El 24 de octubre 2014 se aprobó en Consejo de
Ministros la Estrategia Nacional de RSE de
España.
Inmediatamente representantes de los sindicatos españoles la denunciaron por no
ser fiel a los acuerdos del Consejo Estatal de Responsabilidad Social de las
Empresas, CERSE, un órgano adscrito al Ministerio de Empleo y Seguridad Social,
que tiene carácter “asesor y consultivo”
(ver un artículo escrito por Diario Responsable el 27 de octubre: CCOO denuncia que la estrategia
española de RSE no cumple las modificaciones pactadas en el CERSE).
CCOO, uno de los mas grandes sindicatos
españoles, había supuestamente logrado en la última reunión del CERSE, previa a
la aprobación de la estrategia, introducir cambios (La estrategia española de RSE
cambió en el último minuto, 11 de agosto 2014) con “…. la necesidad de reconocer a los
representantes de los trabajadores como grupo de interés…” y “….que se deben incluir en las memorias de RSE
la opinión y valoración de los representantes de los trabajadores….”.
O sea, ser oficialmente reconocidos dentro de la estrategia como un
grupo de interés y la obligación de que sus opiniones sean incluidas en los
informes de sostenibilidad.
En este artículo no analizaremos el contenido de la estrategia, lo cual ha sido hecho en detalle en otros medios. Solo comentaremos la posición de los sindicatos en cuanto a la versión final de la estrategia.
En este artículo no analizaremos el contenido de la estrategia, lo cual ha sido hecho en detalle en otros medios. Solo comentaremos la posición de los sindicatos en cuanto a la versión final de la estrategia.
En el artículo citado, CCOO dice que no se
han respetado los acuerdos de la última reunión. Ello es una protesta legítima ya que
supuestamente se acuerda un texto y después de la reunión, cuando los miembros del consejo asesor y consultivo
han votado favorablemente, el texto se cambia (¿se puede esperar acuerdo en un
consejo asesor de 49 miembros o se hace el juego colectivo?). Parece ser un comportamiento poco ético y
definitivamente poco elegante. Pero es
un comportamiento perfectamente legal. El responsable de la estrategia es el
gobierno y el gobierno puede decidir lo que quiera. ¡Ahora nos toca a nosotros exigir
cumplimiento! ¿Lo haremos?
De hecho, los representante del gobierno debieron decir que el texto
acordado en el CERSE estaba sujeto a los cambios que se acordarían dentro del
gobierno, lo que sería normal. Hay que
enfatizar que el CERSE en un órgano adscrito al gobierno, con carácter asesor y
consultivo. Hay una gran diferencia entre asesores y ejecutivos. Los primeros no asumen responsabilidades, en
tanto que sí lo hacen los segundos, de allí que tengan la palabra final.
Pero lo que sí es discutible es que los sindicatos
quieran ser reconocidos oficialmente como grupo de interés dentro de la
estrategia, cuando no se otorga ese carácter a ningún otro grupo de interés. Y
lo que es más discutible y es lo que queremos comentar en detalle es que sean
designados como representantes de los trabajadores.
¿Son los
sindicatos los representantes de los empleados de las empresas?
Aquí hay varas falacias, una es auto-designarse
representantes y la otra confundir
trabajadores, en el sentido genérico, con empleados de las empresas. Sobre la primera, ¿quién ha elegido a los
sindicatos como representantes de los trabajadores? Los sindicatos tienen algunos trabajadores
que han decidido hacerse miembros.
En España sólo el 15%
de los trabajadores son miembros de un sindicato. ¿Representan los sindicatos también
al otro 85% de los trabajadores? No hay un proceso democrático por el cual todos
los trabajadores, por mayoría, los han elegido como nuestros representantes,
como sí es el caso, para bien o para mal, de nuestros gobernantes. A los que sí representan son a sus miembros y a estos sólo en lo que se refiere a
un conjunto de actuaciones prescritas en las leyes y regulaciones
nacionales. Ni siquiera representan a
sus miembros en todos los ámbitos.[i]
Sobre la segunda falacia, si bien es cierto
que los principales stakeholders son
los EMPLEADOS de la empresa, eso no es lo mismo que trabajadores en el sentido
genérico. Los empleados pueden, o deberían poder, opinar dentro de la empresa, de
hecho son los empleados, desde el Consejero Delegado hasta el último peón, los
que implementan la responsabilidad de la empresa ante la sociedad. Pero cada grupo dentro de su misma
empresa. No hay un colectivo que
represente a todos los empleados de todas las empresas. No hay homogeneidad, cada empresa es
diferente y su responsabilidad ante la sociedad es diferente. Los
empleados son el grupo de interés con más capacidad de influenciar la
responsabilidad de la empresa, actuando desde dentro. Pero no son los “trabajadores”
¿Deben los
sindicatos tener privilegios?
En el caso de la Estrategia de RSE los
sindicatos también pedían “…..que se
deben incluir en las memorias de RSE la opinión y valoración de los
representantes de los trabajadores”. Sí,
los informes de sostenibilidad de una empresa deben incluir la opinión y valoración de sus empleados,
pero, en función de la representatividad comentada arriba, ¿deben incluir la de
los sindicatos? Se les fue la mano.
El informe de sostenibilidad de una empresa
debe ser el reflejo de las actuaciones de la empresa, resultado de la
implementación de su estrategia, que debería, como buena práctica empresarial, considerar la opinión de todos los
grupos de interés que sean relevantes y en función de su impacto. No parece haber razón alguna para privilegiar
a los sindicatos, salvo en los casos en que sean un stakeholder crítico para la estrategia de sostenibilidad de la
empresa. Que no lo será siempre. Para muchas empresas no lo son.
Sí, la opinión de
los sindicatos se debe escuchar y su acción se debe sentir, como la todos los miembros
legítimos de la sociedad civil. Han sido electos
representantes de algún grupo como cualquier otra institución de la sociedad
civil. Pero, ¿deben tener tratamiento especial frente a otros grupos?, ¿deben
tener privilegios?
Sobre esto de los privilegios es interesante contrastar la participación
sindical en España con la de otros consejos asesores de RSE. El Consejo de Responsabilidad Social para el
Desarrollo Sostenible en Chile fue creado en julio del 2013 con 20
miembros. El Consejo Consultivo Nacional
de Responsabilidad Social de Costa Rica fue creado en julio del 2008, con 18
miembros (el de España tiene 49 miembros).
Un contraste significativo entre estos Consejos es que el de España tiene doce representantes sindicales
(24%), el de Chile tiene uno (5%) y el de Costa Rica ninguno (0%). El primero lo preside el Ministro de Trabajo,
el segundo el Ministro de Economía y el tercero un representarte del sector
privado.
El lector puede intentar deducir cual será de la efectividad de estos
consejos asesores.
[i] Los sindicatos no están tan
exentos de culpas como pretenden hacernos creer (ver mi artículo Responsabilidad Social de los
Sindicatos: ¿La viga en el ojo?). Y algunos de sus dirigentes
ponen sus intereses por encima de los de la sociedad (que incluye sus miembros)
como se ha observado en los casos de los fraudes en los programas de
restructuración empresarial y de entrenamiento en varias regiones de España y en el caso del uso indiscriminado de las
tarjetas de crédito, defraudando a los ahorradores de Bankia/Caja Madrid. Parecen no estar exentos de la corrupción generalizada en España. No son la excepción.
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