El CEO de Mozilla, productores del navegador Firefox,
fue obligado a renunciar a las dos semanas de tomar posesión del cargo, por haber donado, hace seis años, $1.000 a una campaña contra la legalización del matrimonio homosexual en
California. Dato: en la propuesta de modificación de la Constitución estadual votaron 13,4 millones de personas, de los cuales 7 millones votaron contra la legalización y 6,4 millones a favor.
Las organizaciones de la sociedad civil que
promueven igualdad de derechos para homosexuales, bisexuales y transexuales hizo
una feroz campaña de activismo en su contra, con amenazas que podrían tener
serias consecuencias sobre el uso del Firefox y en consecuencia para sus negocios.
Por una parte, esto demuestra el poder de la
sociedad civil organizada para, supuestamente, hacer a las empresas y sus
ejecutivos más responsables. ¿O
deberíamos decir que conformen con los puntos de vista de las organizaciones
que tienen poder?
El caso debe ser analizado
con cautela por quienes tienen interés en promover la responsabilidad social de
las empresas a través del activismo de la sociedad civil. No es un caso obvio.
Por una parte parece que en la sociedad de
EEUU, tal y como están las cosas, un ejecutivo no puede ejercer su derecho de
opinión, si esta opinión está en contra de un grupo poderoso que puede afectar
su empleo.
¿No puede el ejecutivo
ejercer el mismo derecho de opinión, establecido en la ley, que se atribuye ese
colectivo? ¿Es esto un activismo responsable?
Discriminar con una persona por sus tendencias
sexuales o por sus creencias religiosas, género, origen, etc. es ilegal e
irresponsable. ¿Pero sí se puede
discriminar contra una persona por su opinión?
Seguro que algunos dirán que esas creencias van en contra de los
derechos de un segmento de la población y son intolerables y deben ser
castigadas.
Pero, ¿discriminó el CEO en su empresa a los
homosexuales, bisexuales o transexuales?
¿Tuvo un comportamiento ilegal, no ético o inmoral? Había expresado su convicción
de trabajar con todos y para todos los empleados.
Según una activista del grupo afectado “El ejecutivo expresó su opinión. Los empleados y otros expresaron su ira. Y el Consejo decidió que era malo para el
negocio…………¿Si él puede usar su dinero para oprimir y dañar a parejas homosexuales y sus hijos, porque no
podemos nosotros usar el nuestro para no favorecer a la empresa. …… Esto es el
mercado en forma pura?”
Pues así de sencillo. Sus derechos no importan. El negocio primero. ¿Es esto lo que queremos en una empresa y una
sociedad responsable? ¿El mercado en su
forma pura?
Algún lector recordará un caso semejante hace
un par de años sobre el dueño de una cadena de restaurantes que también expreso
su oposición al matrimonio homosexual y que objeto de demandas de boicot por
parte de algunos políticos y algunas ONGs. (Ver mi artículo Sándwiches
de pollo y matrimonios homosexuales: ¿Los valores de quién?). En
este caso el que expresó la opinión era el dueño de la empresa y estaba
consciente de que cualquier boicot sobre sus negocios lo sufriría en el
bolsillo y estuvo dispuesto a tomar el riesgo personal y comercial con tal de
mantener su convicción. Es una empresa modelo en RSE y que no
discrimina en contra de ningún grupo. La
empresa y el ejecutivo son uno. No
echaron al directivo.
En el caso de Mozilla es un ejecutivo el que
expresa su opinión y es su empleador el que antepone el negocio al bienestar de
su máximo dirigente y lo fuerza a irse.
Activismo SI, pero
responsable,
con la misma tolerancia que piden
para sí, con los mismos deberes y derechos.
Pueden leer la extensa discusión que el tema
ha generado en el New York Times, The
Weight of Executives’ Personal Beliefs
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