conduct”, incluyendo
la actualización de aspectos sobre “conducta responsable” que eran ignorados en
la versión anterior. Es complementario del documento tradicional sobre los
principios de gobernanza para empresas multinacionales, que ahora se denomina G20/OECD Principles of Corporate
Governance (2023). En el documento de Principios también se actualizaron estos aspectos, añadiéndole
un nuevo capítulo, Sustainability and Resiliency, aunque no está integrado con el resto
del documento, que solo tiene algunas menciones a ese comportamiento. [ii]
Este nuevo
documento sobre el estado de la sostenibilidad corporativa tiene el objetivo de “….provocar el
dialogo entre los participantes en el mercado de la sostenibilidad empresarial,
busca estimular la acción hacia el logro de un esquema de su gobernanza más sostenible
y resiliente……para lo cual el informe ha buscado combinar el análisis incisivo
con consejos prácticos para servir como espejo de las prácticas actuales y una
guía para los esfuerzos futuros…….El informe ofrece un amplio repaso de esas prácticas,
ahondando en los matices del reporte de información
sobre sostenibilidad, las dinámicas del involucramiento
de los inversionistas, las cambiantes responsabilidades
de los consejos, la consideración los intereses
en los stakeholders y el financiamiento sostenible.
En este sentido,
este documento da respaldo y complementa los documentos mencionados de Líneas
Directrices y el de Principios: práctica,
líneas directrices y principios.
Está basado en un
análisis de información pública sobre 14 400 empresas que cotizan en 83
bolsas de valores, con una capitalización US$ 90 billones a finales del
2022, que son de las que se dispone de información sobre su sostenibilidad, de
las 43 970 a nivel mundial, que tiene en su base de datos, con una capitalización
de US$ 98 billones,
El enfoque del
documento es relativamente sesgado en cuanto a los temas que considera, con
mucho énfasis en cambio climático, el reporte de las emisiones y el interés de los inversionistas en estos
temas, en tanto que la consideración de los aspectos sociales es deficiente.
Adicionalmente al considerar los aspectos materiales solo menciona los financieros
e ignora los de impacto. Pero contiene algunos datos que deben ser de interés. En
una sección cubre los recientes desarrollos regulatorios sobre los reportes,
pero siendo un tema tan conocido no lo comentaremos.
1.
Reporte de información
a. Reportes
·
De
las casi 44 000 empresas cotizadas en bolsas en los 83 países, solo 9 600, con
una capitalización de US$85 billones, produjeron informes de sostenibilidad.
Y es que cuando se observan las cifras a nivel mundial se ve más claramente que, aun entre las empresas que cotizan en bolsas, solo las grandes y en los mercados más desarrollados reportan sobre la sostenibilidad. Véase la diferencia en los porcentajes cuando son por número de empresas versus por volumen de capitalización en el siguiente gráfico.
Es de esperar que con las recientes aprobaciones de los estándares internacionales de preparación del ISSB y los europeos de EFRAG y la Directiva sobre el reporte de información de sostenibilidad, CSRD, de la Unión Europea, aumente significativamente el número de empresas que publiquen esos reportes. En la Unión Europea la CSRD los hace obligatorios para grandes empresas. En el resto de los países dependerá de las regulaciones que adopten, aunque es de esperar que, ante la adopción progresiva de los estándares de reportes de la ISSB por esos países, se vayan incluyendo en las regulaciones como obligatorios.
b. Aseguramiento
·
A
nivel agregado, dos tercios de las empresas, por volumen de capitalización,
reportan asegurar la información por una entidad externa. De las que reportan
el nombre, el 85% utilizaron los servicios de una firma de auditoría, en tanto
que el resto usó otro tipo de firmas. Las proporciones de las empresas que utilizan
el aseguramiento, varia de país a país y por ejemplo solo el 17% de las empresas
en Japón lo hacen, en contraste con el 70% de las de Europa. De las casi 3 000 empresas
que reportan aseguramiento, el 56% reporta aseguramiento limitado, total o parcial
sobre algunos aspectos, en tanto que solo el 14% reporta aseguramiento razonable.
[iii]
De esto se deduce
que el aseguramiento es algo todavía incipiente y que se concentra en las empresa
de mayor tamaño y en el aseguramiento limitado. Es de esperar que la aprobación
de los estándares internacionales de preparación de la información y las directivas
de la Unión Europea, la mayor información disponible, y presumiblemente más
confiable, conducirá a mayores demandas por el aseguramiento, por lo menos
por el limitado, hasta que se vaya adquiriendo experiencia y se desarrolle la práctica,
como estima la Comisión Europea, antes de exigir el aseguramiento razonable como obligatorio (en
Europa y EE.UU. este se reporta en alrededor del 12% de las empresas por volumen
de capitalización y en América Latina, menos del 5%).
2.
Consejos directivos
a.
Comités
de sostenibilidad
·
Más de la mitad de las empresas por volumen de capitalización dicen tener comités
para gestionar y supervisar los riesgos y oportunidades derivadas de la sostenibilidad.
En EE.UU. es del 75% y en Europa más del 50%. En América Latina lo reportan el 35% por volumen
de capitalización, pero menos del 5% por número de empresas.
En principio se
puede suponer que la existencia de un comité de sostenibilidad es indicación
del interés y/o preocupación del consejo sobre esos temas. Claro esté que los números no son indicativos
de su efectividad.
b.
Remuneraciones ligadas a la sostenibilidad
·
Cerca
del 85% de las empresas por volumen de capitalización tienen políticas de remuneración
de los ejecutivos ligadas al rendimiento en aspectos de la sostenibilidad, y
cerca del 60% incluyen remuneraciones variables. El 80% de las empresas, por
capitalización, en Europa dicen tenerlo, el 60% en EE.UU. y el 30% en América
Latina, pero menos del 5% por número de empresas.
Este es otro tema
que supuestamente refleja el interés de las empresas en promover la sostenibilidad,
pero como en el caso anterior no es indicativo de su efectividad. En la gran mayoría de las empresa se trata de
ligarlo a un numero limitado de indicadores, como participación de la mujer,
emisiones de gases de efecto invernadero, consumo de insumos, etc. pero suelen
ser un porcentaje muy pequeño de las remuneraciones y a veces son de relativamente
fácil logro, o tener poco impacto como para motivar acción y cambios de
actitud. Tanto las estadísticas a nivel mundial, como las metodologías, indicadores,
su potencial efectividad y recomendaciones para mejorarla lo hemos analizado en
una serie de cuatro artículos. [iv]
3.
Intereses en los stakeholders
·
El
81%de las empresas por capitalización dicen tener políticas de involucramiento
de los stakeholders en
consultar sobre sus impactos. En EE.UU. llega al 93%, en Europa al 85% en tanto
que en América Latina es del 36%, pero solo 10% por número.
·
Algunas
empresas cuentan con políticas de participación de los empleados en ciertas
decisiones o de tener representación en el Consejo. A nivel global el 14% dice
tener representación laboral en el consejo, el 38% en Europa y el 11% en
América Latina, pero solo el 0.8% en número.
Es gratificante
observar que muchas empresas tienen políticas de involucramiento, pero como en todos
estos aspectos, lo importante, que no reflejan los números, es su efectividad. Esto tampoco es explicitado en los informes
de sostenibilidad salvo en casos excepcionales. Y es de notar dos extremos, en EE.
UU. no se usa la participación laboral en empresas cotizadas, salvo alguna
excepción, lo que deprime los números, en tanto que en Alemania es obligatorio
por ley, lo que mejora el porcentaje reportado para Europa.
4.
Financiamiento sostenible
El informe contiene
una sección sobre las emisiones de bonos para el financiamiento de actividades de
inversiones relacionadas con la sostenibilidad empresarial, pero tiene una
cobertura resumida, en tanto que es el tema del capítulo del segundo informe por
lo que lo comentamos en más detalle a continuación.
II.
Sustainable
Bonds: State of the Market and Policy Implications
El informe Global Debt Report 2024: Bond Markets in a
High-Debt Environment, que cubre la problemática del endeudamiento a nivel mundial vía los
mercados de bonos, incluye un capitulo dedicado a los bonos verdes, sociales, sostenibles
y ligados a la sostenibilidad (BVSS y BLS),[v]
analizando la situación del mercado, de los bonos de instituciones privadas, financieras
y no financieras, del sector público y de las instituciones multilaterales,
para sacar algunas lecciones que pueden ser utilizadas en la promoción de su
desarrollo.
Es el más
completo compendio de la situación del mercado, que cubre no solo los volúmenes
de emisiones, sino además muchas de sus características y efectos. Es imposible
hacerle justicia en una reseña como esta, pero creemos oportuno destacar los
aspectos que cubre para los lectores interesados en profundizar en ellos.
· El volumen de bonos sostenibles en
circulación a fines del 2023 era de US$2,3 billones y US$2,0 billones en los sector
corporativos y oficiales respectivamente. La emisiones en el quinquenio
2019-2023 fue de seis y siete veces mayor que en el 2014-2018, en el sector corporativo
y oficial respectivamente.
El crecimiento ha
sido explosivo entre estos periodos de diez años (aunque las emisiones se han
ralentizado en años recientes) lo que augura buenas expectativas para el
financiamiento de actividades y proyectos sostenibles. Sin embargo, es de notar
que estas cifras agregadas no necesariamente reflejan recursos disponibles
para la inversión ne actividades y proyectos sostenibles ya que no todo lo
que las estadísticas las califican como tales no lo son en efecto. Las estadísticas reflejan intenciones
enunciadas durante las emisiones y, para tener una mejor visión del
potencial impacto, habría que descontar los montos que no se terminan
destinando a ello, que no todas los recursos se utilizan para inversiones
incrementales, nuevas, hay greenwashing, y el verdadero impacto que tienen
sobre la sostenibilidad. Una de las mayores “ilusiones” en el financiamiento
sostenible es creer que los montos reflejan mejoras en la sostenibilidad. En
estos números hay sobreestimación e inflación de efecto y de impacto. [vi]
· Los bonos verdes representaron en 74% de
las emisiones corporativas y los BLS representaron el 10%. Las emisiones de Bonos
Sociales corporativas de instituciones no financieras fueron un 12% del total
de emisiones de bonos de ese sector, en tanto que las del sector financiero representaron
el 8% de las totales en ese sector.
Los bonos
verdes constituyen el grueso de las emisiones de bonos sostenibles, lo que refleja la prioridad, sobre todo
en Europa, y la relativa facilidad de atribución a los aspectos
ambientales, en detrimento de los aspectos sociales. A primera vista pueden
parecer porcentajes muy modestos del total de emisiones de bonos, pero hay que
recordar que el los bonos tradicionales financian todo tipo de
actividades. Lo importante es que los
volúmenes y las proporciones aumenten y que se utilicen efectivamente para mejorar
la sostenibilidad.
· El sector oficial también ha emitido
cantidades sustanciales de bonos sostenibles (US$ 394 000 millones), casi todos
en BVSS, que representan solamente el 0,4% del total de las emisiones de bonos.
Los BVSS no
forman parte significativa del endeudamiento público lo que se hace en los mercados
tradicionales. Sin embargo, algunos gobiernos locales y nacionales emiten BVSS
para financiar algunas actividades del presupuesto, que en general no constituyen
inversiones incrementales, son atribuciones a estas categorías de gastos o
inversiones que antes se financiaban con el presupuesto tradicional, pero
que ahora que reclasifican para propósitos políticos. [vii]
·
Los
principios rectores para estas emisiones, desarrollados por la International
Capital Markets Association (ICMA), fueron usados en el 93% de los casos. Los
emisores dijeron utilizar taxonomías de clasificación para la selección de actividades
elegibles: el 66% la del Climate Bonds Initiative (universales), el 14% los de
la Unión Europea (en Europa), y el 12% la de los reguladores del gobierno de República
Popular China (en China).
Con la aprobación
del reglamento sobre bonos verdes de la Unión Europea estas proporciones
deberían cambiar significativamente.
Afortunadamente, sus principios son más rigurosos en las actividades
elegibles y en la transparencia y monitoreo que los principios existentes hasta
ahora, lo que podría reducir la inflación mencionada arriba. Lamentablemente,
la Unión Europea, que también cuenta con la Taxonomía verde para respaldar
estas emisiones, no cuenta con ni con principios
ni con una taxonomía semejante para las activades e inversiones sociales,
lo que contribuye aún más al sesgo a favor de las emisiones de bonos verdes que
comentábamos arriba. Para estas se deben continuar usando los principios de la
ICMA.
·
No existe una relación estadísticamente significativa de que los emisores corporativos
y oficiales se benefician de menores tasas de interés por las emisiones de bonos sostenibles, basada
en la comparación con una muestra limitada de bonos semejantes.
La existencia de
este greenium, un descuento por usar
los recursos en actividades o inversiones sostenibles ha sido objeto de múltiples
estudios estadísticos y los resultados, en general, coindicen con los reportados
arriba. Este greenium era
notable en algunos casos hace ya algunos años, pero a medida que los mercados de
las finanzas sostenibles maduran, el descuento ha tendido a desaparecer. Pero
hay que recordar que los estudios son estadísticos y los resultados aplican en
el agregado, en “promedio”, lo que no obsta para que una emisión particular
pueda lograr un descuento. Lo que es cierto es que la
existencia de este descuento ha dejado de ser una consideración para la emisión
de bonos sostenibles.
·
La
proporción de bonos sostenibles que obtienen la verificación de segundas partes
independientes de que sus condiciones están en concordancia con algunos principios
de emisión, ha aumentado de en menos de las mitad en el 2019 a las tres cuartas
partes en el 2023.
Y estas
proporciones no pueden sino seguir aumentando.
Sin embargo, ello no quiere decir que ofrezca garantías de que los
recursos de los bonos se utilizarán totalmente en actividades sostenibles, ya
que algunos principios permiten algunas excepciones y las opiniones son
emitidas sobre los esquemas de emisión, ex ante, intenciones. Y si bien se
verifican ex post no hay penalizaciones porque no se hayan logrado los objetivos
pre-establecidos. Adicionalmente en muchos caso los objetivos comprometidos
son relativamente débiles, a veces indirectos y no necesariamente se refieren al
logro de un impacto real. [viii]
El reglamento para
la emisión de bonos verdes de la Unión Europea fortalece el rigor en las actividades eligibles, los
objetivos a lograr y la revisión de los informes de ejecución, en comparación
con los principios existentes. Incluye además la necesidad de registro y
autorización de los verificadores en la Asociación de Mercados de Capitales Europeos.
ESMA.
·
Dos tercios de los prospectos de emisión mencionan el refinanciamiento de actividades
en marcha como elegibles y ninguno de los prospectos analizados dice que no utilizarán los recursos
para refinanciar. Adicionalmente ningún prospecto incluye penalizaciones
contractuales en caso de que el emisor no use los recursos para financiar o
refinanciar proyectos elegibles.
Esto es una de
las razones por las que mencionábamos que no todos los recursos eran
incrementales, que iban a financiar nuevas actividades o inversiones. Algunos
recursos se utilizan para refinanciar inversiones ya realizadas. El refinanciamiento
involucra el pago de deudas adquiridas para aquellas inversiones o para gastos
recurrentes, con los recursos de la nueva emisión. En algunos caso son una
operación netamente financiera y no financian inversiones nuevas sostenibles.
Es de destacar,
no obstante, que algunos emisores revelan los montos que se esperan utilizar
para refinanciamiento, los proyectos elegibles y el período retroactivo que
cubren.[ix]
·
No
se encontró evidencia de que las emisiones de bonos verdes por parte del sector
oficial ha respaldado el desarrollo del mercado corporativo. Aun así, los
emisores oficiales pueden tener otras razones para emitir bonos sostenibles,
incluyendo la diversificación de su base de inversionistas.
Se había llegado
a pensar que las emisiones oficiales, que son en grandes volúmenes, podrían
elevar el interés por los bonos sostenibles del sector privado y desarrollar
los mercados secundarios, sin embargo, son dos mercados con inversionistas que
tienen objetivos relativamente diferentes.
En efecto, los
emisores oficiales pueden tener otros objetivos, más allá de contribuir al
desarrollo de los mercados financieros o de contribuir a la sostenibilidad, por
ejemplo, objetivos políticos. [x]
III.
En resumen
Sí bien estos dos
informes se concentran en estadísticas, estas contienen información que permite
apreciar el grado de implementación de las practicas sostenibles alrededor del
mundo y el grado de desarrollo de los mercados de las finanzas sostenibles, con
una amplia cobertura, que no se encentra en otras publicaciones. La ECDE tiene la
gran ventaja de, además de ser un centro de conocimiento, tiene entre sus objetivos
desarrollar recomendaciones de política para contribuir al desarrollo económico
de todos los países, y en el último decenio ha tomado la contribución de las prácticas
responsables en las empresas como una de sus prioridades (el primer documento contiene
un capítulo dedicado a las recomendaciones de política, que surgen de sus análisis
de los datos).
[i] Es de celebrar que la OCDE ha
optado por el nombre de Sostenibilidad Empresarial, cuando había insistido
hasta ahora en diferenciarse del resto del mundo y llamarlo Conducta
Empresarial Responsable (Responsible Business Conduct).
[ii] Para un análisis de las
actualizaciones de ambos documentos, ver mi artículo Gobernanza responsable: Nuevas Guías y Principios de la OCDE
[iii] Sobre los tipos de aseguramiento,
ver ¿Cómo se verificará la información
sobre sostenibilidad empresarial?
[iv] Ver los artículos Remuneraciones
ligadas a responsabilidad. Primera parte: Situación actual, Segunda
parte: Buenos y malos ejemplos de empresas, Tercera parte: Cómo hacerlo,…..si se
quiere hacerlo y Cuarta parte: Cuidado con extrapolar,
[v] El lector interesado en profundizar
más sobre estos bonos puede ver alguno de Mis
quince artículos sobre bonos verdes, sociales o sostenibles y ligados a la
sostenibilidad.
[vi] Sobre la sobrestimación posible ver Bonos
verdes, sociales y sostenibles. 2a. Parte: ¿Añaden valor? Sobre la diferencia entre efecto e
impacto ver En sostenibilidad empresarial, ¿Tiene impacto el
impacto?
[vii] Como ejemplo de esto, ver la sección
II de Bonos verdes, sociales y sostenibles. 3a. Parte:
¿Legitimidad o Greenwashing?
[viii] Ver la sección I.c. en el artículo
de la nota precedente.
[ix] Ver el caso de Ford en Emisiones de bonos sostenibles por Ford: Lo bueno, lo malo y lo feo
[x] Ver, por ejemplo, los casos de la Comunidad de Madrid, del Instituto de Crédito Oficial, ICO, de España y del gobierno de Francia en los artículos Bonos verdes, sociales y sostenibles. 2a. Parte: ¿Añaden valor? y Bonos verdes, sociales y sostenibles. 3a. Parte: ¿Legitimidad o Greenwashing?.
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