El año 2012, con la IX Conferencia
Interamericana sobre Responsabilidad Social de la Empresa, a celebrarse en
Quito, Ecuador, del 21 al 23 de mayo, el
evento cumple su décima edición.
La conferencia nació como consecuencia del
mandato de la III Cumbre de las Américas, celebrada en Quebec en abril del
2001. El Plan de Acción, bajo el patrocinio del Gobierno de Canadá incluyó una
sección dedicada al tema de la Responsabilidad Social de la Empresa que entre
otras cosas, los gobiernos:
Convocarán a una reunión a celebrarse lo antes
posible en el año 2002, en la que participen
representantes de los gobiernos y de la sociedad civil, incluyendo
especialmente al sector empresarial, para que, con el respaldo de la OEA, el
BID y otros organismos interamericanos pertinentes, se profundice el
diálogo sobre la responsabilidad social de las empresas en el Hemisferio y la
creación de conciencia sobre asuntos clave a ser determinados, así como para
deliberar sobre las modalidades de promoción de la elaboración, adopción e
implementación, por el sector privado, de principios de buena conducta que
fomenten su responsabilidad social y
ambiental; (énfasis
añadido)
Lamentablemente el mandato era relativamente
vago ya que decía que “….los gobiernos…… convocaran una reunión” pero no
asignaba responsabilidades específicas a nadie de hacerlo. Un año después, con
la preocupación de que el mandato nos se cumpliera, una delegación de la
embajada de Canadá ante la OEA y del Departamento de Estado de los Estados
Unidos visitó al Banco Interamericano de Desarrollo para pedir el apoyo en la
organización del evento. Sin entrar en
muchos detalles, la responsabilidad en el BID fue asignada al suscrito, a la
sazón Subgerente de Infraestructura, Mercados Financieros y Empresa Privada, en
el Departamento de Desarrollo Sostenible.
El BID en ese momento nunca había considerado el tema de la RSE.
Se empezó la difícil tarea de obtener
financiamiento para el evento y propuse la ciudad de Miami para hacerlo, por
tener vuelos directos de todas las capitales de las Américas y ser la “capital
de América Latina”. Lo primero no causó
controversia, pero lo segundo fue considerado un gran error político por
algunas delegaciones ante la OEA cuando les fue presentada la idea, al punto de
que se inició una fuerte campaña para hacerlo en Panamá, que aspiraba a mejorar
su prestigio como centro del continente ya que aspiraba ser la sede del
incipiente Asociación de Libre Comercio de las Américas, ALCA, y el año 2003
era el Centenario de la declaración de independencia y organizaba el concurso
de Miss Universo.
El representante de Panamá en el BID se opuso
rotundamente a la idea de hacerlo en Miami y al financiamiento que debía
aprobar el directorio del BID para ello.
Para logar destrabar el impasse, el gran mediador, el Presidente del
BID, Enrique Iglesias acordó con Panamá hacer una segunda conferencia en ese
país con tal de evitar su oposición a la sede de Miami para la primera. Lo que debió ser una “única” conferencia se
convirtió de repente es dos conferencias.
Esa primera conferencia, habiendo nacido en el seno de la Declaración de la Cumbre de las Américas se llamo
Conferencia de las Américas sobre Responsabilidad Social de la Empresa”. El lema fue el de “Alianzas para el
desarrollo” para cumplir con el mandato de la declaración. Al pesar de ser un tema novedoso, y comenzar
a organizarse inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre,
todavía con restricciones y resquemores a los viajes, fue exitosa, con la
participación de alrededor de trescientas personas.
Para la segunda conferencia, el Gobierno de
Canadá consideró cumplido el mandato de la Cumbre y ya no patrocinó la
conferencia, al punto de que uno de sus funcionarios se opuso a que siguiéramos
usando el nombre de “Conferencia de las Américas”. El suscrito decidió darle el nombre de
“Conferencia Interamericana” ya que el BID tenía ahora toda la responsabilidad
y así se celebra la “I Conferencia Interamericana” en Ciudad de Panamá, lo que
era en efecto la segunda conferencia.
El éxito de las dos primeras conferencias y
el hecho de que no tenía competencia estimularon a instituciones del sector
privado de los diferentes países a pedir ser la sede de las próximas
conferencias. A partir de allí el BID
hace suya la conferencia y la ha seguido organizando bajo el copatrocinio de
alguna institución del sector privado, siempre con el apoyo de los gobiernos de
los respectivos países, que como es costumbre en el BID deben dar su no
objeción a la celebración de un evento de la institución. Se llega a tener hasta cuatro países en lista
de espera para ser la sede.
Las siguientes conferencias fueron
progresivamente obteniendo mayor participación, al punto de rondar la
participación de un millar de personas.
Las siguientes conferencias y sus lemas fueron:
- I, 2003, Ciudad de Panamá,
RSE como instrumento de competitividad.
- II, 2004, Ciudad de México,
Del dicho al hecho.
- III, 2005, Santiago de
Chile, ¿Quién es responsable de la responsabilidad?
- IV, 2006, Salvador da
Bahía, Un buen negocio para todos.
- V, 2007, Ciudad de
Guatemala, Responsabilidad compartida.
- VI, 2008, Cartagena, La inclusión en los negocios.
- VII, 2009, Punta del Este,
Afrontado retos con responsabilidad.
- VIII, 2011, Asunción. Sin lema
- IX, 2012, Quito. Sin lema
Las conferencias siempre se celebraban a
finales de año. Sin embargo, en ocasión
de la VIII, que debió organizar Trinidad y Tobago, pero que luego del cambio de
gobierno renunció a ella, se comenzaron a celebrar alrededor del mes de mayo,
comenzando con la de Asunción. Como
consecuencia de ello, en el año 2010 no hubo conferencia.
La estructura de las conferencias ha ido
variando paulatinamente. La de las
Américas empezó con 3 plenarias y tres grupos de tres sesiones paralelas, todas
organizadas por el comité organizador. La
de Chile fue la más estructurada con 6 plenarias y dos sesiones paralelas de
dos grupos cada una. Con la conferencia de Brasil, se comienza con
la modalidad de concursos para que personas o grupos organicen las sesiones
paralelas. Se suelen recibir más de 100
propuestas que son seleccionadas por miembros del Consejo Asesor y otros
voluntarios. Con el tiempo las sesiones
paralelas pasan a dominar la conferencia y las plenarias se usan mayormente
para el tema principal de la conferencia en apertura y clausura. Para la conferencia de Quito, la mayor parte
de las sesiones son tercerizadas, con excepción de tres sesiones plenarias.
En sus orígenes la conferencia tenía un
carácter didáctico y se pretendía “enseñar” sobre el tema, en función de su
relativamente baja difusión en la región.
Progresivamente, junto con la tercerización, se fue moviendo más hacia
la presentación de experiencias. En todo
caso, el evento siempre tuvo como característica principal la de facilitar las
relaciones e intercambios entre personas de la región.
Durante los primeros años era casi la única
conferencia sobre el tema. Poco a poco
se fueron desarrollando múltiples conferencias nacionales y algunas
internacionales (con algunos ponentes internacionales y participantes
mayormente locales). La única conferencia
realmente internacional en todo sentido (localización, ponentes y
participantes) sigue siendo la Conferencia Interamericana. El evento ha venido siendo utilizado por
otras instituciones para organizar eventos paralelos (entrenamiento, reuniones,
presentaciones de publicaciones, premios,
mini-conferencias, etc.) antes, durante y después de la conferencia. En este sentido, se ha convertido en
aglutinador de algunas iniciativas y esfuerzos de difusión de la RSE en América
Latina.
Las conferencias publicaron Anales escritos y
electrónicos, editados por los organizadores y escritos por los moderadores de
las sesiones. En la conferencia de Punta
del Este sólo se publicaron electrónicamente y en la de Asunción ya no se
publicaron, en buena parte porque la gran tercerización hace el proceso de
producción mucho más complejo, con muchas mas personas involucradas.
Desde la II Interamericana se comienzan a incluir eventos sociales
algunos de los cuales fueron memorables: la cena en el Camino Real con show folclórico
en el cerro San Cristóbal en Santiago, el gran show de capoeira y cena en el
Palacio de Gobierno en Salvador da Bahía, el hermoso concierto en una iglesia
en Antigua Guatemala y la cena espectáculo en el museo abierto de escultura en
el campo uruguayo cercano a Punta del Este.
En la conferencia han expuesto expertos en
RSE de la talla del Prof. James Austin, Ricardo Young, Adrian Hodges, George
Kell (Global Compact), Allen White (entonces del GRI), Simon Zadek, Stan Litow
(Fundación IBM), Ramón Jauregui, Josep Lozano, entre muchos otros que no
recuerdo (el sitio de la conferencia he perdido mucha información histórica). También han expuesto autoridades políticas de
los respectivos países, funcionarios del BID y del FOMIN, empresarios y
representantes de las organizaciones de la sociedad civil.
Desde la primera conferencia, la de las
Américas, se estimuló la participación de los jóvenes, en particular
estudiantes. Para ello se han ido
otorgando becas, algunas que cubren todos los gastos y otras solo la admisión,
en función de la disponibilidad de recursos.
En algunas conferencias los becarios crearon “asociaciones de becarios”
para hacer seguimiento a las relaciones desarrolladas, pero lamentablemente han
tenido poca continuidad.
Todas las conferencias han sido objeto de
evaluación externa. Al principio se
evaluaba solo la “satisfacción” del participante y la demografía, pero a partir
de la de México se comenzó a evaluar el “impacto”, que la conferencia podía
tener sobre el comportamiento de los participantes. Para ello se hacen encuestas durante y varios
meses después de la conferencia con un grupo seleccionado de
participantes. Los resultados de las
evaluaciones se publican en el sitio de las conferencias www.csramericas.org .
La primeras ocho conferencias tuvieron un
lema y un logo. A partir de la séptima
(VI Interamericana) conferencia la organización recae en el FOMIN y ce cambia
el mercadeo de la conferencia. A partir
de la de Asunción se organizan bajo el nombre de CSRAmericas, (que siempre fue
el nombre del sitio internet de la conferencia, que creó el suscrito), con los
colores del FOMIN y sin lema ni logo específico y, aunque poniéndole temas, su
nombre es simplemente el número de la conferencia.
En los últimos años con este nuevo “branding” de la conferencia, se mejora substancialmente
la cobertura mediática por parte del
BID, con multitud de entrevistas y vivencias que luego son colocadas en el
sitio del BID. En la de Asunción se hizo
la transmisión en vivo vía internet.
La conferencia ha estimulado la difusión del
conocimiento de la RSE en América Latina, ha estimulado la celebración de otros
eventos nacionales e internacionales, y aunque no tenemos evidencia rigurosa,
creemos que ha contribuido a la adopción de prácticas responsables en las
empresas. Las más optimistas
expectativas sobre el mandato original de la Cumbre de las Américas han sido superado
con creces
Permítanme terminar con algunas notas
personales de despedida. Tuve el honor
de dirigir las conferencias durante sus primeras cinco ediciones y participar
en las siguientes cuatro. El suscrito
es la única persona que ha asistido y
presentado en las nueve conferencias realizadas hasta el 2011. Lamentablemente no podré completar la décima. En la
conferencia de Cartagena, el Presidente del BID, Luis Alberto Moreno, me honró
con el reconocimiento de mi contribución a la difusión de la RSE en América
Latina.
Espero que la conferencia siga en su exitoso andar por muchos años mas. Es una pena que su
décimo aniversario pase desapercibido.
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