En este articulo analizamos
las características de un novedoso instrumento para expandir el financiamiento
sostenible, que tiene un nombre compuesto: Bonos para financiar préstamos
ligados a la sostenibilidad. Bonos para financiar
préstamos. El mercado de estos bonos es incipiente por lo que el
objetivo del artículo, más que describirlo, es aprovecharlo para ilustrar facetas
del funcionamiento del mercado de las finanzas sostenibles y de esta manera
ayudar a la comprensión de otros instrumentos.
Pretende ser un artículo didáctico.
I. Bonos para financiar prestamos ligados a la sostenibilidad.
1.
¿Qué son?
En este caso el nombre
es descriptivo, pero no quiere decir que es obvio lo que son. Son bonos
emitidos por instituciones financieras con el compromiso de dedicar los
recursos a financiar o refinanciar su cartera de préstamos [i] ligados a la
sostenibilidad, o sea que tienen objetivos
de contribuir a mejorar algunos aspectos de la sostenibilidad del prestatario.
Los bonos que
emite la institución financiera deben cumplir con los principios y procesos tradicionales
de la emisión de bonos verdes, sociales y sostenibles (del International Capital
Markets Association, ICMA, los de Unión Europea, u otros generalmente
aceptados), por lo que, como en el caso de las emisiones de bonos por empresas
y proyectos, deben dedicar la totalidad de los fondos al financiamiento de
préstamos, en este caso ligados a la sostenibilidad. No pueden usar parte
de los recursos del bono para ningún otro fin.
Y como aquellos bonos,
deben emitirse basados en un esquema marco que establezca las condiciones
de la emisión, los compromisos que adquiere la institución financiera y la concordancia
con la estrategia de sostenibilidad de la institución. Cada emisión debe tener
el respectivo prospecto de emisión donde se establecen las particularidades
de la emisión, en especial los logros que se esperan de los prestatarios.
A su vez, los préstamos
que se otorgan deben hacerse siguiendo los principios
para los prestamos ligados a la sostenibilidad del Loan Market
Association (LMA), que exigen entre otras cosas, el logro de metas medibles
y ambiciosas, que deben ser supervisadas por la institución financiera.
Estos préstamos pueden tener bonificaciones o penalizaciones financieras ligadas
a los logros de las metas. La verificación del cumplimiento de las metas debe ser
efectuado por un asegurador externo a la institución y a los prestatarios.
Como se ve, la
institución financiera actúa no solo como intermediario financiero tradicional entre
los inversionistas responsables que compran los bonos y las empresas o proyectos
que los usan, sino además como supervisor de los logros. [ii]
2.
Las guías.
En junio del 2024
la ICMA y la LMA emitieron conjuntamente unas guías específicas, Guías para
bonos que financian prestamos ligados a la sostenibilidad (Guidelines for Sustainability-Linked Loan
financing Bonds (SLLBG), que pretenden servir de incentivo
para mejorar la confiabilidad del instrumento y por ende contribuir a desarrollar
el mercado.
La recomendación central
de estas guías es que los préstamos deben seguir los Principios de la LMA para
los préstamos ligados a la sostenibilidad y las carteras que con ellos se
formen, y los bonos deben seguir las principios para la emisión de bonos verses
sociales y sostenibles del ICMA, no los de los bonos ligados a la sostenibilidad
ya que el bono no lo es. Es posible que eventualmente de usen otros principios,
como los de los bonos verdes de la Comisión europea, que son más rigurosos que
los del ICMA.
Las SLLBG establecen
guías voluntarias para el proceso que recomiendan transparencia y diseminación de
la información y promueven la integridad del desarrollo del mercado de SLLB, al
clarificar el esquema utilizado para la emisiones de estos instrumentos. Pretende
guiar a los emisores en componentes claves para una emisión que sea confiable
en el mercado y apoyar a los inversionistas al promover la información confiable,
especialmente la relevancia, materialidad, rigor y
medición de las metas seleccionadas (KPI) y facilitar su revisión
externa independiente.
Hay todavía muy
pocos ejemplos. Nordea (un banco comercial de los países nórdicos) fue el
pionero en las emisiones de estos bonos en el 2022, mucho antes de que existieran
las guías y lo hizo de acuerdo con sus propios principios. También el Banco de
China hizo una emisión durante ese año. En el primer caso, la tasa del bono es
fija, y Nordea absorbe las bonificaciones o penalizaciones por el logro de las
metas, en tanto que en el segundo caso son traspasadas a los inversionistas. En
el primer caso los inversionistas no comparten el riesgo de incumplimiento en sostenibilidad
en tanto que si lo hacen en el segundo caso. La existencia de emisiones sin guías
dio lugar al interés del ICMA y la LMA en desarrollar las guías actuales.
Como hemos comentado,
el mercado es incipiente y no hay mucha información sobre otras emisiones. Es
de esperar que la publicación de las guías despierte el interés de los inversionistas
responsables y de las instituciones financieras, también
responsables, en estos instrumentos.
II. ¿Tienen valor agregado?
1.
¿Se necesitan?
Para efectos de
la discusión sobre su potencial valor agregado podemos considerar dos aspectos,
uno es el efecto de mayores volúmenes de recursos disponibles y el impacto de
esos recursos sobre la sostenibilidad.
En cuanto al volumen
de recursos, estos bonos tienen el potencial de atraer a inversionistas
responsables a un instrumento con características más deseables que los bonos
ligados a la sostenibilidad, que serían un instrumento afín: ambos son negociables, o sea tienen
liquidez, y en ninguno de los dos se invierten recursos directamente en actividades
de sostenibilidad, ambos aportan recursos a las empresas o proyectos, condicionados
al logro de objetivos, pero no a su inversión en ellos. Sin embargo, en los
bonos para préstamos el inversionista adquiere un instrumento con el riesgo
creditico de una institución financiera, presumiblemente menor que en el caso
de una empresa y con potencial de influir sobre una cartera diversificada de empresas
o proyectos, ampliando su ámbito de acción.
Pero lo más importante
es que el intermediario financiero hará la selección de las empresas o proyectos
y supervisa el logro de las metas. Con los bonos el inversionista amplia el ámbito de acción
y “adquiere” los servicios de intermediación en la selección y monitoreo de los
préstamos. Esto no se debe ser
gratuito ya que el intermediario querrá un margen de intermediación entre el
costo financiero de los bonos y los intereses de los préstamos que cubra sus
costos y le rinda beneficios.
Pero ¿les
interesan estos instrumentos a las instituciones financieras? Para ellas es más sencillo captar recursos
del público y hacer los prestamos directamente a las empresas o proyectos, con
lo cual se deben rendir cuentas a sí mismos, pero no a terceros
(inversionistas), y no es obvio que el margen de intermediación con los bonos
sea mayor que con las captaciones del público (al que no rinden cuentas). El interés
para las instituciones financieras es el de mostrar un mayor y mejor compromiso
con la sostenibilidad ya que es una intermediación en la que añade más valor
que la tradicional.
Y hay otra
diferencia notable entre los prestamos ligados a la sostenibilidad con recursos
de bonos y con recursos propios o del público, y es que en este segundo caso se
trata de un contrato privado entre el banco y el prestatario que no requiere
de diseminación de información al público y todo queda en casa, se puede renegociar
o no, se puede perdonar o no. En el caso de los préstamos con recursos de
bonos el intermediario se compromete a reportar sobre los logros de la cartera
de préstamos a los compradores de los bonos, usando evaluadores independientes.
Hay mayor transparencia.
Para los inversionistas
responsables el caso espejo sería el de adquirir bonos ligados a la
sostenibilidad emitidos por diferentes empresas o proyectos, con lo que pueden
diversificar su cartera, el ámbito de su actuación también se amplía, y el
riesgo de default se diversifica, pero en este caso no tiene control sobre
las actividades de sostenibilidad de las empresas o proyectos ya que
descansan en los marcos y prospectos de las emisiones, pero no intervendrán,
como sí lo podrá hacer el intermediario financiero en los bonos para préstamos.
Este instrumento
es más adecuado para el caso en que la institución financiera lo quiera
utilizar para otorgar muchos préstamos de montos moderados, o donde quiere
refinanciar préstamos ya otorgados
que están ligados a la sostenibilidad o que en el refinanciamiento se liguen a metas
de sostenibilidad. Aunque hay que
destacar que el refinanciamiento no aporta recursos adicionales, pero puede
imponer nuevas o revisadas condiciones de sostenibilidad.
El instrumento
no es adecuado en el caso de préstamos de gran envergadura, en cuyo caso se
recurre a otro instrumento, que son los préstamos sindicados donde son varias las instituciones que combinan
sus recursos a una solo empresa o proyecto, en vez de una institución que Financia
muchas empresas o proyectos. En aquel caso, se suele nombrar a una de ellas, o mejor,
a una institución independiente para que haga el monitoreo y control de las
condiciones de sostenibilidad. [iii]
Las
complejidades adicionales y las necesidades de mayor monitoreo y transparencia requeridas
de los préstamos con recursos de bonos pueden hacer que no sean muchas las
instituciones financieras interesadas en este mercado. Y las que lo harán seguramente
serán instituciones muy comprometidas con la sostenibilidad. Por ahora no es posible determinar la
magnitud de este interés ya que el mercado apenas comienza y es el tiempo el que
dirá que instituciones se interesan y por qué.
Y este proceso
más riguroso de los bonos para préstamos adquiere valor ya que los bonos
ligados a la sostenibilidad son el tipo de financiamiento “sostenible” más propicio
para el greenwashing, porque las metas suelen ser menos estrictas y muchas no son incrementales,
son metas que de una u otra manera se pretendían lograr de todas maneras, con o
sin las condiciones del bono ligado a la sostenibilidad. [iv]
2.
¿Tendrán impacto?
Esta es quizás la
pregunta más relevante. ¿Vale la pena usar un nuevo instrumento financiero
si no tendrá impacto por sobre los instrumentos existentes? En este caso el
impacto en el volumen del mercado está en la potencial atracción de algunos inversionistas
responsables que prefieren mayores seguridades sobre el logro de objetivos de sostenibilidad. Además, el impacto sobre la sostenibilidad
puede ser mayor por cuanto hay mayor involucramiento de las partes.
Los inversionistas
interesados en estos instrumento no son los que invierten por el nombre del instrumento
y que buscan poder decir que tienen esos valores en sus carteras, no son inversionistas
“ASG”, [v] son inversionistas
más conscientes, son aquellos que hacen la diligencia debida individualizada,
tipo los inversionistas de impacto y que tienden a mantener
esas inversiones en cartera, con una visión de largo plazo.
Si las
instituciones financieras se involucran en este instrumento es porque creen que
ello mejorará sus credenciales de sostenibilidad. Y las empresas o proyectos suelen ser de montos moderados
que permiten un seguimiento y control más cercano, además de que la mayor transparencia
estimula el logro de impacto.
3.
¿Y el greenwashing?
Como todo lo relacionado con la sostenibilidad empresarial el potencial para
el greenwashing existe, por la precepción o realidad de que los beneficios
de ello son inferiores a los costos (“si
me agarran”), aunque con las recientes regulaciones estos costos están aumentando.
También los bonos para préstamos ligados a la sostenibilidad tienen el potencial
para el greenwashing, pero es menor que en el caso de los préstamos con
recursos propios o del público, donde no es obligatorio informar públicamente,
todo queda en casa, o en el caso de los bonos ligados a la sostenibilidad donde
los inversionistas son anónimos, menos involucrados y con menor interés
en mantenerlos en el largo plazo.
En el caso de financiar los préstamos con recursos de los bonos hay mayor involucramiento
de las partes, mayor transparencia y la visibilidad y costos del greenwashing
son mayores.
III.
En resumen
Los bonos para financiar
préstamos ligados a la sostenibilidad son un instrumento de muy reciente y
limitada aplicación. No obstante la
modalidad puede contribuir a estimular el interés de los inversionistas
verdaderamente responsables, posiblemente expandiendo los recursos con impacto
sobre la sostenibilidad empresarial, ya que tiene características que los hacen
atractivos, como es una mayor participación de las partes involucradas, la mayor
posibilidad de lograr las metas de sostenibilidad ligadas a los préstamos, mayor
transparencia y confiabilidad para los inversionistas, comparados con la
inversión en bonos ligados a la sostenibilidad,
la ampliación de su ámbito de acción, diversificando sus inversiones, y la reducción
del riesgo financiero.
Para las instituciones
financieras ofrece la oportunidad de diversificar y ampliar sus fuentes de financiamiento y mejorar la efectividad
de su involucramiento en la implementación de sus estrategias de sostenibilidad.
Y reduce el potencial para el greenwashing con respecto a los bonos y
los préstamos directos ligados a la sostenibilidad.
[i] Se usa el término “préstamo” para
referirse al conjunto de instrumentos crediticios como por ejemplo líneas de
crédito, préstamos contingentes, factoring, etc.
[ii] Para una amplia discusión de todos
estos préstamos ver ¿De qué color
son los préstamos verdes?
[iii] Ver el caso de Acciona descrito en
la sección III de Financiamiento ligado a
la sostenibilidad: ¿Ahora va en serio?
[iv] Para un buen ejemplo de esto ver ¿Hace falta ser una empresa responsable
para emitir un bono ligado a la sostenibilidad?
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