Va siendo hora de que las empresas y en particular
los bancos, aprovechen le potencial de las de las mujeres y los beneficios que
aporta la diversidad a la gestión de instituciones que operan con toda la
sociedad.
La lucha por la incorporación de las mujeres a los
puestos más altos del escalafón laboral es un tema que puede ser abordado desde
múltiples perspectivas: de psicología social, capital humano, organizativo, de
desempeño empresarial y en distintos sectores y niveles (micro, meso y macro).
Son ya numerosos los estudios que proporcionan en estos diversos frentes, un
valor agregado a los argumentos y las barreras que niegan los beneficios de un
mercado laboral inclusivo.
En nuestros artículos de esta serie sobre género y
responsabilidad empresarial (publicados en nuestros respectivos blogs) ya hemos
mencionado que las dramáticas consecuencias de la crisis financiera refuerzan
la importancia de renovar los esquemas tradicionales de gobierno corporativo.
Así mismo, hemos hecho alusión a los beneficios de la diversidad de género en
los órganos de dirección de la empresa, tanto en términos de eficiencia como en
términos de gestión y control de riesgos. En general, concluíamos, la
idiosincrasia de las mujeres les hace más reacias a la asunción de riesgos, características
que sin embargo, no influyen negativamente en el caso de la rentabilidad de las
carteras de inversión por ellas gestionadas.
Un reciente estudio aparecido en el Journal of
Business Ethics estudia la diversidad de género en el caso de los Consejos
de Administración de los Bancos. En nuestro artículo Género, Bundesbank y
Consejos de Dirección hicimos una referencia a este tema a propósito de un
estudio del Bundesbank. Este estudio más reciente, realizado por investigadores
españoles, Gender
Diversity on European Banks’ Boards of Directors,viene a confirmar
algunos de los argumentos que vertíamos en aquel artículo, abundando en algunos
otros razonamientos.
1.
En
primer lugar, que hay una relación negativa entre riesgo bancario y diversidad
de género en el Consejo. Dicho de otro modo, uno de los factores importantes que
pueden influir en la baja presencia de mujeres en los Consejos de los Bancos es
la percepción de que son más reacias al riesgo que los hombres.
La necesidad de la incorporación de las mujeres a
los Consejos de los bancos es más importante si tienen en cuenta dos factores:
por un lado, el riesgo moral inherente a la gestión bancaria, esto es, la
existencia de una red mas o menos implícita de seguridad frente a la mala
gestión que les hace inmunes a la asunción de riesgos excesivos; y la probada
aversión femenina al riesgo.
2.
En
segundo lugar, hay una relación positiva entre el tamaño del Consejo del banco
y la proporción de mujeres directivas, y que la diversidad del Consejo aumenta
la independencia de éste.
3.
Hay
una relación positiva entre la estrategia de crecimiento de banco y la
diversidad de género en el Consejo.
Dicho de otra forma, la efectividad de una
práctica determinada de gobierno corporativo (ej. aumento de la diversidad en
el Consejo) depende del tamaño de la empresa (en este caso, bancos), de la
edad, el estadio de desarrollo o crecimiento de la empresa, o las exigencias
regulatorias e institucionales de la actividad. Así por ejemplo, en los
primeros estadios de la empresa, las contribuciones de todos sus miembros son
relativamente más importantes que las funciones de gestión, pero en la
medida en que la empresa crece se exigirán acceso a nuevos recursos, externos,
lo que la hará más receptiva a la diversidad de género en el Consejo.
Curiosamente, el porcentaje de mujeres en los
Consejos de dirección de los bancos en la UE 25, se puede apreciar que entre
los países que se encuentran en el pelotón de cola, se sitúan Portugal, Italia,
España, Grecia, Bélgica, Chipre y Luxemburgo.
¿Es casualidad que los países con menos mujeres en
sus directorios bancarios son los que han sufrido más en la crisis reciente?
¿Será que tomaron más riesgos o no anticiparon los escenarios de riesgo? Esto
no se analiza en el estudio y deberá ser objeto de otro estudio.
La crisis financiera puede ser una oportunidad
para aumentar el valor de las mujeres como miembros de los Consejos. Es
necesario reforzar la confianza en que una mayor heterogeneidad aportará
solvencia a la gestión y un mejor control de los riesgos a un modelo
quasi-monocromo de gobierno corporativo que se ha revelado a todas luces
dañino.
Sin embargo, para que de las conclusiones
apuntadas en el estudio puedan establecerse prescriptores para la incorporación
de la mujer en los Consejos es necesario estar muy atentos a otros aspectos que
podrían minar o cortocircuitar la eficacia de aquéllos, como los
mecanismos de designación, la verdadera dependencia de los consejeros
independientes y la estructura de propiedad de los bancos, la política de
renovación de los consejeros, etc. En el próximo artículo discutiremos estos
aspectos.
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