El 4 de marzo del 2013 el BID/FOMIN dio la
noticia (esperada) de que este año, después de diez ediciones, no se iba a
celebrar la conferencia anual sobre RSE.
La razón: porque la RSE se había vuelto anticuada. La noticia misma no debería ser objeto de
comentarios, pero sí las razones que se aducen para no hacerla[i].
En su comunicado, el FOMIN indica que “Estamos actualmente en el proceso de
evaluación de nuevas estrategias para asegurarnos que la conferencia evolucione
paralelamente a las necesidades e intereses de la región, particularmente en la
medida que los conceptos de valor
compartido y los modelos de negocios inclusivos reemplazan antiguos conceptos
de responsabilidad social corporativa.” (énfasis añadido).
Los lectores que
están cansados de estas discusiones pueden dejar de leer.
Obviamente que la institución es soberana y
puede y debe hacer lo que es más
conveniente para su estrategia. Esto no es
el objeto de este comentario[ii].
Lo que sí se debe comentar es la
aseveración enfatizada en el párrafo precedente.
¿Sabía Ud. que los conceptos de valor
compartido y los modelos de negocios inclusivos REEMPLAZAN ANTIGUOS conceptos de responsabilidad social
corporativa?
Aquí se reproduce el mismo error de Porter y
Kramer (Creating Shared Value: How to reinvent capitalism and unleash a wave of
innovation and growth, Harvard Business
Review, enero 2011) de degradar la RSE
para poder justificar que lo que proponen es más novedoso. Porter y Kramer definen CVC como:
El concepto de valor compartido puede ser definido como las políticas
y prácticas operativas que mejoran la competitividad de la empresa y que al
mismo tiempo mejoran las condiciones de las comunidades en las que opera.
¿Y qué es RSE? Si eso no es RSE es de suponer que entienden
por RSE una serie de prácticas,
ocasionales, circunstanciales, oportunistas, que las empresas emprenden (valga
la cacofonía) para mitigar riesgos, malas percepciones, mejorar la reputación, “greenwash”,
entre otras. ¿Es esto RSE?
NO. La RSE no son las prácticas, la RSE es una
condición de la empresa reflejada en la estrategia y actividades para atender y
mejorar el impacto que sus actividades tienen sobre la sociedad y su entorno. Y
si se tiene, como debe ser, una visión de largo plazo y amplio alcance (tiempo
y espacio) esta estrategia incluye hacer una contribución al desarrollo
económico y social de esa sociedad. La RSE no es hacer, la RSE es ser, pero para ser hay que hacer y hay que
parecer, pero en ese orden.
Como muchos otros,
confunden el concepto con la (mala, incompleta o abusiva) implementación que de
él se hace. ¿Obvia la CVC los problemas
de implementación de la RSE? NO, como se comenta más adelante
los exacerba. Además, todavía no ha
llegado la etapa en la cual la CVC será criticada por las mismas razones que
hoy se critica la RSE. Es demasiado
nueva y todavía no ha podido demostrar su inferioridad.
Supuestamente la Creación de Valor
Compartido, CVC, de Porter y Kramer que tanto ha impresionado a muchos, es una
estrategia por la cual la empresa busca la creación de valor económico y social
simultáneamente en todas sus actividades.
Escribimos muchos artículos sobre el tema y no vale la pena repetir los
argumentos. Ver por ejemplo el primero
de la serie en mi blog Si no está roto no lo arregles: Porter y Kramer sobre RSE.
La CVC tal y como fue presentada no incluye
estrategias de implementación y su aplicabilidad es limitada a las empresas más
grandes y es dudosa para PyMEs y para países en vías de desarrollo. Pueden ver mi artículo Compartir el Valor Creado versus Crear Valor Compartido: Diferentes
estrategias, diferentes implementaciones diferentes resultados en la Revista de RSE (número 10, ene-abr 2012). De este artículo reproduzco solo algunos
párrafos (el lector interesado puede acceder al artículo con el nexo):
Pero la RSE es una estrategia más
amplia que la CVC. De
hecho se podría alegar que la CVC es una parte de la RSE, aquella en la que al
crear el valor económico se crea valor social.
La RSE incluye casos en los que se crea valor social sin crear valor
económico y donde se crea valor económico para más tarde convertirlo en valor
social.
Esta distinción en la implementación puede parecer trivial, pero no lo
es. Si la empresa quiere crear valor que
sea compartido desde el principio perderá muchas oportunidades de beneficiar a
la sociedad, cambiando sus estrategias,
procesos productivos y productos existentes. Además de perder la oportunidad de gestionar
el intercambio de valor económico y social en el tiempo.
Cuando los mercados de responsabilidad (léase los stakeholders y sus
interacciones con la empresa) no están desarrollados es mucho más difícil que
el valor social se convierta en valor económico. A veces hay que crear valor social sin el
consecuente valor económico, por lo menos en el corto y mediano plazo.
En países en vías de desarrollo, donde existen fallas de gobierno,
sobre todo a nivel local, en proveer los servicios sociales necesarios para el
desarrollo de la población, puede ser necesario, a través de las prácticas
empresariales responsables, complementar las acciones. (aunque no se cree valor económico
simultáneamente).
…compartir el valor creado, la esencia de la estrategia de
responsabilidad empresarial, es mucho más flexible, más amplia que la
estrategia de crear valor compartido y se puede adaptar a las circunstancias en
que se desarrolla la actividad empresarial.
Puede enfocarse a la parte de la sociedad que tiene mayores relaciones e
impacto mutuo con la empresa. El valor a
compartir puede ser espaciado en el tiempo y lugar de acuerdo con las
capacidades y estrategias de la empresa.
Su implementación es flexible, más efectiva.
Creo que esta discusión ilustra la correlación
casi perfecta entre la admiración por la CVC y el desconocimiento de la RSE, o
su degradación conceptual.
En cuanto a que el modelo de Negocios
Inclusivos, NI, reemplaza la anticuada RSE es importante destacar que una parte
no puede reemplazar al todo del que es parte.
NI, no puede reemplazar a la RSE
porque es una pequeña parte de ella.
NI se refiere a los negocios que hace la empresa con segmentos de la
población humana y empresarial que se encuentran en situación de “aislamiento”
o “desventaja”. De allí el uso de la
palabra “inclusión”.
Los Negocios Inclusivos son negocios que
incorporan a personas de menores ingresos y empresas de menor tamaño en el
negocio ya sea comprándoles productos o servicios (especialmente mano de obra) o
vendiéndoles o regalándole productos y servicios (incluyendo apoyo para el
desarrollo personal o empresarial). Esto es sencillamente una parte de la
estrategia de una empresa responsable, que se preocupa de su impacto y de su
posible contribución a un segmento de la sociedad, que como toda empresa
responsable quiere una sociedad próspera.
Para mayores detalles pueden leer mi reseña
del libro Negocios inclusivos: Iniciativas de mercado
con los pobres de Iberoamérica (Patricia Márquez,
Ezequiel Reficco y Gabriel Berger, Editores. Banco Interamericano de Desarrollo,
2010) que publiqué en la Revista de RSE (número 7,
ene-abr 2012)
Por cierto que los Negocios Inclusivos los
inventó el Papa Juan Pablo II en su Encíclica Centesimus Annus cuando decía en el párrafo 58: “…….En efecto, no se trata de dar lo
superfluo, sino de ayudar a pueblos enteros, que están excluidos o
marginados, a que entren en el círculo
de desarrollo económico y
humano. Esto será posible no solo
utilizando lo superfluo que nuestro mundo produce en abundancia, sino cambiando
sobre todo ….los modelos de producción y consumo……” (énfasis añadido). Eso fue en el año 1991, once años antes de la propuesta de
encontrar una “Fortuna en la Base de la Pirámide” de Prahalad. El
problema fue que Prahalad lo comercializó mucho mejor. Usó argumentos
económicos. El Papa usaba argumentos
morales.
Lección: Si quieres convencer a
moralistas, usa argumentos morales, si quieres convencer a empresarios, usa
argumentos empresariales (hay algunos empresarios morales con los que se deben
usar ambos argumentos).
Por cierto, también he notado un cierto
agotamiento en el uso de las palabras “Negocios Inclusivos”. A lo mejor le pasará lo mismo que a la RSE.
Y para no extender más este artículo no
comentaremos los grandes vacíos que
crearía la substitución de la anticuada
pero vigente y completa RSE por las dos parciales CVC y NI. ¡Que demuestren que toda la RSE está
cubierta por los nuevos conceptos! Por
ejemplo responsabilidad en la cadena de
valor entre grandes empresas (Apple y Foxconn por ejemplo), anti-corrupción,
filantropía (buena parte sí es RSE pero no es toda la RSE) e intervención de
empresas en el mejoramiento de la gobernanza local y mundial, entre muchos
otros.
Por la intensa actividad que se observa en la
práctica no parece que la RSE esté a punto de jubilarse.
Por cierto que el 16 de abril se celebrará en
Madrid la conferencia CSRSpain. Así, en
inglés, para que suene mejor y no tener que usar la anticuada “RSE”. Cualquier parecido con la conferencia
CSRAmericas es pura coincidencia.
[i] La nota de presan dice que la próxima
conferencia se realizará “probablemente” en 2014, lo que siembra dudas sobre si
se continuarán llevando a cabo y sobre los motivos para la cancelación.
[ii] Transparencia: El suscrito creó la conferencia y lideró sus
primeras seis ediciones, de allí el interés.
Ver la historia de la conferencia en Diez años de la Conferencia
Interamericana sobre Responsabilidad Social de la Empresa.
Sobre lo último Antonio... más gringo que llamar a una conferencia para el ámbito hispanoamericano con el acrónimo CSR... Latinoamérica debería animarse a ejercer otra vía y plantarle cara a todas estas acepciones que no se condicen con una RSE para América Latina
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