Entre los días 16 y el 25 de junio se llevó a
cabo una encuesta sobre los premios a la
responsabilidad empresarial, enfocándose en tres preguntas:
(1) Si se deben otorgar y bajo qué condiciones, (2) Proceso de
selección, (3) Mecanismo de control y supervisión social de los premios
otorgados. Se recibieron 71 respuestas,
que parecen ser un número razonable como para sacar algunas conclusiones.
Como en encuestas anteriores, es de enfatizar
que la muestra no es representativa de la población en general ya que responden
los lectores del blog de Cumpetere, que presumiblemente son conocedores del
tema. Es por lo tanto una encuesta
sesgada. Pero lo que se pretende
determinar es precisamente eso: ¿Qué opinan sobre los premios los conocedores
del tema?
Se debe otorgar
premios y bajo qué condiciones
El 49% respondió que SI se deben otorgar
premios a la responsabilidad y el 51% respondió que NO. Para el suscrito, que es escéptico sobre los
premios, las respuestas son un poco
sorprendentes. Esperaba un mayor
porcentaje de NO. No obstante, se debe
aclarar que las preguntas ofrecían alternativas sobre las justificaciones para las respuestas y es en estas
justificaciones donde reside el interés de las respuestas. Las opciones eran:
SI
|
NO
|
SI, Los premios estimulan a
las empresas a ser más responsables
|
NO, Los premios solo estimulan
a las empresas a parecer responsables
|
SI, Los premios permiten
distinguir las empresas responsables de las que no lo son
|
NO, No se deben premiar comportamientos que
deben ser la norma
|
SI, Los premios sirven para
aumentar el interés de la sociedad por la responsabilidad empresarial
|
NO, Los premios son usados
para hacer propaganda
|
Y los
resultados, incluyendo las justificaciones, se pueden ver en el siguiente
gráfico, donde tanto para lo que respondieron que SI como para los que NO,
todas las justificaciones les parecen válidas.
Para lo que respondieron que SI, lo único claro es que creen poco en que
los premios separen las empresas responsables de las que no lo son,
presumiblemente todas son más o menos (ir)responsables, unas un poco más, otras
un poco menos. Pero opinan que los
premios sí estimulan a las empresas a ser más responsable y a aumentar el
interés de la sociedad en la RSE. Los
premisos cumplen funciones valiosas.
Para los que respondieron que NO, la opción más
votada es que los premios estimulan a las empresas a parecer responsables y, en forma relacionada, que son usados para
hacer propaganda. La opción menos votada es que no se debería premiar lo que debe ser la norma
del comportamiento. Un resultado
relativamente sorprendente (para el suscrito, que es cree en esto).
Proceso de
selección de los premios
Las preguntas sobre el proceso de selección
se referían a tres aspectos: (1)
información utilizada, (2) participantes en la selección y (3) objeto del
premio. En cuanto a la información a ser
utilizada, una clara mayoría del 70%
prefiere basarse en el contraste de información de la empresa con verificación
externa, mientras un grupo mucho menor, 21%, aceptaría que se basaran en
información públicamente disponible y sólo el 4% aceptaría basarlos en
información proporcionada por la empresa
(algunos no votaron y por ello no suma 100%).
La mayoría de los premios existentes usan esta última modalidad y
algunos usan información disponible al público.
Obviamente que los costos del
proceso aumentan a medida que se quiere información más confiable, y ello es
precisamente un buen indicador de la confiabilidad de los premios. Premios
fáciles de otorgar, premios poco confiables.
En cuanto al proceso hay un claro rechazo
a las votaciones del público, favorecido por solo el 6%, en tanto que la
gran mayoría prefiere la participación de expertos (77%), divididos entre un
30% que prefiere solo un panel de expertos y el 47% que prefiere la
preselección por expertos y luego votación del público. Ojala
lean esto los otorgantes de premios.
En cuanto al objeto del premio, el 13% vota por que sea otorgado a las prácticas
generales de responsabilidad, el 35% vota porque sean otorgados a prácticas
específicas y el 32% a cualquiera de las dos (es resto presumiblemente NS/NC). La tendencia actual es la otorgar premios a
prácticas específicas que sean más identificables y constatables.
En cuanto a la propuesta de la encuesta de
desarrollar un mecanismo de control social sobre las instituciones que otorgan los
premios y sobre los premios recibidos por las empresas, las respuestas fueron
sumamente favorables. En un primer caso
se proponía la creación de una
institución independiente de expertos que, basado en criterios consensuados con
la comunidad de la RSE, calificaría, en una escala predeterminada, la
credibilidad del proceso que las instituciones usan en el otorgamiento de
premios. La propuesta fue considerada
una buena idea por el 70% de los encuestados (y de ellos el 57% estaría
dispuesto a participar), aunque el 23% piensa que, aun siendo factible, no
tendría efectividad. Solo el 6% piensa
que no es una buena idea.
La segunda propuesta de crear una comunidad
de stakeholders, que podría llamar la
atención sobre premios otorgados a una empresa especifica que ofrecen dudas, en
forma de un sitio web donde el “denunciante” colocaría sus objeciones al premio
a esa empresa y la comunidad de la RSE comentaría las objeciones, incluyendo la
misma empresa y la institución otorgante (el valor de la objeción sería en
función del apoyo que recibiera de la comunidad de RSE). Esta propuesta también fue considerada una
buena idea por 66% de los encuestados (y de ellos el 50% estaría dispuesto a
participar), aunque el 19% responde que es factible pero que no tendría
efectividad. El 16% responde que no es
factible.
La encuesta también hacía dos preguntas sobre
localización geográfica (América Latina, España y Otros) y generación a la cual pertenece (post guerra, generación
X, generación Y), con el objeto de analizar si estas variables influyen en las
respuestas. El 61% de los encuestados
laboran en América Latina y el 60% pertenece a la generación X (1962-1981).
Los resultados no muestran diferencias
significativas por localización geográfica.
En cuanto a las generaciones, los de la generación X (41 respuestas) se
pronuncian como más partidarias de los premios por su potencial de aumentar el
interés de la sociedad en la RSE (las otras dos generaciones representan una
muestra muy pequeña,19 y 9 respuestas respectivamente, como para sacar
conclusiones). También son más
partidarios de los mecanismos de control social.
Los resultados de
la encuesta indican una gran división en cuanto a la utilidad de los premios
para promover la responsabilidad. Pero
sí hay un relativo consenso en que la forma de otorgarlos debe ser más confiable,
desestimando los premios que se otorgan con votación por el público,
prefiriendo la participación de expertos en el proceso de selección, el rechazo
a usar solo información proporcionada por la empresa ya la utilización de
información en el dominio público y posiblemente constatada de forma
independiente. También respaldan posibles mecanismos de control social sobre
las instituciones que otorgan los premios y sobre los mismos premios.
CONCLUSION
GENERAL: HAY QUE HACER LOS PREMIOS MAS CONFIABLES
Para una opinión personal sobre cómo deben
otorgarse los premios pueden ver mi artículo Como
NO otorgar premios de responsabilidad empresarial
Pueden ver la encuesta original
en https://es.surveymonkey.com/s/T72L9N9
GRACIAS A TODOS POR SU PARTICIPACION
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