En el artículo anterior comentábamos sobre
las características de la propuesta para el informe integrado y concluíamos que
representa un gran avance con respecto al actual informe anual que las empresas
preparan para sus proveedores de financiamiento, pero que no satisfacía las
necesidades del resto de los stakeholders. Es
este artículo analizamos lo que podría haber sido y lo que debería ser.
El lector recordará que en el artículo ¿Qué integran los informes integrados?
destacábamos que la propuesta del informe integrado del International Integrated Reporting Council, IIRC, NO era la integración de
informes financieros e informes de sostenibilidad como muchos podrían creer,
sino la consideración integral de la
información financiera y no financiera, en el contexto en que opera la
empresa y su impacto sobre diferentes capitales, y que en este sentido, no obviaba
la necesidad del tradicional informe de sostenibilidad. Información no financiera no se debe tomar como
sinónimo de información social y medioambiental (el pionero en informes
integrados, África del Sur, en su propuesta
sí requiere la integración de información financiera y de sostenibilidad).
Pero ello no obsta para que las empresas incluyan
información sobre los aspectos sociales
y medioambientales normalmente incluidos en el informe de sostenibilidad en
muchas de las secciones del informe integrado, en particular en los análisis de
los riesgos y oportunidades del negocio, del modelo de negocio y la discusión
del impacto sobre los seis capitales (financiero, manufacturero, intelectual -que
incluye marca y reputación-, humano, social y relacional -con los stakeholders externos- y el capital
natural). La propuesta podría haber sido más incluyente.
Es de esperar que las empresas responsables
no se limiten a considerar los riesgos y oportunidades de la operación
tradicional. No obstante, como se he
discutido ampliamente, la RSE no es solo
gestión de riesgos y/o el aprovechamiento de oportunidades. Esto sería considerar la sostenibilidad como una
estrategia puramente comercial, que si bien es necesaria para el acceso
continuado de la empresa a los proveedores de financiamiento (recordemos que
estos son los stakeholders del
informe integrado), se queda corta como concepción integral de
sostenibilidad. Sería ver la sostenibilidad
exclusivamente en términos del business
case. Este enfoque podría llevar a
la empresa a subvalorar aspectos de la ética, corrupción, desarrollo
comunitario y local, filantropía pura y estratégica y otras actividades con
impactos indirectos sobre los seis capitales..
Comentábamos en el artículo anterior como ya algunas
empresas han ido más allá de la propuesta y han incluido extensiva información
sobre aspectos de sostenibilidad, aunque puede complicar la presentación. Recordemos el caso de AzkoNobel cuyo informe
se extiende por 211 páginas. Pero esto
puede ser inevitable si se quieren satisfacer las necesidades de información de
la totalidad de los stakeholders. Obviamente que habrá que ir a modelos de reporte en base electrónica
donde los usuarios puedan extraer y preparar, electrónicamente, informes
parciales a medida que respondan a sus necesidades específicas de información.
El informe
integrado con su énfasis en una concepción integral y en pensar en cuál es el
modelo de negocios también debería conducir a una
integración de las estrategias comerciales con las medioambientales y sociales. El ideal sería que la estrategia y acciones
ya estuvieran integradas antes de reportar, pero es de esperar que la
preparación del informe lo facilite y que después de varias iteraciones en la
preparación del informe la empresa tenga una estrategia unificada y no se
considera a la sostenibilidad como algo separado y esté incorporada en todo el
informe y todas las actividades. Sería
un gran paso adelante.
Como comentábamos en el artículo Informes de sostenibilidad:
¿Sirven para algo? el proceso de preparación del informe de
sostenibilidad rinde una gran cantidad de beneficios para la coordinación
interna y para el desarrollo de estrategias de sostenibilidad. La concepción
de integralidad del informe integrado potencia aún más estos beneficios del
reporte y los extiende a la integración y coordinación de las estrategias de comerciales y de
sostenibilidad.
Pero la propuesta pierde una oportunidad de moverse hacia la valoración del cambio en el
valor de los seis capitales y se queda en la valoración del capital financiero,
si bien en un contexto más amplio que el tradicional. En particular la propuesta dice que:
….no requiere, y no sería práctico esperarlo, que las organizaciones
intentaran cuantificar todos los usos y efectos sobre los capitales. Muchos de los usos y efectos es mejor (y en
algunos casos solo es posible) reportarlos en forma de narrativa en vez de a
través de indicadores cuantitativos.
De acuerdo, pero sencillamente dar la excusa
para no hacerlo es no apreciar el inmenso impacto que la propuesta tendrá en el
mundo de los reportes. Hubiera sido preferible proponer que se
hicieran todos los esfuerzos posibles para la cuantificación y cuando no se
pudiera, recurrir a la narrativa.
Debieron haber mostrado la dirección hacia la que cual deben tender
estos informes y no solo la realidad actual. Claro está que esto habría complicado
significativamente la propuesta y haberla hecho perder efectividad, pero no
debía ignorarse. Recordemos que la
propuesta ignora completamente la inclusión de indicadores de sostenibilidad y en
particular el esquema GRI de reportes de sostenibilidad.
…la Propuesta está basada en principios y se enfoca en reglas de
medición o presentación de asuntos específicos o la identificación de
indicadores claves. La alta gerencia y
aquellos responsables de la gobernanza necesitan ejercer colectivamente su
juicio y determinar cuales sin los aspectos materiales.
Y esta oportunidad perdida se pone aún más de
relieve con la publicación simultánea del informe Natural Capital at Risk: Top 100
externalities of business, donde se analizan muchos casos de valoración del impacto sobre el
capital natural de la operación de empresas e industrias. Uno de los ejemplos dramáticos de la falta de
valoración del impacto sobre el capital natural (externalidades, en términos de
economía) lo constituye la industria del ganado en América del Sur. El estudio estima que por cada $1 de ingresos
en la producción de ganado, se generan costos ambientales no cubiertos
(externalidades) de $18.70, relacionados con el uso de la tierra, del agua y de
las emisiones de gases de efecto invernadero.
El Planeta Tierra y las futuras generaciones les dan un subsidio de $18.7
por dólar de ingreso. ¿Es sostenible? ¿Dónde
se contabiliza? Claro está que si se
hiciera para todas las externalidades muchas empresas e industrias dejarían de
ser factibles. Peor ello no obsta para
que se ignore.
Para el caso de una empresa es oportuno
recordar el caso de PUMA, empresa de artículos deportivos, que hizo una
valoración parcial del impacto de sus actividades sobre el capital natural y publicó su Estado de Ganancias y Pérdidas
Ambientales 2010
donde analiza el costo ambiental de sus actividades, incluyendo su cadena de
valor. Valora el costo de emisiones, uso
de la tierra y el agua, contaminación y desechos. Es un ejercicio muy laudable y el informe es
altamente recomendado para entender la problemática que hemos descrito. El costo
total de su impacto se estimó en 145 millones de Euros. También surge la pregunta: ¿Quien lo pagó?
En otro ejemplo de impacto, esta vez sobre el
capital intelectual, es el de INFOSYS en India que evalúa y reporta el aumento
del valor del capital humano como consecuencia de la mayor capacidad de
generación de ingresos de sus empleados como resultado de su entrenamiento y la
experiencia que adquieren en la empresa (la empresa concebida como “Instituto
de Desarrollo Humano”). Natura, empresa brasileña
ampliamente conocida, de venta a domicilio de cosméticos, mayormente por
mujeres, estima el aumento de valor del empoderamiento de las mujeres al
trabajar para la empresa.
Y son ampliamente conocidas las estimaciones
que se hacen sobre el valor de los activos intangibles, en particular de la
reputación.
Pero es también ampliamente conocida la
posición de la industria de contabilidad y de los reguladores de la actividad
comercial y de los mercados financieros.
Solo se contabilizan los activos y pasivos que han sido adquiridos y se
hacen a su costo de adquisición o a su valor de mercado. Para muchos activos y pasivos no hay valor de
adquisición ni valor de mercado, por lo que su valor debe ignorarse o
presentarse las estimaciones por separado, pero nunca integradas a los estados
financieros (ver mi artículo en dos partes Contabilidad y Sostenibilidad: ¿Amigos o enemigos?). Y parece que así seguirá siendo por un largo
tiempo.
Es cierto que la valoración del impacto sobre
algunos capitales puede ser muy difícil y costoso hacerlo con la tecnología
actual, pero esa debe ser la dirección. Estos
ejemplos demuestran que no es imposible.
A lo mejor se logra en 50 años, pero hay que marcar el camino[i]. Con esta laudable propuesta del IIRC se corre
el riesgo de ralentizar los esfuerzos
por cuantificar los impactos sobre los capitales sociales y ambientales.
Después de esta propuesta, que tomará varios
lustros en implementarse plenamente, será muy difícil proponer, mientras tanto,
propuestas más ambiciosas. Las empresas
no tienen capacidad ilimitada de absorber propuestas de reporte de información El IIRC ha perdido una oportunidad de oro
de liderar el proceso y moverse hacia la valoración de capitales para producir informes
realmente integrados. Aunque el fin
sea utópico, la dirección debe ser esa, pero prevaleció el pragmatismo. Esperemos que no se abandonen por completo
los esfuerzos de valorar los cambios en los valores de los capitales sociales y
ambientales. La propuesta debería ser más amplia.
Imaginemos el día
en que, mirando el informe integrado, se pueda responder a la pregunta ¿Cuál ha
sido el valor de la contribución de la empresa a la sociedad durante este
período contable? y no tengamos que hacer malabarismos.
La propuesta de informe integrado, con su
gran complejidad y relativa
sofisticación se ha preparado para las grandes empresas con amplios recursos
financieros y de gestión. ¿Es esta discusión relevante para las
empresas de menor tamaño y países en vías de desarrollo?
P.D. ¡!Vergüenza: El IIRC continúa sin tener un miembro de
habla hispana entre sus 50 consejeros[ii]!!
[i] En el capítulo III.8 Etapas en los informes de sostenibilidad:
Hacia el informe integrado proponíamos el estado ideal de la información
integrada donde se valoran los costos y beneficios ambientales y sociales y se
preparaba un Estado Único, cuantitativo, con el valor de todos los capitales. Por ahora hay esfuerzos por producir un Cuadro Integrado de Indicadores (Asociación Española de
Contabilidad y Administración de Empresas) donde se reunirían todo tipo de
indicadores, incluyendo sociales y medioambientales, a través de la metodología
XBRL, aunque no serían valorados en moneda como para ser integrados con los
valores financieros.
[ii] Tiene cuatro brasileños.
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