domingo, 7 de julio de 2024

Nuevo instrumento financiero para la sostenibilidad: ¿Tiene valor agregado?

  

En este articulo analizamos las características de un novedoso instrumento para expandir el financiamiento sostenible, que tiene un nombre compuesto: Bonos para financiar préstamos ligados a la sostenibilidad. Bonos para financiar préstamos. El mercado de estos bonos es incipiente por lo que el objetivo del artículo, más que describirlo, es aprovecharlo para ilustrar facetas del funcionamiento del mercado de las finanzas sostenibles y de esta manera ayudar a la comprensión de otros instrumentos.  Pretende ser un artículo didáctico.

I.                Bonos para financiar prestamos ligados a la sostenibilidad.

1.      ¿Qué son?

En este caso el nombre es descriptivo, pero no quiere decir que es obvio lo que son. Son bonos emitidos por instituciones financieras con el compromiso de dedicar los recursos a financiar o refinanciar su cartera de préstamos [i] ligados a la sostenibilidad, o sea que tienen objetivos de contribuir a mejorar algunos aspectos de la sostenibilidad del prestatario.

Los bonos que emite la institución financiera deben cumplir con los principios y procesos tradicionales de la emisión de bonos verdes, sociales y sostenibles (del International Capital Markets Association, ICMA, los de Unión Europea, u otros generalmente aceptados), por lo que, como en el caso de las emisiones de bonos por empresas y proyectos, deben dedicar la totalidad de los fondos al financiamiento de préstamos, en este caso ligados a la sostenibilidad. No pueden usar parte de los recursos del bono para ningún otro fin.

Y como aquellos bonos, deben emitirse basados en un esquema marco que establezca las condiciones de la emisión, los compromisos que adquiere la institución financiera y la concordancia con la estrategia de sostenibilidad de la institución. Cada emisión debe tener el respectivo prospecto de emisión donde se establecen las particularidades de la emisión, en especial los logros que se esperan de los prestatarios.

A su vez, los préstamos que se otorgan deben hacerse siguiendo los principios para los prestamos ligados a la sostenibilidad del Loan Market Association (LMA), que exigen entre otras cosas, el logro de metas medibles y ambiciosas, que deben ser supervisadas por la institución financiera. Estos préstamos pueden tener bonificaciones o penalizaciones financieras ligadas a los logros de las metas. La verificación del cumplimiento de las metas debe ser efectuado por un asegurador externo a la institución y a los prestatarios.

Como se ve, la institución financiera actúa no solo como intermediario financiero tradicional entre los inversionistas responsables que compran los bonos y las empresas o proyectos que los usan, sino además como supervisor de los logros.  [ii]

2.     Las guías.

En junio del 2024 la ICMA y la LMA emitieron conjuntamente unas guías específicas, Guías para bonos que financian prestamos ligados a la sostenibilidad  (Guidelines for Sustainability-Linked Loan financing Bonds (SLLBG), que pretenden servir de incentivo para mejorar la confiabilidad del instrumento y por ende contribuir a desarrollar el mercado.

La recomendación central de estas guías es que los préstamos deben seguir los Principios de la LMA para los préstamos ligados a la sostenibilidad y las carteras que con ellos se formen, y los bonos deben seguir las principios para la emisión de bonos verses sociales y sostenibles del ICMA, no los de los bonos ligados a la sostenibilidad ya que el bono no lo es. Es posible que eventualmente de usen otros principios, como los de los bonos verdes de la Comisión europea, que son más rigurosos que los del ICMA.

Las SLLBG establecen guías voluntarias para el proceso que recomiendan transparencia y diseminación de la información y promueven la integridad del desarrollo del mercado de SLLB, al clarificar el esquema utilizado para la emisiones de estos instrumentos. Pretende guiar a los emisores en componentes claves para una emisión que sea confiable en el mercado y apoyar a los inversionistas al promover la información confiable, especialmente la relevancia, materialidad, rigor y medición de las metas seleccionadas (KPI) y facilitar su revisión externa independiente.

Hay todavía muy pocos ejemplos. Nordea (un banco comercial de los países nórdicos) fue el pionero en las emisiones de estos bonos en el 2022, mucho antes de que existieran las guías y lo hizo de acuerdo con sus propios principios. También el Banco de China hizo una emisión durante ese año. En el primer caso, la tasa del bono es fija, y Nordea absorbe las bonificaciones o penalizaciones por el logro de las metas, en tanto que en el segundo caso son traspasadas a los inversionistas. En el primer caso los inversionistas no comparten el riesgo de incumplimiento en sostenibilidad en tanto que si lo hacen en el segundo caso. La existencia de emisiones sin guías dio lugar al interés del ICMA y la LMA en desarrollar las guías actuales.

Como hemos comentado, el mercado es incipiente y no hay mucha información sobre otras emisiones. Es de esperar que la publicación de las guías despierte el interés de los inversionistas responsables y de las instituciones financieras, también responsables, en estos instrumentos.

II.             ¿Tienen valor agregado?

1.      ¿Se necesitan?

Para efectos de la discusión sobre su potencial valor agregado podemos considerar dos aspectos, uno es el efecto de mayores volúmenes de recursos disponibles y el impacto de esos recursos sobre la sostenibilidad.

En cuanto al volumen de recursos, estos bonos tienen el potencial de atraer a inversionistas responsables a un instrumento con características más deseables que los bonos ligados a la sostenibilidad, que serían un instrumento afín: ambos son negociables, o sea tienen liquidez, y en ninguno de los dos se invierten recursos directamente en actividades de sostenibilidad, ambos aportan recursos a las empresas o proyectos, condicionados al logro de objetivos, pero no a su inversión en ellos. Sin embargo, en los bonos para préstamos el inversionista adquiere un instrumento con el riesgo creditico de una institución financiera, presumiblemente menor que en el caso de una empresa y con potencial de influir sobre una cartera diversificada de empresas o proyectos, ampliando su ámbito de acción.

Pero lo más importante es que el intermediario financiero hará la selección de las empresas o proyectos y supervisa el logro de las metas.  Con los bonos el inversionista amplia el ámbito de acción y “adquiere” los servicios de intermediación en la selección y monitoreo de los préstamos.  Esto no se debe ser gratuito ya que el intermediario querrá un margen de intermediación entre el costo financiero de los bonos y los intereses de los préstamos que cubra sus costos y le rinda beneficios.

Pero ¿les interesan estos instrumentos a las instituciones financieras?  Para ellas es más sencillo captar recursos del público y hacer los prestamos directamente a las empresas o proyectos, con lo cual se deben rendir cuentas a sí mismos, pero no a terceros (inversionistas), y no es obvio que el margen de intermediación con los bonos sea mayor que con las captaciones del público (al que no rinden cuentas).  El interés para las instituciones financieras es el de mostrar un mayor y mejor compromiso con la sostenibilidad ya que es una intermediación en la que añade más valor que la tradicional.

Y hay otra diferencia notable entre los prestamos ligados a la sostenibilidad con recursos de bonos y con recursos propios o del público, y es que en este segundo caso se trata de un contrato privado entre el banco y el prestatario que no requiere de diseminación de información al público y todo queda en casa, se puede renegociar o no, se puede perdonar o no. En el caso de los préstamos con recursos de bonos el intermediario se compromete a reportar sobre los logros de la cartera de préstamos a los compradores de los bonos, usando evaluadores independientes. Hay mayor transparencia.

Para los inversionistas responsables el caso espejo sería el de adquirir bonos ligados a la sostenibilidad emitidos por diferentes empresas o proyectos, con lo que pueden diversificar su cartera, el ámbito de su actuación también se amplía, y el riesgo de default se diversifica, pero en este caso no tiene control sobre las actividades de sostenibilidad de las empresas o proyectos ya que descansan en los marcos y prospectos de las emisiones, pero no intervendrán, como sí lo podrá hacer el intermediario financiero en los bonos para préstamos.

Este instrumento es más adecuado para el caso en que la institución financiera lo quiera utilizar para otorgar muchos préstamos de montos moderados, o donde quiere refinanciar préstamos ya otorgados que están ligados a la sostenibilidad o que en el refinanciamiento se liguen a metas de sostenibilidad.  Aunque hay que destacar que el refinanciamiento no aporta recursos adicionales, pero puede imponer nuevas o revisadas condiciones de sostenibilidad.

El instrumento no es adecuado en el caso de préstamos de gran envergadura, en cuyo caso se recurre a otro instrumento, que son los préstamos sindicados donde son varias las instituciones que combinan sus recursos a una solo empresa o proyecto, en vez de una institución que Financia muchas empresas o proyectos. En aquel caso, se suele nombrar a una de ellas, o mejor, a una institución independiente para que haga el monitoreo y control de las condiciones de sostenibilidad.  [iii]

Las complejidades adicionales y las necesidades de mayor monitoreo y transparencia requeridas de los préstamos con recursos de bonos pueden hacer que no sean muchas las instituciones financieras interesadas en este mercado. Y las que lo harán seguramente serán instituciones muy comprometidas con la sostenibilidad. Por ahora no es posible determinar la magnitud de este interés ya que el mercado apenas comienza y es el tiempo el que dirá que instituciones se interesan y por qué.

Y este proceso más riguroso de los bonos para préstamos adquiere valor ya que los bonos ligados a la sostenibilidad son el tipo de financiamiento “sostenible” más propicio para el greenwashing, porque las metas suelen ser menos estrictas y muchas no son incrementales, son metas que de una u otra manera se pretendían lograr de todas maneras, con o sin las condiciones del bono ligado a la sostenibilidad. [iv]

2.     ¿Tendrán impacto?

Esta es quizás la pregunta más relevante. ¿Vale la pena usar un nuevo instrumento financiero si no tendrá impacto por sobre los instrumentos existentes? En este caso el impacto en el volumen del mercado está en la potencial atracción de algunos inversionistas responsables que prefieren mayores seguridades sobre el logro de objetivos de sostenibilidad.  Además, el impacto sobre la sostenibilidad puede ser mayor por cuanto hay mayor involucramiento de las partes. 

Los inversionistas interesados en estos instrumento no son los que invierten por el nombre del instrumento y que buscan poder decir que tienen esos valores en sus carteras, no son inversionistas “ASG”, [v] son inversionistas más conscientes, son aquellos que hacen la diligencia debida individualizada, tipo los inversionistas de impacto y que tienden a mantener esas inversiones en cartera, con una visión de largo plazo.

Si las instituciones financieras se involucran en este instrumento es porque creen que ello mejorará sus credenciales de sostenibilidad. Y las empresas o proyectos suelen ser de montos moderados que permiten un seguimiento y control más cercano, además de que la mayor transparencia estimula el logro de impacto.

3.     ¿Y el greenwashing?

Como todo lo relacionado con la sostenibilidad empresarial el potencial para el greenwashing existe, por la precepción o realidad de que los beneficios de ello son inferiores a los costos (“si me agarran”), aunque con las recientes regulaciones estos costos están aumentando. También los bonos para préstamos ligados a la sostenibilidad tienen el potencial para el greenwashing, pero es menor que en el caso de los préstamos con recursos propios o del público, donde no es obligatorio informar públicamente, todo queda en casa, o en el caso de los bonos ligados a la sostenibilidad donde los inversionistas son anónimos, menos involucrados y con menor interés en mantenerlos en el largo plazo.

En el caso de financiar los préstamos con recursos de los bonos hay mayor involucramiento de las partes, mayor transparencia y la visibilidad y costos del greenwashing son mayores.

III.           En resumen

Los bonos para financiar préstamos ligados a la sostenibilidad son un instrumento de muy reciente y limitada aplicación.  No obstante la modalidad puede contribuir a estimular el interés de los inversionistas verdaderamente responsables, posiblemente expandiendo los recursos con impacto sobre la sostenibilidad empresarial, ya que tiene características que los hacen atractivos, como es una mayor participación de las partes involucradas, la mayor posibilidad de lograr las metas de sostenibilidad ligadas a los préstamos, mayor transparencia y confiabilidad para los inversionistas, comparados con la inversión en bonos ligados a  la sostenibilidad, la ampliación de su ámbito de acción, diversificando sus inversiones, y la reducción del riesgo financiero. 

Para las instituciones financieras ofrece la oportunidad de diversificar y ampliar sus fuentes de financiamiento y mejorar la efectividad de su involucramiento en la implementación de sus estrategias de sostenibilidad.

Y reduce el potencial para el greenwashing con respecto a los bonos y los préstamos directos ligados a la sostenibilidad.



[i] Se usa el término “préstamo” para referirse al conjunto de instrumentos crediticios como por ejemplo líneas de crédito, préstamos contingentes, factoring, etc.

[ii] Para una amplia discusión de todos estos préstamos ver ¿De qué color son los préstamos verdes?

[iii] Ver el caso de Acciona descrito en la sección III de Financiamiento ligado a la sostenibilidad: ¿Ahora va en serio?

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