Si empezamos a llamar las cosas
por su nombre…………acabaremos mal. Ese es el título del artículo
que el Prof. del IESE Antonio Argandoña publicó el 16 de marzo en su blog donde
comentaba el artículo publicado en mi blog el 3 de marzo Como me gustaría ver……… Recomiendo a los lectores leer ambos
artículos antes de este (afortunadamente ambos son breves) y así este también
puede ser breve.
En una primera lectura, no entendí la
expresión idiomática del título del artículo de Argandoña, pero ahora creo que
quiere decir que si llamásemos pan al pan y al vino vino, a lo mejor provocaríamos
reacción. Esa era precisamente la
intención de mi artículo: medio en serio medio en broma decir algunas verdades
sobre el estado actual de muestra querida RSE y provocar reacción.
Argandoña hace cinco comentarios sobre
algunas partes de mi artículo que a la vez comento:
·
El
primero es destacar la importancia del compromiso del Consejo Directivo y de la
alta dirección con el contenido del informe de sostenibilidad: el
informe de sostenibilidad debería ser la tarea de la alta dirección,
incluido el consejo de administración, en una larga sesión de reflexión,
examen de conciencia y reconocimiento de lo que ha ido bien, de lo que no
ha ido bien, de lo que podría haber ido mejor, y de lo que queremos hacer para
que el año que viene todo eso sea mejor.
No podría estar más de acuerdo.
En mis comentarios no lo explicité porque lo consideré, equivocadamente,
incluido en el sarcástico comentario de que el informe sólo lo lee el encargado
de la copia. La implicación era de que deberían
leerlo y hacerlo suyo el resto, no solo el Consejo y la alta dirección, sino
toda la empresa, los que implementan.
·
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también que me gustaría ver una conferencia donde no se dieran definiciones de
la RSE. También consideré implícito que
me refería a que me gustaría ver una conferencia donde no se diera una NUEVA
definición, una definición PERSONAL del
ponente. Pero no escribí la
palabra “nueva”. Argandoña dice: Yo
suelo usar la de la Comisión Europea de 2011: “la responsabilidad por los
impactos de la empresa en la sociedad”. Y le saco mucho jugo. Yo también la uso por su sencillez, pero lo
haga añadiendo que es además simplista, de aplicación a las grandes
trasnacionales pero de casi imposible aplicación a los otros millones de
empresas, que tienen dificultad para saber cuáles son sus impactos y cuando lo
saben puede serles muy difícil hacer algo al respecto. Tampoco se pueden dar el lujo de pensar en LA
sociedad, deben concentrarse en SU sociedad, su microcosmos. La definición de la CE también omite la responsabilidad por los no impactos (responsabilidad
por ser poderoso, responsabilidad por requerimientos éticos y morales, etc., con
o sin impactos), que en países en vías de desarrollo son aún más importantes. Pero esta discusión daría para otro
artículo. Como ven, yo también caigo en
dar una visión personal. Algún día será
innecesario y habrá consenso.
·
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además mi deseo de ver encuestas más honestas concluyendo que ello puede llevar
a su desaparición: Bien, Antonio, pero tú quieres
dejar en el paro de uno de los pocos segmentos del mercado de la RSE en el que
aún hay gente que se gana la vida. De acuerdo que puede llevar a la desaparición de
algunas encuestas. Me apena que en esta
época de desempleo alguien que lo tiene se pueda quedar sin el por hacer las
encuestas más honestas. A lo mejor les
encontramos trabajo implementando la RSE.
·
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también mi deseo de ver consultores con más experiencia práctica y que se planten
ante las empresas cuando estas quieran “vender gato por liebre” (creo que en
Europa la expresión moderna es “vender caballo por res”) y dice: Me
adhiero a esta propuesta de sembrar el terror en el mundo de la RSE. No hacen falta comentarios.
·
Por
último, comenta mi deseo de ver más énfasis en la responsabilidad y menos en la
gestión de la reputación que se hace al margen de la responsabilidad. Nos recuerda la importancia de definir
primero cuál cree la empresa que es su papel en la sociedad. Totalmente de acuerdo. Todos sabemos que son muchas las empresas que
enfatizan el valor de la reputación, sin preguntarse ni responderse cuál es ese
papel. Ponen la carreta delante de los bueyes (espero que todos entiendan
esta expresión idiomática).
Y viene a colación la cita de Abraham Lincoln que dice: El carácter es el árbol y la reputación es su
sombra. Que podríamos adaptar a “La RSE es el árbol y la reputación en su
sombra”.
¡Qué bueno constatar que alguien se interesa por lo que uno escribe! Ojalá tuviéramos más de estos intercambios entre los interesados en la RSE. Creo que podríamos avanzar más en su entendimiento e implementación.
¡Qué bueno constatar que alguien se interesa por lo que uno escribe! Ojalá tuviéramos más de estos intercambios entre los interesados en la RSE. Creo que podríamos avanzar más en su entendimiento e implementación.
Es difícil no estar de acuerdo contigo, Antonio. Sigamos pedaleando juntos. Un abrazo,
ResponderEliminarMuy buena respuesta aclaratoria Antonio. Saludos desde Santa Marta, Colombia!
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