Parece ser un momento oportuno para analizar
la situación de la Inversión Socialmente Responsable, ISR, en España. Se acaban de publicar dos importantes estudios,
el European
SRI Study, sobre la situación en Europa y el segundo Informe
Spainsif 2012 sobre la ISR en España.
El segundo permite analizar la situación es España pero, de manera mas
relevante, el primero permite situar a España en el contexto Europeo y apreciar
la posición y progreso relativos[i]. Analizaremos solo algunos aspectos
destacables (no hay espacio para un análisis mas exhaustivo).
A manera de introducción y para aquellos
lectores que no son expertos en el tema pasaremos una breve revista a conceptos
básicos de ISR, para facilitar la comprensión de estos reportes. En su forma más fundamental la ISR se refiere
a la inversión en valores negociables, cotizados en alguna bolsa de valores que
incluyen, en su análisis para la incorporación en la cartera, criterios sobre
la responsabilidad social de las empresas que los emiten. También se aplica a las inversiones en proyectos y valores que no
cotizan (private eqity, project finance),
pero para simplificar nos referiremos a la ISR en valores cotizados.
Los criterios
utilizados para seleccionar las inversiones van desde lo mas trivial a lo mas
completo, desde simples exclusiones de inversiones con algún criterio (negative screening) a análisis a fondo
de la responsabilidad social de la empresa (positive
screening). Entre los primeros los más comunes son las
exclusiones de sectores industriales como la producción de armamentos,
apuestas, pornografía, tabaco y alcohol. Pueden ir mas allá y excluir, por ejemplo,
empresas que producen carbón e hidrocarburos, o empresas que operan en algún
país determinado (casos paradigmáticos fueron los de África del Sur en época de
apartheid y mas recientemente Burma o Myanmar), También se usan criterios de
exclusión a nivel de empresas, por ejemplo excluir empresas que usan trabajo
infantil.
Los criterios positivos incluyen una gran
variedad y cubren amplios espectros. Pueden incluir criterios como tener bajas
emisiones de gases de efecto invernadero, buena gobernanza corporativa,
respetar los principios de una religión, tener participación de los empleados
en la toma de decisiones, reconocimiento en el respeto a los derechos humanos,
o una combinación de estos y otros. Son
comunes también criterios más integrales como la membresía en índices de generales
o específicos de sostenibilidad o en cumplir los criterios de alguna agencia
especializada en análisis de sostenibilidad para la ISR.
Debe quedarle claro al lector que el uso de
criterios de exclusión si bien es algo, no contribuyen a cambiar el
comportamiento de las empresas, que debería ser el fin de la ISR. Estas empresas no van a cambiar de sector de negocio para captar recursos de ISR. El uso de estos criterios simplistas esta muy
cerca del lavado de cara por parte de los inversionistas, que les permite decir
que tienen parte de la cartera en ISR.
Son los criterios positivos los que le envían
mensajes a las empresas de que serán preferidas si tienen comportamientos
responsables, que a lo mejor tendrán mejor acceso a los mercados financieros,
que a lo mejor sus valores tendrán mayor liquidez, que a lo mejor disminuirá su
costo de capital, que a lo mejor aumentará el precio de sus acciones en
bolsa. Esto puede contribuir a cambiar
el comportamiento de las empresas. Insisto
en usar las palabras “a lo mejor” porque nada de esto está garantizado ni se ha
demostrado concluyentemente (ver mi artículo publicado en el Journal of
Sustainable Finance and Investment, Sustainability
indices in emerging markets: impact on responsible practices and financial
market development).
Pero pasemos al análisis de los estudios
mencionados de Eurosif y de Spainsif. El
primero cita como “notable resultado” que
la mitad de las inversiones responsables en Europa excluyen el financiamiento de
armas cubiertas en la Convención sobre Municiones de Racimo y Minas Personales. Yo
creo que lo notable es que la otra mitad no use esta exclusión. Pensar que a la mitad de las inversiones en
Europa no les importa que su dinero se utilice para fabricar estas armas (no
sabemos si se utiliza o no, lo que sabemos es que no les importa si se hace). Este
es un ejemplo claro de lo vacuo que pueden ser los criterios de exclusión pero
que aun así le permiten a algunos gestores de fondos decir que usan criterios
de ISR y ser calificados como tales.
Veamos el caso de España dentro del contexto
europeo ilustrado en la tabla siguiente.
En España predomina el uso de criterios de selección negativa. En efecto, el 98,5% de los activos bajo
administración usa esos criterios, en comparación con solo el 8,6% en Francia y
el 22,1% en el Reino Unido y el 41,8 en los 14 países europeos cubiertos por el
estudio de Eurosif. El potencial nivel
de impacto sobre las prácticas responsables
de las empresas se puede apreciar en las otras dos columnas de la
tabla. El porcentaje de activos con
integración explicita de factores ASG (ambiente, social, gobernanza) en el
análisis es de solo el 12,8% en España en contraste con el 95.8% en Francia, el
56,5% en el Reino Unido y 47,4% en Europa.
El mismo caso se observa en el porcentaje de activos con participación en
gobernanza (en juntas de accionistas, por ejemplo). España participa en el 19,4% de los activos
en contraste con el Reino Unido con 80,1%.
Porcentaje activos con exclusión (*)
|
Porcentaje activos con integración (*)
|
Porcentaje de activos con participación
en gobernanza (*)
|
Activos por miles de Euros de PIB
|
|
España
|
98,5
|
12,8
|
19,4
|
38,24
|
Francia
|
8,6
|
95,8
|
ND
|
678,67
|
Reino Unido
|
22,1
|
56,5
|
80,1
|
510,83
|
Europa, 14 países
|
41,8
|
47,4
|
28,8
|
ND
|
(*) Los números de Eurosif incluyen la utilización
de varias tipologías de criterios simultáneamente, pero sus totales de activos
bajo todos los tipos de criterios eliminan el doble conteo
La intensidad de la ISR se puede apreciar en
la última columna de la tabla donde calculamos el ratio de activos bajo ISR
sobre el PIB (en miles de euros de PIB).
Francia tiene 18 veces la intensidad de España y el Reino Unido casi 14
veces.
En el informe de Spainsif sobre España se
destaca un crecimiento del 71% del 2011 sobre el 2009 en los activos bajo administración
o sea, activos que pueden decir que están gestionados con criterios ISR. Si bien es laudable, la casi totalidad de las
inversiones socialmente responsables son con criterios de exclusión, lo mas
sencillo, lo de menos impacto.
Adicionalmente, el informe de España dice que
“Es innegable el peso que los PRI han
tenido en el desarrollo de la ISR en España. El número de firmantes ha
aumentado desde los 13 que había en 2009 a los 23 actuales, suponiendo un
incremento del 76 % en apenas dos años. De los 23 firmantes españoles, hay 9
propietarios de activos y 11 gestoras de activos que representan en torno al 90
% del volumen total gestionado con criterios ISR en España.”. A manera de comparación los
correspondientes números del Reino Unido son 139 firmantes, 28 inversionistas y 84 gestoras, y los de Brasil 61, 18, 29 respectivamente, casi el triple de firmantes
que en España.
También aquí hay que preguntarse si esto es
efectivo o es simbólico. Recordemos que
los firmantes de los Principios de Inversión Responsable, PRI, patrocinados por
el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, solo se
comprometen a considerar utilizar criterios de ASG en sus decisiones de
inversión. No se comprometen a UTILIZARLOS, solo a considerarlos (Ver mi
articulo ¿Otro
Pacto Mundial para inversiones?: Buena y mala noticia sobre lo que esto
significa. Y aun si los usan, pero usan
los criterios de exclusión sectorial, como es el caso de España, la sociedad gana
muy poco. Como dice otro estudio
sobre ISR de AXA Investment Managers, Piloting ESG Integration,
publicado simultáneamente al de Spainsif: “It
isn’t enough that managers are signatories to the PRI. Managers have to demonstrate to us, and our
stakeholders, that they apply ESG principles in their day-to-day management of
our money.”
Quizás el
crecimiento agregado en activos bajo administración y el numero de firmantes
del PRI no sea una medida apropiada de progreso, sólo lo es para el
nivel de negocios de los gestores. El progreso está en el impacto de la ISR.
En su comunicado al presentar el reporte Spainsif
reconoce que “A pesar de este crecimiento tan superior al del
mercado, la Presidente de Spainsif y Jefa de Inversión Social e Innovación de
CECA, García-Pintos, ha pedido no conformarse y ha subrayado la necesidad de
profundizar en esta tendencia multiplicando los actores, el afianzamiento de la
inversión responsable en el mercado minorista –los inversores institucionales
representan el 97 % en nuestro país, tres puntos más que la media europea– y la
sofisticación de las estrategias de
inversión (énfasis
añadido)”. ¡!Bien!!
Obviamente que el tamaño del mercado
financiero español no ayuda mucho a usar criterios positivos ya que a medida
que se hacen mas estrictos irán quedando pocas empresas en las que invertir. Y mas aun, las carteras con criterios ISR
necesitan diversificación, necesitan un universo grande de potenciales valores
en los que invertir.
Y como dice la Presidente de Spainsif, para
el desarrollo de este mercado es también importante el mercado minorista, pero
este requiere de carteras ya preparadas (fondos de inversión con criterios ISR,
¡ojalá que sean con los de verdad!). El
mercado minorista no tiene la capacidad de hacer la diligencia debida.
Y en España, como en otros países de mercado
financiero relativamente reducido, hay un problema de gallina o huevo. No hay demanda porque los gestores no promueven
estos fondos y no los promueven porque no hay demanda (Ver un análisis
detallado del caso de Brasil en mi artículo citado arriba. Para los lectores de América Latina, pueden
ver mi capítulo 7 ¿Es
posible la ISR en América Latina? en el libro La empresa en tiempos de cambio:
La RSC y los negocios inclusivos, Fundación Carolina y Siglo XXI editores, Madrid, 2011).
¿Podemos decir que en España
esta avanzada la ISR? La
autocomplacencia no incita al progreso. Reconozcamos que la situación de la RSE,
aunque ha avanzado (existe Spainsif, tenemos el índice de sostenibilidad
FTSE4Good España, se habla y se escribe sobre el tema, algo se invierte) se puede catalogar como simbólica y tímida, a
pesar del crecimiento. El criterio mayormente usado en España es la exclusión de sectores
industriales. ¿Qué contribución hacen a
la responsabilidad social de las empresas? ¿Cuál es el valor agregado de la
intermediación?
Falta mucho camino por
recorrer, pero se ha comenzado a andar.
PROPUESTA A LA INDUSTRIA DE
LA ISR: Que la porción de ISR que se gestiona
con criterios de exclusión por sector industrial (armas, apuestas, tabaco,
alcohol, pornografía) no se incluya en las estadísticas de ISR. Nos obligaría a profundizar en la
responsabilidad empresarial, donde se puede tener impacto.
[i] También se publicó recientemente
un estudio patrocinado por CCOO: “La Inversión
Socialmente Responsable: análisis de
la situación actual, debate y propuestas. Las agencias de investigación
sobre criterios sociales, medioambientales y de buen gobierno. Una perspectiva sindical”.
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