En rankings de sostenibilidad Coca Cola es
clasificada la posición 14 en el ranking de CR Best Corporate Citizen de las
mejores 100 empresas en EEUU, pero no está en el Dow Jones Sustainability
Index. PepsiCo está calificada como 22
pero si está incluida. Una empresa sale
un índice pero se mantiene en otro. BP
antes de la catástrofe del Golfo de México estaba en varios índices de
sostenibilidad. ¿Tiene todo esto
sentido?
El 18 de diciembre se lanzaron los principios
para la elaboración de calificaciones de sostenibilidad por parte de la Iniciativa Global para las Calificaciones de Sostenibilidad (Global
Initiative for Sustainability Ratings,
GISR),
iniciativa poco conocida en los países de habla hispana.
¿Qué son estos
Principios y como pueden mejorar la situación?
En este artículo usaré el nombre de
sostenibilidad porque es el nombre más común en la industria de los ratings,
aunque es sinónimo de RSE. También me
referiré a los ratings como expresión numérica de la sostenibilidad, que si se
decide colocarlos en algún orden con el deseo de clasificar las empresas, constituye el ranking. Los rankings son más comunes para efectos de
divulgación comparativa, sobre todo en medios de comunicación masiva (es más
sexy, mas noticioso), en tanto que para el uso de inversionistas responsables o
la confección de índices de sostenibilidad lo que se usa es el rating, que es
lo importante.
¿Por qué surge el
problema? Muy posiblemente se debe a que
cada uno entiende por sostenibilidad algo diferente. Es obvio que es un concepto no homogéneo, no es
férreo, es sumamente dúctil, pero lamentablemente en la mente popular y hasta
en la de muchos especialistas sostenibilidad es sostenibilidad.
No piensan que cada persona que usa el término quiere decir algo
diferente. Es posible que, después de
mucha discusión, varios expertos se pongan de acuerdo en cual debe ser su
definición, pero es muy poco probable que se pongan de acuerdo en cómo medirla.
Si no puede haber
acuerdo en cómo medirla, ¿cómo podemos usar los ratings en forma efectiva y
consistente? Obviamente que hace falta
poner algo de orden.
En el mundo anglosajón hay más de un centenar
de agencias o instituciones de preparación de ratings de sostenibilidad, cada
una con un metodología diferente (ver el reciente estudio Rate the Raters). Hay muy pocas en el resto de los países y de
mi conocimiento no hay ninguna en los países de habla hispana (aunque la
preparación de los índices de sostenibilidad en las bolsas de Sao Paulo y de
México requieren hacer una calificación para determinar su inclusión o exclusión
del índice).
Las instituciones o agencias más grandes y
conocidas son las relacionados con los índices de sostenibilidad Dow Jones
(hecho por RobecoSAM), FTSE4Good, MSCI ESG o las instituciones Inrate, Thomson
Reuters y Oekom entre otras.
Cada una de las más de 100 instituciones usa
una metodología propia (algunas usan combinaciones de calificaciones) con su
correspondiente definición de sostenibilidad.
La mayoría tienen a los inversionistas como objeto, unos pocos son para
el público en general u otras instituciones.
Algunas usan solo algunos aspectos o sectores (por ejemplo, cambio
climático, agua, alimentos, productos farmacéuticos, etc.) otras usan
combinaciones de indicadores (de diferente definición) sobre aspectos
ambientales, sociales y de gobernanza.
Las que usan estos indicadores suelen combinarlos de alguna manera para
llegar a un “número”. Tienen implícita
una importancia relativa de cada uno de los indicadores para la calificación
final, les asignan valores relativos a los diferentes indicadores (Ver mi
artículo Para qué sirven os índices de
sostenibilidad
y el articulo de José Angel Moreno Izquierdo, ¿Calificadores descalificados? donde llamaba la atención a
estas contradicciones y pedía mayor transparencia, rigor y confiabilidad).
En un reciente estudio de GISR (que se
comenta las adelante) se identificaron
más de 500 aspectos y cerca de 3.000 indicadores de sostenibilidad, basados en
27 fuentes líderes. Bloomberg, que
la principal fuente de información sobre sostenibilidad, recopila información
sobre casi 1,000 indicadores de las empresas que cubre. No es de extrañar que
sus combinaciones produzcan resultados diferentes.
A priori no se puede decir que algunas calificaciones
no sean válidas, son sencillamente diferentes, algunas más completas que otras,
algunas más rigurosas que otras. De hecho
se podría llegar al extremo de decir que cada persona podría construir su
propia calificación basada en los aspectos que considera más relevante y su
importancia relativa. Lo cierto es que
las calificaciones suelen producir resultados diferentes.
¿Cómo resolvemos,
o por lo menos reducimos, la confusión? En el
2011 se creó la Iniciativa Global para las
Calificaciones de Sostenibilidad (Global Initiative for Sustainability
Ratings, GISR), bajo el liderazgo de Allen
White, el mismo que co-fundó y lideró el Global Reporting Initiative, GRI, en
1997. Tengo el honor de ser miembro del
Comité Director (Steering Committee).
El objetivo del
GISR es la mejora en la confiabilidad de las calificaciones de
sostenibilidad para el estímulo a
inversión responsable e, indirectamente, a la responsabilidad de las empresas. Para ello desarrollará estándares para la
elaboración de las calificaciones. El proyecto, en su forma actual, involucra
tres etapas:
·
Principios básicos que deben cumplir las calificaciones usadas
en rankings e índices
·
Aspectos que deben considerar (temas, tópicos)
·
Indicadores que se deberían incluir para cuantificar, en la
medida de los posible, el desempeño en los diferentes aspectos.
Cada una de las calificaciones podrá ser
acreditada por instituciones independientes sobre su adherencia a los
principios.
El 18 de diciembre se lanzaron los Principios. Estos principios pretenden asegurar la
excelencia, credibilidad e integridad de las calificaciones. Los doce principios están divididos en dos
grandes categorías: Proceso y Contenido.
PROCESO
|
|
Transparencia
|
Una calificación debe ser transparente para
aquellos cuyas decisiones son afectadas por la aplicación de tal calificación.
|
Imparcialidad
|
El diseño y aplicación de una calificación, cuyos principales
usuarios sean externos a la organización, deben ser protegidos de la
influencia indebida de la empresa calificada.
|
Mejora continua
|
A través de la actualización continua, la
calificación debe seguir e integrar los avances científicos y en técnicas de
medición y en los aspectos e indicadores.
|
Integración
|
El desarrollo de una calificación debe identificar e involucrar
sistemáticamente a los stakeholders cuyas decisiones sean influenciadas por
la calificación.
|
Asegurabilidad
|
Una calificación debe ser diseñada para permitir
el aseguramiento de su aplicación de los estándares GISR por parte de
instituciones calificadas independientes.
|
CONTENIDO
|
|
Materialidad
|
Una calificación debe evaluar el desempeño basado
en aspectos de sostenibilidad relevantes para las decisiones de los stakeholders
para los cuales está diseñado.
|
Integralidad
|
La calificación de uno a más aspectos de sostenibilidad debe evaluar
sistemáticamente los impactos sobre todas las formas de capital.
|
Contexto de sostenibilidad
|
La calificación debe evaluar el rendimiento en el
contexto de umbrales, límites y normas basadas en los avances científicos y/o
de aceptación general sobre el bienestar humano y ecológico en el largo
plazo.
|
Horizonte de largo plazo
|
Una calificación debe permitir la evaluación de las perspectivas de
largo plazo de la empresa al mismo tiempo que proporciona conocimientos sobre
las consecuencias en el corto y mediano plazo que se alinean con el desempeño
de largo plazo.
|
Cadena de Valor
|
La calificación debe aplicarse a todas las partes de
la cadena de valor de la empresa sobre la cual esta ejerce influencia
significativa.
|
Balance
|
La calificación debe utilizar una mezcla de técnicas de medición que
capturen el desempeño pasado y futuro.
|
Comparabilidad
|
La calificación debería permitir a los usuarios
comparar el desempeño de la misma empresa a través del tiempo y con otras
empresas en el mismo periodo
|
La aplicación
sistemática de estos principios en el diseño y determinación de las
calificaciones de sostenibilidad debería mejorar su confiabilidad aunque no se
pretende que las calificaciones llevada a cabo por diferentes instituciones produzcan
los mismos resultados. No se pretende
uniformidad, solo consistencia y confiabilidad.
Muy posiblemente conduzcan a menor volatilidad y mayor comparabilidad
entre calificaciones.
En los próximos años se desarrollaran los demás
componentes de Aspectos e Indicadores.
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