martes, 31 de mayo de 2011

La irresponsabilidad de Porter y Kramer y su Valor Compartido

Cuando uno tiene la razón o tiene una buena idea, la defiende basada en sus méritos.  Cuando se tiene que recurrir a atacar al “enemigo” se debe empezar a sospechar de esos méritos.

Los Srs. Michael Porter y Mark Kramer han optado por la segunda estrategia, la de atacar a la Responsabilidad Social de la Empresa para lograr un “ventaja competitiva” (de esto sí sabe Porter)  para su reciente pseudo invento de la Creación de Valor Compartido  y así poder hacer más negocios con su consultoría.

Ya nos hemos referido en detalle al artículo original de Porter y Kramer en el Harvard Business Review de febrero de 2011 en dos artículos en el blog:  Si no está roto no lo arregles: Porter y Kramer sobre RSE (26 de enero) y The Economist, Porter y Kramer y la RSE (13 de marzo) (www.cumpetere.blogspot.com ).  Muchos otros también lo han hecho, entre ellos la revista The Economist.

Su más reciente ataque a la RSE viene en el reporte de una reunión de Kramer con altos directivos de grandes multinacionales de EE.UU. en la revista Stanford Social Innovation Review del verano de 2011 (Vol. 9, No. 3, pg. 30-36), titulado Mesa Redonda sobre el Valor Compartido (www.ssireview.org/articles/entry/qa_roundtable_on_shared_value), donde expresan  una joya  como la siguiente:

“……………Este esquema difiere de la tradicional “Responsabilidad Social Corporativa” que frecuentemente se construye alrededor del cumplimiento de las regulaciones sociales y ambientales, la mejora de la reputación de la empresa y donaciones desenfocadas a una variedad de causas frecuentemente sin relación con  el negocio”

¿Es esto lo que entendemos por RSE?  ¿Cumplimiento de regulaciones?, ¿Reputación?  ¿Filantropía?

Para luego defender su propuesta con otra joya:

“El valor compartido se crea cuando las empresas generan valor para sí mismas de tal manera que produce valor para la sociedad al enfrentar los retos sociales y ambientales.  Las empresas pueden crear valor compartido de tres maneras: al re concebir productos y mercados, redefinir la productividad en la cadena de valor y construir clusters industriales de respaldo en las localidades de la empresa”.

¿No es esta definición de Valor Compartido parte de lo que todos conocemos por RSE?  Excepto por la parte de clusters, que nosotros conocemos más bien como contribución al desarrollo local.  ¿Clusters?  ¿Será que Porter quiere reactivar sus libros sobre clusters de los años ochenta?

¿Dónde han estado los Srs. Porter y Kramer durante todos estos años en que hemos estado avanzando el estado del arte de la responsabilidad social empresarial?  ¿Están familiarizados con la literatura de esta área?

ES UNA IRRESPONSABILIDAD el abusar de la falta de conocimientos de buena parte de los directivos para vender sus productos de consultoría.  Si entendieran el verdadero significado de la responsabilidad sabrían que, al diseminar información que confunde con el fin de capturar mercado, es una irresponsabilidad.  No están creando valor compartido, están tratando de capturar valor para ellos solos.  Están abusando de su reputación (léase poder de mercado)

Y caen muchos.  Ya son muchos los discursos y ponencias lo repiten.  Los ponentes quieren estar al día y para ello deben parafrasear lo más nuevo, lo que está de moda.  Aunque no entiendan lo que es.  Pareciera como que hablar de RSE fuera cosa del siglo pasado.

La RSE y su hija la Sostenibilidad son conceptos robustos que resistirán el paso del tiempo …………. y el ataque de oportunistas como Porter y Kramer.

Y esto no es un ataque al Valor Compartido, es una defensa de la RSE.

sábado, 28 de mayo de 2011

Nuevos libros sobre la RSE en América Latina/Iberoamérica

El jueves 26 de mayo fueron presentados dos nuevos libros de mi autoría y co-autoria en la VIII Conferencia Interamericana sobre Responsabilidad Social de la Empresa, ahora disponibles en versión electrónica en el sitio www.cumpetere.com

Mirada Crítica  a la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica
 




La Respinsabilidad Social de la Empresa en América Latina: Manual de Gestión
Co-editado con Estrella Peinado-Vara y otros doce autores



miércoles, 18 de mayo de 2011

Reseña del libro Negocios Inclusivos, Márquez, Reficco, Berger


Negocios inclusivos: Iniciativas de mercado con los pobres de Iberoamérica
Banco Interamericano de Desarrollo, 2010.

PATRICIA MÁRQUEZ, EZEQUIEL REFICCO Y GABRIEL BERGER, Editores.
Banco Interamericano de Desarrollo,  2010.

Ver mi extenso análisis del libro en el número 7 de la Revista RSE de la Fundación Luis Vives


domingo, 8 de mayo de 2011

Obligatoriedad del reporte de sostenibilidad: ¿Bajo qué condiciones?


Se acaba de publicar un trabajo sobre el impacto de la obligatoriedad de los informes de sostenibilidad (RSE, RSC. Sustentabilidad, etc.) en la responsabilidad de las empresas.  El nexo al documento ha circulado en algunas redes sociales, la mayoría en forma de re-tweet, muy posiblemente sin que ninguna de las partes lo lea.  Esto me recuerda lo que decíamos en mi juventud sobre la educación que recibíamos, que consistía en transferir el conocimiento del libro del profesor al libro del alumno, sin pasar por el cerebro de ninguno de los dos.  Con la tecnología moderna, lo “re-tuiteamos” y pasa de un ordenador (computador) a otro.

El estudio es un documento de trabajo, todavía no publicado, de la escuela de negocios de la Universidad de Harvard, The Consequences of Mandatory  Corporate Sustainability Reporting,  Ionannis Ionanniou y George Sarafeim, www.hbs.edu/research/pdf/11-100.pdf).

A lo mejor alguno de los que lo ha visto ha leído el resumen de unas diez líneas.  Si se lee solamente el resumen se llega a la conclusión de que la obligatoriedad del reporte mejora la responsabilidad de las empresas.  O sea, ¡!a pasar leyes y regulaciones sobre los informes para mejorar la responsabilidad de las empresas!!.  No hace falta leer más.  ¡Lo dice Harvard! [1]

Como hemos comentado en muchos otros artículos, no basta con leer el título o leer un resumen.  Hay que hacer un análisis crítico si se quiere aprender de la lectura.  Algunos lo habrán leído en detalle, pero como supongo que la mayoría no lo ha podido hacer, les ofrezco mi análisis del documento.  En efecto, hay mucho más que la simple aseveración citada arriba, en particular sobre las condiciones bajo las cueles esto puede ocurrir y en la diferenciación entre países desarrollados y países en vías de desarrollo, lo que es el objeto de este artículo.

La principal conclusión del documento se deriva de un análisis estadístico de las percepciones sobre algunas prácticas responsables de las empresas en función de la obligatoriedad de la publicación de informes de sostenibilidad, controlando por el impacto de otras variables como el tamaño del país, intensidad del país en uso del capital y desempleo.  Las prácticas analizadas son las percepciones de encuestados sobre la responsabilidad social de los directores, la inversión en capital humano, la supervisión de la gestión por los Consejos o Directorios, desarrollo sostenible, credibilidad del sector empresarial, prácticas éticas y corrupción, todo esto en base a indicadores de percepción a nivel de país.

El hecho de que las variables sean a nivel de percepciones debe destacarse ya que la percepción puede ser afectada por la información que publican las empresas y que diseminan los medios.  No obstante los autores alegan que como el estudio cubre varios años, estas percepciones deben reflejarse en la realidad, de lo contario no se mantendrían.  Por otra parte la existencia de instituciones y el mercado que “controlan” a las empresas les hace pensar que las percepciones reflejan la realidad ya que no pueden ser influenciadas.  En el caso de países en vías de desarrollo con una sociedad civil muy subdesarrollada, medios de comunicación poco interesados, con poca información en el mercado sobre las empresas y un sector empresarial poderoso siembra dudas sobre que las percepciones sobre prácticas responsables reflejen la realidad.

El análisis está basado en información sobre 58 países desarrollados y en vías de desarrollo, incluyendo España y los siete más grandes de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela).  Es de destacar que en ninguno de los ocho países de Iberoamérica existe obligación de presentar informes de sostenibilidad, ni siquiera para las empresas que cotizan en las bolsas de valores (al momento del estudio).  Si la tienen otros  países en vías de desarrollo, pero todos ellos con sistemas legales diferentes al nuestro (originario en el derecho romano, que introduce muchos otros problemas, como reconocen los autores). 

De allí que también hay dudas sobre la aplicación de las conclusiones del estudio para países en vías de desarrollo como los nuestros.  Por otra parte también debemos destacar que con excepción de Brasil y España se publican pocos informes de sostenibilidad en esos países.  Y algunos dirán que es porque no es obligatorio.  Pero recordemos que lo que estamos analizando es el impacto de la obligatoriedad sobre las prácticas responsables, no sobre la producción de reportes.

La siguiente tabla, de los reportes sometidos al GRI, es indicativa, aunque obviamente no representa la totalidad de los reportes publicados en los países.


Pero lo más importante del estudio para nuestros efectos es que cuando se analizan por separado los países desarrollados de los países en vías de desarrollo (algunos de estos sí tienen obligatoriedad de
reporte), se concluye que el impacto sobre la responsabilidad empresarial es mucho menor en estos últimos, debido a las deficiencias institucionales en la implementación, supervisión y control de las regulaciones y del bajo nivel de confirmación independiente (assurance) de los informes.  

La institucionalidad y la confirmación de los reportes forman parte del mecanismo de transmisión[2] de la obligatoriedad del reporte en mayor responsabilidad empresarial.  No basta con la obligatoriedad si el mecanismo de trasmisión no funciona, como es el caso de un gran número de países en vías de desarrollo.  De allí que el impacto de la obligatoriedad sería mayor en España que, digamos, en Venezuela (que según el informe es el país de menor institucionalidad en la muestra y que no tiene informes de sostenibilidad en el GRI).

Estos resultados son compatibles con los alcanzados en un estudio que hice sobre el impacto de pertenecer al índice de sostenibilidad en la Bolsa de Valores de Sao Paulo (BM&FBovespa) en el atractivo de las acciones y en las prácticas responsables de las empresas.  El mecanismo de transmisión en este caso es el interés del público inversionista y del público en general en empresas responsables.  El mecanismo es bastante deficiente todavía, por falta de conocimiento y de información y del subdesarrollo de instituciones de promoción, regulación, seguimiento y control.

No cabe duda que la obligatoriedad del informe llevaría a la publicación de más reportes, pero de allí a que ello conduzca a mas prácticas responsables dependería del mecanismo de trasmisión.  Al parecer, si nadie supervisa ni verifica, hay mucho menos interés en ser responsable (conclusión que sacamos de la observación en la vida cotidiana, ahora confirmada de manera estadística para las empresas).

La conclusión que se puede sacar del documento es que la obligatoriedad de la publicación de informes de sostenibilidad no puede ni debe ser un hecho aislado, debe formar parte de una estrategia nacional de promoción de prácticas empresariales responsables con un conjunto de regulaciones e instituciones que respalden y complementen el proceso.
La obligatoriedad de la publicación de informes de sostenibilidad no lleva, automáticamente a mejoras en las prácticas responsables.  El entorno debe ser conducente para que ello ocurra y en América Latina estamos muy lejos.


Y hay que leer.


[1] Pasó muy poco tiempo antes  de que saliera este titular.  Un boletín semanal del 4 de mayo se titula: “Harvard recomienda reportes de RSE obligatorios”.  La Universidad de Harvard no ha opinado y el documento es solo un documento de trabajo.  Como vemos en este análisis el estudio está lleno de condicionantes, pero titulares imprecisos continúan a la orden del día.
[2] Para más detalles del “mecanismo de trasmisión” ver el Capítulo 10: La responsabilidad como factor de competitividad de la empresa, en Antonio Vives y Estrella Peinado-Vara, compiladores, Responsabilidad Social de la Empresa en América Latina: Manual de Gestión, Banco Interamericano de Desarrollo, 2011, Washington.


miércoles, 4 de mayo de 2011

Otro nuevo libro sobre Responsabilidad Social de la Empresa


LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LA EMPRESA EN AMERICA LATINA:  MANUAL DE GESTION

Antonio Vives y Estrella Peinado-Vara, Compiladores

“El motivo que impulsa esta publicación es la necesidad de agrupar el conocimiento acumulado sobre la RSE, pero a la vez disperso, en un solo texto y que además esté referido a la realidad de las empresas que operan en América Latina……Con éste propósito, destacados académicos, ejecutivos, consultores y expertos en el tema han escrito 23 capítulos que cubren los principales conocimientos que los profesionales deben tener sobre el tema.  Son 14 autores, de 9 nacionalidades de América Latina y España, los que han colaborado en este libro….. Se trata de un libro eminentemente práctico, que incluye un compendio de los diferentes temas que cubre la responsabilidad social de la empresa, a un nivel que si bien es riguroso, no se detiene en teorías, sino que más bien presenta las lecciones aprendidas de las mejores prácticas de las empresas, teniendo en cuenta la realidad institucional y el desarrollo económico y social de los países de América Latina.”
Pueden leer un adelanto del libro con el Prólogo, el Índice y los Autores.
A ser publicado por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), miembro del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en mayo de 2011
Será presentado en la VIII Conferencia Interamericana sobre Responsabilidad Social de la Empresa, en Asunción, Paraguay, el 26 de mayo a las 11:00 am en la Sala C
Disponible en www.fomin.org a partir de junio