Milton Friedman y Adam Smith son dos
economistas ampliamente citados en la discusión del papel de la empresa en la
sociedad. Pero en la gran mayoría de los casos se cita una frase de cada uno,
que por su elegancia son fáciles de recodar.
Hacen aparecer a Friedman y Smith como defensores del libre mercados a ultranza
y son usadas por los detractores para atacar la RSE. Aun cuando son muchos los que las citan son
muy pocos los que las ponen en su contexto integral.
Es ampliamente conocida la posición del Nobel
de Economía de 1976 Milton Friedman
quien dice que “el negocio de los negocios es hacer negocios” en su libro de 1962 [i].
The Economist, produjo un
informe especial en el 2005 sobre Responsabilidad Social de la Empresa (The Good Company), que revolvía
alrededor de esta cita, concluía todavía más severamente “El negocio de los
negocios es hacer negocios. No hacen falta disculpas”. No hay nada más que discutir (el periódico
cambió de opinión en otro suplemento especial del 2008: Just Good Business).
Pero en un artículo posterior
(1970), The Social
Responsibility of Business is to Increase its Profits, el mismo Friedman decía[ii]:
“La responsabilidad del
ejecutivo es manejar los negocios de acuerdo a sus (de los accionistas) deseos,
que generalmente es ganar tanto dinero como sea posible, cumpliendo con las
reglas básicas de la sociedad, tanto las establecidas en las leyes como
aquellas plasmadas en las costumbres éticas” (énfasis añadido).
En el esfuerzo por desprestigiar la
responsabilidad social de la empresa, se suelen mencionar citas selectivas. Sin
embargo, si se lee bien el artículo, se puede apreciar que con lo que no estaba de acuerdo Friedman era con asignarle a la empresa
responsabilidades en resolver los problemas de la sociedad y no en que la
empresa tuviera actividades que hoy serían parte de su responsabilidad social.
Eso sí, siempre y cuando no perdiera dinero en ello.
Mucho progreso habría si todas empresas respetaran las leyes y regulaciones y guiaran sus acciones de acuerdo a la ética.
Mucho progreso habría si todas empresas respetaran las leyes y regulaciones y guiaran sus acciones de acuerdo a la ética.
Es más, en el mismo artículo, en una cita muy
poco conocida, utiliza el argumento empresarial de la RSE, que los detractores
prefieren ignorar:
“Puede, en el largo plazo, ser del interés de la empresa, que es un gran
empleador en una pequeña comunidad, el dedicar recursos a proporcionar
facilidades a la comunidad o mejorar su gobernanza. Esto puede facilitar la
atracción de empleados, puede reducir el costo de la nómina o reducir las
pérdidas y el sabotaje o tener otros
efectos beneficiosos”.
Esto fue escrito para la realidad de Estados Unidos
en el año 1970, donde el papal de la empresa como creador de riqueza estaba en
auge. No usa el argumento moral y de
solidaridad, pero reconoce las leyes, comportamiento ético y el argumento empresarial. Esta cita describe muy bien parte del papel
de la empresa en países en vías de desarrollo.
Invitamos al lector a substituir la palabra “pequeña comunidad” por
“países en vías de desarrollo”.
En el caso de Adam Smith es ampliamente conocida (¡y abusada!) su cita de 1776[iii]:
No es por la benevolencia del
carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, si
no por su propio interés. No nos dirigimos a su humanidad sino a su amor propio
y nunca les hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas.
Esta cita de Adam Smith se usa mucho para
destacar la importancia del funcionamiento del libre mercado y el efecto del
interés propio sobre el emprendimiento y el progreso. Esta frase está en el contexto de la creación de riqueza. Es sacada del libro con el título “Investigación de la naturaleza y casusas de
las Riquezas de las Naciones”.
Esta cita es sobre lo que puede conducir a creación
de la riqueza, pero no describe el comportamiento
que él cree necesario. Esto ya lo había
escrito 17 años antes en una obra anterior, “La teoría de los sentimientos
morales” (1759), con las palabras siguientes:
“Por muy egoísta que se suponga que es el hombre, es evidente que hay en
su naturaleza algunos principios, que le hacen interesarse por el bienestar de
los demás, (énfasis añadido) y hacerle necesaria su
felicidad, aunque nada derive de ella si no es el placer de verla” …….. “este
sentimiento, como todas las demás pasiones originales de la naturaleza humana, no
se limita a los virtuosos y humanitarios, aunque quizá lo sientan con exquisita
sensibilidad. El mayor rufián, el violador más endurecido de las leyes de la
sociedad, no carece completamente de él”.
Hay una aparente contradicción entre el Adam
Smith que supuestamente propone dejar todo al mercado, a la “mano invisible”, y
el que propugna los sentimientos morales. Pero es aparente. El Premio Nobel del 2002 Vernon Smith ofrece
una explicación en un trabajo titulado “Las dos caras de Adam Smith” de
1998, donde sostiene que Adam Smith había descubierto intuitivamente dos tipos
de comportamiento coexistentes en los seres humanos, que se reflejan en ambos
libros[iv]:
La reciprocidad positiva en los intercambios personales cara a cara y
el amor propio en intercambios impersonales
en el mercado económico.
Cuando se trata de conocidos, entran en juego los sentimientos morales del
primer libro. En cambio, cuando el comercio es a distancia, los individuos
miramos por nuestro propio interés. En las relaciones directas opera la reciprocidad
no monetaria, disciplinada por sanciones sociales. En el mercado económico, la
remuneración es monetaria y la represión de los incumplimientos opera por
garantías comerciales o castigos legales.
De allí que la
empresa, como aglutinación de personas incluye ambos tipos de intercambios,
aunque en algunas puedan dominar mas unos que otros. Y es precisamente la concepción
moderna de la responsabilidad social de la empresa la que pretende que los
intercambios tiendan a lo personal, a lo social, más que a los impersonales,
puramente económicos o mercantiles[v].
No podemos afirmar que Friedman y Smith son
citados fuera de contexto, pero sí que son citados selectivamente. No eran
ogros anti responsabilidad empresarial.
[i] Friedman,
M., 1962, Capitalism and Freedom, University of Chicago Press, Chicago,
página 133
[ii] Friedman,
M., 1970, The
Social Responsibility of Business is to Increase its Profits, New York
Times, 17 septiembre.
[iii] Smith,
A., 1776, An Inquiry into the nature and causes of the Wealth of Nations, W. Strahan and T. Cadell, London.
[iv] Citado por Pedro Schwartz, Las dos
caras de Adam Smith , 22 de noviembre de 2005, www.elcato.org/node/120
[v] El contrate entre
transacciones en el plano comercial y el plano social fue analizado en el
capítulo III.6 Sin incentivos no hay paraíso. Segunda parte, de mi libro Una
Mirada Crítica a la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica.
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