Hemos comentado en varias oportunidades que
no existe tal cosa como una empresa responsable sino que existen empresas que
tienen prácticas de responsabilidad, con mayor o menor impacto, con mayor o
menor efectividad. La “empresa responsable”, con la connotación que ello tiene
de TOTALMENTE responsable, de que no tiene irresponsabilidades, no existe,
aunque algunas se acercan mucho (Ver Walmart, Bimbo, Telefónica: ¿Se
pueden llamar empresas responsables?)
Lamentablemente el termino “empresa
responsable’ es objeto de mucho uso y abuso.
Al tener alguna practica que podríamos llamar responsable la empresa y
muchos medios de comunicación le dan ese tirulo. Y muy lamentablemente también lo hacen un
gran número de premios, más ávidos de publicidad propia que de la promoción de
responsabilidad en las empresas (aunque es menor grave en aquellos que se
otorgan por prácticas específicas, reconociendo que el premio no es por la
responsabilidad total de la empresa)
Pero el problema persiste en las empresas que
se reconocen o se hacen reconocer por una práctica responsable, esperando que
el efecto aureola (ver ¿Se puede manipular la reputación?: El efecto
aureola) se lo
extienda a todas las actividades de la empresa, responsables o no.
Y es aquí donde hay los mayores abusos,
conscientes en algunas empresas, inconscientes en otras. Está bien reconocer que una empresa tiene programas
de apoyo a la comunidad, pero ¿es eso relevante en el conjunto total de las acciones de la empresa? Es laudable que una empresa apoye a la
comunidad, pero, ¿qué representa esto en
el contexto de todas sus actuaciones?
Siempre se puede encontrar algo bueno que reportar.
La clave está en
cuál es el impacto relativo de esa práctica que se destaca en el conjunto de
actividades de la empresa. ¿Relevante?
Leía recientemente una revista de negocios
que le dedicaba un número especial a las buenas prácticas de RSE de 43 empresas. ¡!Muy laudable que la revista le dedique un
número especial a este tema!!, demuestra
progreso en el interés por la RSE. No
conozco si las páginas de la revista en que se cubría las empresas habían sido patrocinadas
o no por la empresa correspondiente o si era una selección y redacción independiente
de los editores, pero lo que quiero destacar es la importancia relativa de las
prácticas que se resaltan en el conjunto de actividades de la empresa. Por ejemplo:
· Una embotelladora de refrescos destaca sus programas de salud y educación infantil y el reciclado de residuos, pero no dice nada de su eficiencia en el consumo de agua ni sus acciones para la conservación ambiental de las cuencas en el entorno de donde la obtiene. De su principal impacto nada.
· Una azucarera destaca sus programas de desarrollo comunitario, en particular programas de salud y educación. Pero no menciona nada del cultivo sostenible de la caña, su impacto sobre el medio ambiente, reciclado de los desechos, ni del uso potencialmente abusivo de su producto. De su principal impacto nada.
· Se destacan las prácticas de varias cerveceras. En una se destacan las actividades de asistencia social a damnificados, en otra las actividades de su fundación en educación, salud, niñez, deportes y cultura. Pero estas no dicen nada del impacto sobre la salud y de sus esfuerzos (si es que lo hacen) para prevenir la adicción de los jóvenes, ni sobre el consumo responsable, ni sobre el consumo sostenible del agua. De sus principales impactos nada.
· Una cementera destaca sus programas de la fundación en capacitación y en recuperación de áreas verdes. Pero no menciona su contribución a la contaminación ambiental, biodiversidad en las canteras, consumo energético y emisiones de gases de efecto invernadero. De sus principales impactos nada.
· Un banco destaca sus esfuerzos por apoyar a los discapacitados. Pero no menciona la atención a los grupos sin bancarización, la educación financiera de sus clientes, el impacto ambiental y social de sus operaciones de crédito. De sus principales impactos nada.
Aunque no todos los casos destacados sufren
de esta selectividad. Algunos, como una
línea aérea (escribo esto a bordo de uno de sus vuelos), destaca sus esfuerzos en
la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, su principal
impacto. Otros como un banco y una empresa de bebidas alcohólicas destacan
precisamente lo que comentamos arriba como su principal impacto. Aunque muchos lo hacen a nivel de destacar políticas
e intenciones más que a nivel de acciones o resultados concretos, pero por lo
menos reflejan conocimiento de sus impactos relevantes.
¿Son estas prácticas destacadas lo más
importante para la sociedad en cada una de estas empresas? No dudo del valor y del impacto de cada una
de las prácticas reportadas, pero en el contexto global no parecen ser
relevantes. En todos estos ejemplos se
desatacan algunas actividades pero que el conjunto de la responsabilidad TOTAL
de la empresa con la sociedad son de relativamente menor importancia.
Si le otorgáramos una nota de responsabilidad
en función del impacto global, a lo mejor podríamos decir que son 2% o 5%
responsables. Pero la implicación, no
escrita, no explicita, es que son “empresas responsable” . ¿100 %?.
Todavía se confunde y se seguirá confundiendo
por mucho tiempo el SER responsable con tener algunas prácticas
responsables. Cuantas veces se lee que “la
empresa tal o cual HACE RSE”. No se hace
RSE, se es responsable. Es para “abrirse
las venas” como dice una amiga andaluza.
¿Importa esta
selectividad en el reporte (¿o es publicidad?). Si, y mucho, porque es precisamente cuando
sale a luz que la empresa es irresponsable en muchos otros aspectos, que se
perjudica todo el conjunto de ”empresas responsables”, se contamina el concepto
de RSE, se pierde credibilidad, le dan legitimidad a los que afirman que la
“RSE” es un lavado de cara (greenwashing).
La
responsabilidad debe estar enmarcada en
el contexto global de la actividad de la empresa. Las empresas que quieren reportar su
responsabilidad por lo menos deberían hacerlo en función de la materialidad de
sus impactos y no en función de lo que
los “hace sentir bien”. Todavía falta responsabilidad en la
comunicación de la responsabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario