Durante la semana del 15 de septiembre lleve
a cabo una encuesta con el objeto de recabar opiniones sobre la modalidad de
publicar un libro que estoy escribiendo sobre RSE. Fue respondido por 45
personas (¡!GRACIAS A TODOS!!). Si bien
me hubiera gustado tener más respuestas, es suficiente para mis
propósitos. No se trababa de hacer una
muestra grande para sacar inferencias estadísticas, se trataba solo de obtener
opiniones de interesados en RSE.
Había pedido que me dieran un par de minutos
de su tiempo y en efecto, tardaron entre uno y cuatro minutos en responderla,
con algunos en tiempo muy eficiente de 50 segundos.
Respuestas
En cuanto a uso de medios para el
mejoramiento profesional, solo el 35% indicó los libros, en tanto que el 48% indicó
la búsqueda en internet (números parecidos para cursos académicos y conferencias
y seminarios). Relativamente sorprendente
fue el uso de blogs para ese propósito (el mío persigue ese mejoramiento
profesional) que fue votado por el 41%. El medio menos votado fue el de las revistas
académicas (que no hay muchas y a veces más interesadas en la teoría que en la
práctica).
Sólo el 38% mencionó que compra libros en librerías,
el mayor número (57%) indicó que se los baja de internet gratis y el 34% que los compra por internet. Solo dos reconocieron que sacan fotocopias.
Las bibliotecas (¿qué son bibliotecas?) no parecen ser una fuente para
estudiar RSE.
19 de las 45 personas reconocen que no han
comprado un libro en los últimos tres años, en tanto que 13 dicen que han
comprado más de dos, 5 que han comprado dos y 8 que han comprado uno. Más de
la mitad ha comprado algún libro de RSE.
No hay que perder la esperanza.
Un poco menos de la mitad (21 de 45) han
pagado por bajarse libros electrónicos de internet. Casi todos los compraron en Amazon (supongo
que en versión Kindle), uno en ibooks y otro en Casa del Libro. No estoy seguro que todos hayan entendido que
la pregunta se refería solo a libros de RSE.
En cuanto a la compra de libros impresos, 8
de 45 admiten no comprar libros impresos. Casi la mitad dice haberlos comprado
en España (20 de 45) y los demás los compraron en los países con mayor tradición
de librerías (Argentina, 8, Colombia 7 y México 5). El resto lo compraron en
otros países.
En lo que refiere a la demanda sobre un libro
escrito con la idiosincrasia de empresa de relativamente menor tamaño, 29 dicen
que hay demanda, pero de ellos 9 dicen que no lo comprarán. El resto, 8, dicen que no hay demanda (8 respondieron
que no sabían). O sea, de los que
responden, solo el 54% cree que tal libro podría ser vendido.
Análisis
Los resultados, en
gran medida, reflejan la importancia decreciente de los libros impresos y la
creciente relevancia de los medios electrónicos. Sin
embargo, algunas editoriales todavía insisten en producirlos de forma impresa y
cada vez más acompañarlos de versión digital, sobre todo en los países de mayor
desarrollo relativo.
En relación a la competencia de libros versus
material disponible en internet, creo son dos productos diferentes,
posiblemente complementarios. Si bien es
cierto que en un libro se encuentra conocimiento integrado, posiblemente internamente
coherente y completo, hay que contraponerlo con la gran variedad de material que
se encuentra en internet, constantemente actualizado, a pesar de que esté
disperso y puedan tener grandes diferencias de opinión o de enfoque entre ellos.
Mi opinión
personal es que internet es mucho más efectivo para los expertos, que saben lo
que quieren y pueden discernir y analizar los contenidos, en tanto que los
libros son más adecuados para los interesados, no expertos, que quieren
aprender más.
:
Creo que un libro sobre RSE para empresas no
sofisticadas, con pocos recursos financieros y gerenciales, tiene razón de ser
aunque el mercado de libros pueda ser limitado. Lo estoy escribiendo y, si Dios
quiere, lo terminaré. Y si no se vende, habré
sacado tanto dinero de él como en mis cinco libros anteriores: cero. En última instancia me habré entretenido y
habré aprendido, que es lo que importa. Si se deja de aprender, se deja de vivir.
Y aunque no lo pueda actualizar constantemente
para competir con el material disponible en internet, lo escribiré apelando a
conceptos, ideas y técnicas universales, que sean robustas, que aguanten el
paso del tiempo. Y obviamente que deberá tener versión digital. Mi libro más reciente Mirada
Crítica a la Responsabilidad Social en
Iberoamérica, Volumen II no tuvo versión impresa (bájatelo, es gratis!).
¡Pendientes en el
2016! (Sí, 30 capítulos no se escriben
en pocos meses), si es que todavía existen libros en esa época.
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