Nestlé es la empresa que originó el concepto
de la creación de valor compartido (CVC), la idea, nada nueva por cierto, de
que a través de sus actividades la empresa podría crea valor para sí y para la
sociedad. Que había que, proactivamente,
buscar oportunidades para crear valores
para ambos y no sólo para la empresa.
Esta idea fue la evolución de Nestlé ante las
severas críticas, boicots y juicios de consumidores y sociedad civil, en
particular sobre el renombrado caso de la leche en polvo como reemplazo de la
leche materna, en la que se le acusó de prácticas engañosas y representó un
duro golpe a su reputación (comienzos de los ochentas). La CVC fue una
estrategia de mitigación de irresponsabilidades. El nombre fue usado por primera vez en un
informe del 2006 sobre sus actividades en América Latina que llamaron a la CVC
“el concepto de Nestlé de la RSE”. El
informe de sostenibilidad del 2007 ya usó aquel nombre (el primero del 2001 se
llamó informe de sostenibilidad).
Esta idea se populariza cuando Michael Porter
y Mark Kramer publican en enero de 2011 un artículo en el Harvard Busines
Review bajo el lema “La Gran Idea”, con el título Creación de Valor
Compartido: Como reinventar el capitalismo y desatar una oleada de innovación y
crecimiento. Este artículo, tanto por la reputación de sus autores
como por el medio en que se publicó y la difusión y publicidad que le han dado
sus autores, ha tenido gran repercusión.
Lo exagerado del título a lo mejor contribuye.
Pero, ¿es Nestlé consistente
con su idea de que sus operaciones deben crear valor compartido con la sociedad
o también trata de “extraer valor”?
En septiembre de 2014 se publicó un
interesante artículo sobre la extracción
de valor por parte de las empresas “Profits without prosperity”. Se
publicó en la misma revista y en la misma sección que el de Creación de Valor
Compartido de Porter y Kramer, en el Harvard
Business Review, en la sección “La Gran Idea”. En ese artículo se analiza la utilización de
los beneficios de las empresas en la recompra de sus propias acciones en vez de
contribuir a la prosperidad de la sociedad a través de inversiones para el
largo plazo. Lo que el autor denomina extracción
de valor en oposición a la creación de valor: beneficios sin prosperidad.
En los diez años entre 2003 2012 las 449
empresas que estuvieron en el índice Standard and Poor 500 usaron el 54% de sus
beneficios en recomprar sus acciones y otro 37% en pagar dividendos. Estas actividades tienen el efecto de aumentar
el precio de las acciones en el corto plazo, que contribuye a aumentar la remuneración
de los directivos. Los 500 mejor pagados
en el 2012 recibieron el 42% de su compensación en forma de opciones de compra
de acciones y el 41% en acciones directas.
La reducción del número de acciones en circulación a través de su adquisición
por la empresa también aumenta temporalmente las “ganancias por acción” lo que
mejora el total de su remuneración, que suele estar atada a este indicador.
Pero los recursos
usados para recompra de acciones y pago de dividendos no están disponibles para
la inversión en la empresa en el mejoramiento de las condiciones de trabajo y
nuevas actividades que pueden contribuir a la prosperidad. Los intereses de sus directivos quedan por encima de los intereses de
la sociedad.
Un caso destacable de “extracción de valor”
es Nestlé. Entre 2005 y 2010 la empresa recompró sus propias acciones en el
mercado por un monto de casi US$40.000
millones. Usó los recursos generados
en el negocio para extraer valor, para reducir tu tamaño, para encogerse a
favor de los accionistas, en vez de usarlos para crear valor a través de sus
inversiones, que podría compartir con la sociedad como es supuestamente su
estrategia.
Si bien esto puede
parecer un caso de las grandes empresas en países desarrollados, tiene
lecciones para todo tipo de empresas.
Una de las principales
responsabilidades de la empresa ante la sociedad es invertir. De la misma manera que los individuos tenemos
la responsabilidad de utilizar lo mejor posible los talentos que se nos han
dado, la empresa tiene la responsabilidad de utilizar sus recursos de la mejor
manera posible, lo que, claro está, incluye remunerar a los que hacen posibles
esos recursos.
Pero recordemos
que muchos de los recursos que usa la empresa son bienes comunes de la sociedad
por los que no paga:
agua, aire, el medio ambiente, la educación, salud y en general el capital humano
con que le llegan sus empleados, la seguridad física y jurídica del entorno en
que se desenvuelve, la infraestructura pública que usa. Todo esto construido con sus impuestos y los
nuestros y con los ingresos de los gobiernos que nos pertenecen a todos.
La empresa tiene
la responsabilidad de invertir para contribuir al mejoramiento de la calidad de
vida, del empleo, de la producción de bienes y servicios que la sociedad
necesita, de contribuir a los bienes comunes, etc.
No basta con llevar a cabo sus actividades rutinarias
para que también se beneficie la sociedad (aunque en el caso de Nestlé mucho
del valor que se comparte es en aspectos micro de proyectos de inversión social,
base de la pirámide, negocios inclusivos y desarrollo comunitario). Son tanto
o más importantes los impactos macro derivados de la inversión y su efecto
multiplicador en las economías. Y esto es válido para todo tipo de empresa,
en mayor o menor grado.
Sí, claro está que la primera responsabilidad
de Nestlé como de todas las empresas en ser rentable, y remunerar a los
aportantes del capital que han hecho las inversiones posibles, pero hay maneras
y maneras de ser rentable.
Muchas veces los dirigentes empresariales se preocupan
más de sí mismos que de la sociedad, a pesar de las expresiones públicas para
mejorar la reputación empresarial vía su responsabilidad social. A veces
los intereses de los dirigentes toman precedencia. Estas acciones de extracción de valor pueden mejorar
sus remuneraciones y bonificaciones por su impacto en el corto plazo.
¿Es posible que
Nestlé tenga que recomprar sus propias acciones porque no encuentra
posibilidades de invertir sus grandes beneficios y prefiera contraerse? ¿Es posible que los dirigentes de
responsabilidad social (crear valor compartido) y los de gestión financiera (extracción
de valor) no se coordinen?
Lo cierto es que Nestlé, supuesto líder de la
creación de valor compartido, también está metido de lleno en la extracción de valor, perdiendo una
excelente oportunidad de crear valor, compartido o no.
Antes de compartir valor hay que crearlo.
Excelente aporte Antonio.
ResponderEliminarJustamente ayer escuché una conferencia de Marion Nestle (el apellido es solo coincidencia) sobre la política alimentaria y dice cosas muy interesantes sobre las grandes compañías. http://youtu.be/zrUdQzxbUGg
Cordial saludo
Gustavo Secilio
En el caso del Perú, país donde vivo, no hay experiencias exitosas de empresas que empiecen a crear valor compartido a excepción de Nestle - Perú, pues la Cámara de Comercio deberá ser el ente mediante el cual se empiece a promover este nuevo enfoque que podría dar muy buenos resultados
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